CLAVES

¿De qué se habla cuando se dice que Rusia puede atacar Ucrania?

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
1 de febrero de 2022 19:58 h

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¿De qué se habla cuando se dice que Rusia puede invadir Ucrania? De muchas cosas, pero casi ningún gobierno piensa que un hipotético ataque ruso pase por una invasión a gran escala del país. Incluso el Kremlin ha dicho en numerosas ocasiones que no piensa invadir Ucrania, si bien se anexionó Crimea en 2014 y sigue abierto el conflicto en el Donbás. El Gobierno de Estados Unidos, la UE y la OTAN están convencidos de que el presidente ruso, Vladímir Putin, tomará alguna decisión en relación con Ucrania después de haber visto rechazadas por escrito sus demandas. Pero en ningún caso se tiene en la cabeza algo “comparable con lo que hizo Hitler en la Segunda Guerra Mundial”, señalan fuentes diplomáticas.

“Estamos analizando detenidamente la respuesta por escrito de EEUU y la OTAN. Pero ahora ya está claro que las principales preocupaciones rusas han sido básicamente ignoradas”, ha dicho Putin este martes durante una rueda de prensa conjunta en el Kremlin con Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, país que comparte frontera con Ucrania. Putin se refiere a la respuesta que va a dar ante la negativa a frenar la expansión de la OTAN, que ha venido ampliándose al Este desde 1997, y que no haya misiles en los países de la Alianza que habían integrado el Pacto de Varsovia.

Pero ¿qué respuesta podría ser, entonces? Pues una podría ser la retirada sin más, aunque las fuentes sí esperan algún tipo de acción por parte de Rusia.

Las fuentes diplomáticas en Bruselas explican que se manejan varios escenarios distintos, en función de su gravedad. Moscú alega que sus fronteras ya no son seguras, en tanto que varios países del Pacto de Varsovia y ex repúblicas soviéticas son miembros de la OTAN y, sostiene, la presencia occidental está detrás de movimientos antirrusos en Ucrania –donde el Kremlin y Kiev tienen abierto el conflicto por Donbás (la cuenca del Donets), además de la anexión de Crimea (2014), entre otros– o Bielorrusia.

El Donbás o la salida al mar Negro

Así, uno de los escenarios consiste en pensar que el Gobierno ruso podría distribuir armas y apoyo logístico en el conflicto del Donbás. O, incluso, una anexión completa del Donbás.

Otro escenario que se maneja en Bruselas es una ocupación rusa hacia el oeste de la costa de Ucrania con el mar Negro, hacia Odessa. O, incluso, que se produjera una ocupación entre Mariupol y Odessa, que sería dejar a Ucrania sin salida al mar Negro, que es lo que también temen los ucranios a tenor de dónde están desplegando las tropas.

El escenario de mayor implicación militar, una ocupación completa, parece lo más improbable.

“Es evidente que una invasión a gran escala sería muy costosa”, dice el Alto Representante de la UE para la Cooperación y la Seguridad, Josep Borrell: “Estamos comprometidos con encontrar una solución pacífica. Aun así nos estamos preparando para los peores escenarios”.

En este sentido, el escenario más probable para la UE son ataques cibernéticos, que tienen el inconveniente añadido de que son difíciles de atribuir y rastrear.

¿Y cuándo ocurrirá el ataque, si es que ocurre?

La Casa Blanca insiste en la inminencia de la respuesta rusa una vez se les ha entregado la respuesta por escrito, y están convencidos de que pasarán a la acción una vez se les ha dicho que no, explican las fuentes.

No obstante, en la UE no se tiene esa sensación, y por los mensajes que emite Kiev, Ucrania tampoco, que teme el daño financiero que causa el pesimismo.

En todo caso, tanto la UE como la OTAN insisten en recordar que Rusia está acumulando tropas y material militar en la frontera con Ucrania, así como en Bielorrusia, en concreto logística que incluye hospitales de campaña, lo cual hace descartar a Bruselas la posibilidad de que sean meras maniobras.

Todo va a depender de cómo termine reaccionando Putin a la negativa de EEUU y la OTAN a la mayoría de sus demandas, sobre todo las relativas al freno a la expansión de la OTAN, dicen fuentes diplomáticas.

¿Qué margen hay? 

Hay analistas que piensan que las propuestas rusas tienen el objetivo de escenificar una acción, en el sentido de que se pidiera públicamente lo que ni EEUU ni la OTAN estaban en condiciones de conceder. Y hay quien recuerda que la crisis de Cuba se resolvió con acuerdos que no se hicieron públicos.

“Estamos de acuerdo con EEUU en el despliegue que está llevando Rusia en la frontera ucraniana y el peligro que ello comporta”, dice Borrell. “En todo caso, Europa y EEUU apuestan por soluciones pacíficas y negociadas e invitan a Rusia a seguir esa vía en lugar de la agresión armada”.

A partir de ahora, en Bruselas queda la duda de cómo se activará el mecanismo de respuesta, pero también de qué se considerará en Bruselas y en Washington desencadenante para las sanciones “gravísimas” que se están preparando.

El propio Borrell ha afirmado que la respuesta puede producirse en cuestión de días después del hipotético ataque ruso, sin embargo va a depender de que haya unanimidad entre los 27, cosa no siempre fácil en política exterior, con respecto al diagnóstico de la situación y la reacción que debe comportar

Si bien el mecanismo formal es que el Alto Representante proponga las sanciones a los ministros de Exteriores de los 27, no es descartable que se celebre una cumbre de líderes para abordar el asunto, en tanto que ya se hizo con una crisis menos grave, como fue la de Bielorrusia, y que tanto costó lograr el consenso entre los 27 sobre qué hacer.

Una unidad que está en cuestión por la diferente percepción del problema que tienen los países del Este en comparación con los del Oeste, o la propia Alemania, que tiene pendiente un gasoducto por el Báltico –Nord Stream 2– con Rusia en plena crisis energética. “La infraestructura está terminada y está pendiente de la calificación del regulador alemán y después el regulador de la Unión Europea”, ha dicho Borrell: “Y, ciertamente, el funcionamiento de esta infraestructura también dependerá del desarrollo de los acontecimientos en Ucrania y de la actitud de Rusia. No estamos pensando por un lado en imponer sanciones y, por otro, en abrir una infraestructura”.

De momento, Viktor Orbán, con quien se ha reunido Putin este martes, no parece estar muy por la labor de ampliar las sanciones a su aliado.