Enfermeros españoles en Reino Unido tras el Brexit: “Si nos vamos, se cae el sistema sanitario”
“No tenemos ni idea”, responde Ana Ceballos, de 27 años, cuando le preguntan qué va a pasar a partir de enero de 2021, cuando acabe el plazo para la aplicación completa del Brexit. Ceballos pertenece a la comunidad de enfermería, una de las profesiones que en España ha tenido más fuga de profesional cualificado, especialmente a países como Reino Unido o Alemania. Enfermeros y enfermeras son unos de los profesionales que más mermadas van a ver las ventajas de trabajar en Reino Unido.
Durante la crisis española del año 2008, el sistema sanitario español sufrió un gran revés: las ofertas de trabajo se precarizaron y aumentaron los contratos basura. Enfermería es una de las carreras universitarias más demandas en España, al contrario de lo que ocurre en el país británico, y, por eso, España tiene un sistema sanitario con más enfermeros que plazas.
Para los enfermeros que acabaron la universidad en plena crisis económica, las perspectivas de obtener una plaza fija y ganar experiencia en España eran prácticamente nulas. En cambio, Inglaterra demandaba estos profesionales y la experiencia que adquiriesen allí sumaba puntos en la bolsa española. Así que personas como Ceballos no se lo pensaron dos veces antes de hacer las maletas.
Dicha oportunidad, si no hay un acuerdo que establezca lo contrario, desaparecerá en diciembre de 2020. La única posibilidad en la actualidad es que Reino Unido alargue su salida del mercado único entre uno y dos años. De otro modo, a partir de enero de 2021, los trabajadores españoles de la sanidad británica (NHS), dejarán de obtener puntos para la bolsa española.
“Cuando pasó lo del Brexit, hubo una estampida de gente que se fue”, explica Ana Ceballos, que trabaja en uno de los hospitales de Bristol. Si Reino Unido salía de Europa, entonces los puntos no iban a contar, porque el sistema de salud español solo contabiliza la experiencia ganada dentro de un sistema público europeo. Otros, en cambio, lo han sopesado y han decidido quedarse puesto que “no hay nada seguro”, aunque Ana señala que “a día de hoy, todavía no sabemos nada”.
Ceballos lleva cinco años trabajando en Bristol como enfermera y no le preocupa encontrar trabajo si vuelve a España. Lo que le da es “coraje” solo de pensar que para no “perder el tiempo” tiene que volver a España obligada porque no puede obtener más puntos.
Jesús Lozano es otro enfermero que lleva trabajando en Bristol alrededor de cinco años. Aunque ahora está realizando un voluntariado en África, reconoce que, a él, el Brexit “no le afecta para nada”. Tiene claro que su vida está fuera de Reino Unido, quiere trabajar en otros países, pero sabe que si en algún momento desea volver a Reino Unido, tiene las puertas abiertas.
“Tengo muchos amigos y casi todos estamos en la etapa de 'no sabemos muy bien qué hacer'. Muchos nos vamos, muchos estamos viajando. Pero no he escuchado a nadie que se vaya por el Brexit. En mi entorno no hay esa preocupación”, cuenta. También reconoce que cuando salgan de la Unión Europea, esos puntos dejarán de ser útiles. Por tanto “la gente que acaba la carrera a partir de ahora, si lo que quiere es conseguir puntos para trabajar en España, no se va a ir a Reino Unido. Y la gente que esté viviendo en Reino Unido por los puntos, se acabará yendo”.
Guillermo Hurtado es un enfermero de 25 años que decidió volverse a España en Julio de 2019. “Hay mucha gente que va allí para coger experiencia, para coger puntos para la bolsa de España. Solo con homologarlo de algún modo, con algún tipo de acuerdo, igual pueden seguir manteniéndolo. Pero no he escuchado nada al respecto. Ni desde el Gobierno español ni desde el Gobierno inglés”, admite.
Además, hace hincapié en que, de tener un efecto negativo, sería en los enfermeros que residen en España y que quieran irse a Inglaterra, puesto que ya no sería una de las opciones, a pesar de tener la facilidad del idioma.
No obstante, es muy pronto para adelantar acontecimientos. Itxaso Arca, de 37 años, lleva seis años trabajando en la sanidad pública británica, primero como enfermera, y después como matrona. Coincide con los demás en que ahora mismo no saben nada. “Estamos viviendo en el desconocimiento absoluto, que tampoco es agradable. Hay una inseguridad por desconocimiento, más que por la sensación de que pueda pasar algo”.
Las posiciones de España y Reino Unido
Ninguno de los dos países se ha pronunciado al respecto. Ambos acaban de atravesar unas elecciones adelantadas y están haciéndose al nuevo orden político. Sin embargo, la incertidumbre que sufre el colectivo de enfermeros es notable. Ellos solo se atreven a hacer conjeturas y mantener la esperanza.
“Espero que hagan algún acuerdo. Hay muchísimos enfermeros españoles en todos los hospitales que he trabajado. Sería extraño también que Inglaterra no quisiera que nos quedásemos, sabiendo que es una de las grandes razones por las que estamos aquí –que nos cuentan los puntos en España–, para eso nos podríamos haber ido a Australia”, responde Ceballos.
La cuestión es si España iniciaría los trámites para llegar a un acuerdo con Reino Unido sobre mantener el sistema de puntos para los españoles y si el resto de los países harían lo mismo.
Jesús cree que el llegar a un acuerdo no depende de Reino Unido, puesto que los derechos de los españoles están garantizados en este país. “A España no le interesa que sus enfermeros se vayan, creo yo”, matiza Lozano. “El año pasado, en Andalucía estaban pidiendo a los enfermeros que volviesen porque no tenían personal para cubrir las plazas de verano”, añade.
“Me preocupa que España no luche lo suficiente por los que estamos fuera, porque creo que se nos tiene olvidados y somos muchísimos. Y encima lo único que queremos es volver. Necesitamos que nos ayuden y que el tiempo que hemos estado aquí, se nos contabilice. Y eso solo va a ser posible si en España piden esas condiciones a Reino Unido. A Londres eso le da igual”, concluye Ceballos.
Tanto ella como el resto de sus compañeros coinciden en que la posición de la sanidad británica hacia el personal extranjero ha sido, durante este tiempo, de apoyo total. Desde el principio, cuando tuvieron que pedir el permiso de residencia, los profesionales del sistema sanitario fueron los que obtuvieron su respuesta con mayor rapidez. De hecho, al principio, dijeron que los europeos debían abonar una tasa por la residencia, y “los hospitales dijeron que ellos pagarían por su personal”, cuenta Arca.
Pese a todo, aunque en principio el Reino Unido no tendría ningún interés en este tipo de acuerdo, es cierto que la razón principal por la que los europeos trabajan en el sistema inglés es precisamente por la obtención de puntos. Sin esa posibilidad, no habrían venido en primer lugar. Al sistema sanitario inglés es al primero que le conviene que los enfermeros europeos se queden, defienden los cuatro. La nacionalidad de los enfermeros es fundamentalmente “india, filipina, italiana y española”, explica Arca.
“Las urgencias de los dos principales hospitales de Bristol la llevan españoles. Más de la mitad de la plantilla de urgencias de estos hospitales son españoles”, cuenta Ceballos. Por su parte, Lozano apoya lo que dice Ana: “Estamos muy seguros de que no nos van a echar de allí (…) Si nosotros nos vamos, se cae el sistema sanitario. Por eso nos tienen que cuidar”.
Arca, que trabaja como matrona, dice que en el ambiente se vive la partida de los europeos en la sanidad británica. De aquellos que se van y que no vuelven. “La cantidad de profesionales inmigrantes europeos es increíblemente alta. La sanidad británica tuvo una respuesta muy clara cuando el Brexit salió, diciendo que no nos iban a dejar colgados. Es que nos necesitan. No se lo pueden permitir. No nos pueden echar”.
También añade que “dentro de la sanidad británica hay una sensación de apoyo a su plantilla europea, que les saca las castañas del fuego”. Por último, destaca la diferencia entre el personal británico y el europeo: “Somos personal muy cualificado, preparado para trabajar sin parar y esto se nota. Culturalmente, venimos (…) de sistemas en los que prácticamente no te puedes permitir poner enfermo. Si te llaman, vas, aunque estés muerto. Y venimos con cargas laborales diferentes, tenemos mucha más práctica clínica que los enfermeros que tienen aquí”.
Por último, Hurtado, señala: “No sé si al Gobierno español le puede interesar que les sigan dando puntos. Desde luego, a los enfermeros españoles sí que les interesa, Debería ir por ahí”.
Volver a trabajar en España
Lo que los cuatro tienen claro es su deseo de no establecerse de forma definitiva en Reino Unido. Hurtado, por ejemplo, volvió a España en julio del año pasado y estuvo trabajando con un contrato de verano, aunque en septiembre se le acabó. Jesús, por su parte, sigue de voluntariado y estará viajando unos meses. Luego le gustaría vivir la experiencia de trabajar en España, puesto que nunca ha trabajado en el país, aunque reconoce que seguramente volverá a marcharse, solo porque le apetece trabajar en diferentes países.
Ceballos, por su parte, está deseando volver, pero reconoce que en Reino Unido tiene más comodidades y mejores condiciones. Tiene un contrato indefinido y su contrato se cumple a rajatabla. Reconoce que los contratos que le han ofrecido en España son poco cómodos. “Me han llamado para un contrato del 28 de diciembre al 2 de enero. Para eso me quedo aquí (…) Estamos muchos aquí enganchados (…) Sé que me quiero ir, pero cada vez que pienso en las condiciones, digo, 'me voy a quedar un poquito más en Inglaterra' porque las condiciones que tengo aquí no las voy a tener en España”.
“No me estoy engañando a mí misma. Volver también es volver a una precariedad laboral, a contratos de mierda, a muchísima menos capacidad de mejorar laboralmente (…) Eso también es desilusionante. Pero al final, la vida es mucho más que trabajo”, señala Arca
La cultura española pesa mucho a la comunidad española en Reino Unido. “Una cosa es llegar y cómo te encuentras a nivel personal al principio. No nos hubiéramos quedado el tiempo que nos hemos quedado si no es porque estás sacando provecho. Para mí, empieza a no compensarme”, sostiene Arca. “Nos pesa más lo nacional que lo laboral. Tiene que ver con algo cultural, emocional, nuestra forma de vivir. Preferiría volver a casa e intentar cambiar las cosas desde allí”.
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