Las consecuencias de la invasión de Ucrania se llevan por delante la misión espacial ExoMars, un proyecto compartido entre la Agencia Europea del Espacio (ESA, en sus siglas inglesas) y su homóloga rusa, Roscosmos. Es el primer gran proyecto científico internacional cancelado por la guerra.
En una reunión celebrada en París, la cúpula de la ESA ha reconocido la “imposibilidad” actual de seguir cooperando con Roscosmos. Queda suspendido así el lanzamiento previsto para septiembre de 2022 que debía llevar a la superficie marciana un vehículo de exploración –bautizado como ‘Rosalind Franklin’– con el cometido de perforar el suelo en busca de posible material orgánico, vestigios de alguna forma de vida o materiales precursores de la vida.
“Aun reconociendo el impacto en la exploración científica del espacio, la ESA se alinea plenamente con las sanciones impuestas a Rusia por sus Estados miembros”, señala la organización europea en un comunicado.
“Sin el amigo europeo”
El director de Roscosmos, Dmitry Rogozin, considera esta cancelación “un acontecimiento muy amargo para todos los entusiastas del espacio” y ha anunciado a través de su canal del servicio de mensajería instantánea Telegram que Rusia continuará con una misión de exploración marciana “sin ningún 'amigo europeo' con el rabo entre las piernas por los gritos americanos”.
Para hacer realidad las palabras de Rogozin, los rusos tendrán que vencer sus ya tradicionales problemas para descender sobre la superficie marciana –y en su luna Fobos– usando su propia tecnología de paracaídas, cohetes y retrocohetes. Entre una decena de intentos, la mayoría en tiempos de la URSS, solo uno (el descenso de la sonda Mars 3 en 1971) conoció algo parecido al éxito: logró tocar la superficie y enviar información, pero únicamente durante unos 120 segundos. Luego se perdió el contacto para siempre.
La medida adoptada hoy por la ESA llega tras la decisión de Roscosmos de retirar a su personal del puerto espacial europeo de la Guayana Francesa y de suspender los próximos lanzamientos de naves rusas Soyuz para la puesta en órbita de satélites europeos.
En cuanto a la Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas inglesas), la ESA asegura que la misión sigue funcionando “nominalmente”: “El objetivo principal es continuar con las operaciones seguras de la ISS, incluyendo el mantenimiento de la seguridad de la tripulación”.
Participación española
Estaba previsto que el vehículo ‘Rosalind Franklin’ fuera lanzado por un cohete ruso desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) y que también fuese ruso el módulo de aterrizaje. La empresa Thales Alenia Space participaba en la misión aportando instrumental fabricado en España. En concreto, los componentes electrónicos de los actuadores del vehículo: los mecanismos que permiten desplegar, girar y dirigir las ruedas, entre otras funciones.
Por su parte, el Centro de Astrobiología (CAB) –un organismo mixto del CSIC y el INTA– ha liderado el desarrollo del Espectómetro Láser Raman, un instrumento que permite conocer los elementos químicos que componen una muestra de materia.