Las autoridades de Hamburgo han declarado “zona peligrosa” los barrios del centro de la ciudad que rodean al centro cultural Rote Flora, ocupado desde hace 25 años por grupos anarquistas y cuyo desalojo ha sido anunciado después de que un empresario inmobiliario lo haya comprado al Ayuntamiento. La primera manifestación por este motivo el 21 de diciembre provocó fuertes enfrentamientos entre activistas y policía que se saldaron con centenares de heridos: 500 manifestantes y 120 policías (vídeo). Unos días después, la policía informó que un grupo de enmascarados había atacado una comisaría y herido a tres policías. Varios vehículos policiales también fueron dañados.
La declaración de “zona peligrosa” da amplios poderes a la policía para interceptar y registrar a los sospechosos hasta el extremo de poder expulsarles de esa zona céntrica (en la que residen unas 50.000 personas) o prohibirles el acceso a un barrio de la ciudad donde existe una gran actividad nocturna. Los agentes patrullan por sus calles y tienen derecho a registrar a cualquier persona. La policía afirma que sólo lo hace con aquellos de apariencia sospechosa, pero los grupos opuestos a la decisión afirman que se realiza de forma indiscriminada. Un hombre contó al periódico Hamburger Morgenpost que había sido interceptado tres veces en 30 minutos mientras paseaba por el barrio.
El Gobierno de la ciudad de Hamburgo está controlado por los socialdemócratas, pero ha recibido el apoyo de los democristianos en la concesión de poderes especiales a la policía. Los verdes y los liberales cuestionan la medida por creer que es desproporcionada. La oposición más clara procede del izquierdista Die Linke, que amenaza con llevar el asunto a los tribunales. Su portavoz, Christiane Schneider, dice que se ha ido demasiado lejos “al establecer una zona peligrosa en una área donde viven decenas de miles de personas”.
Las restricciones entraron en vigor el sábado a las 6 de la mañana. El domingo por la tarde, ya habían sido registradas por la policía 263 personas, de las que 62 fueron expulsadas de la zona. El martes por la tarde, la cifra total superaba las 400 personas. Un hombre fue detenido por tirar una valla policial y ponerse una máscara. Otras tres personas lo fueron por llevar material pirotécnico en una bolsa. Excepto esos petardos, palos o máscaras, la policía no ha encontrado nada que se aleje de los normal en esos registros.
Ha habido también 50 arrestos breves, en los que esas personas han sido puestas en libertad pocas horas después. La mayoría de estos arrestos se han hecho contra los activistas que realizaron los llamados “paseos colectivos” por esa zona de Hamburgo en respuesta a la convocatoria hecha en Internet como forma de denunciar la concesión de poderes especiales a la Policía.
Dentro del distrito de acceso restringido, se encuentra la zona conocida como la milla del pecado, la calle del distrito de St. Pauli en la que abundan locales de entretenimiento relacionados con el sexo. La policía dice que las medidas no pretenden convertirse en una carga excesiva para los vecinos o para los visitantes de la zona de esparcimiento“.
Nunca antes se había concedido a la policía estos poderes especiales sobre una zona tan grande de la ciudad. Lo habitual es que afecte a un número reducido de calles, o sólo a un parque, y durante una operación contra el consumo de drogas.
Imágenes de los enfrentamientos del 21 de diciembre.
Corrección: En una edición anterior de la noticia, se decía incorrectamente que el Ayuntamiento de Hamburgo había tomado la decisión de conceder poderes excepcionales a la Policía. Hamburgo es una ciudad Estado, que cuenta con un Parlamento regional y un Gobierno, que son las instituciones implicadas en la decisión.