A Lourdes Huanca se le encienden y enrojecen los ojos cuando le pregunto si está siendo amenazada. Lo está. Lleva meses siendo hostilizada por atreverse a levantar la voz. Está aquí para recoger solidaridad internacional para su pueblo. Los compañeros que le acompañan en Madrid no la dejan ni un segundo sola. Pero rápidamente sale de su congoja para señalar a los responsables de lo que está ocurriendo en el Perú. Nadie como ella para contárnoslo. Presidenta de la Federación de mujeres campesinas, artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), no solo puede explicar las imágenes de violencia policial que han estremecido al mundo: con más de 60 muertos y cientos de heridos por los que nadie en el Estado responde, ya no se puede hablar de democracia sino de dictadura cívico-militar, la de Dina Boluarte y el Congreso, que mostró su ánimo golpista desde el día en que un indígena llegó al poder.
Con bajísima aprobación según la calle y las encuestas, Congreso y presidenta deberían irse pero, como todo poder autoritario, se aferran usando la represión y la muerte. Lo que no se ve en la televisión ni en la prensa –menos en la peruana, que es el oligopolio de unos de los grupos económicos más poderosos del Perú, El Comercio–, es todo lo que nos ha traído hasta aquí.
Huanca lo dice muy claro: “2023 es el año de revisar las concesiones mineras, petroleras y de agroexportación. Además, han encontrado litio en Puno. El poder lo sabe. ¿Creen que vamos a decir ven aquí, sácalo todo? ¿Cuánto le estarán pagando a Dina para que le dé la espalda a su pueblo? Se vienen largas e intensas jornadas de lucha. Y a ella le toca la cárcel. Que pague por nuestros hijos muertos”.
¿Por qué han salido a la calle?
El sur está enardecido. Duele la traición de Dina Boluarte. Para los campesinos, vale más la palabra que un papel. Boluarte decía que ella estaría con el pueblo para defender la democracia. Esa fue su palabra y mira ahora. La democracia de Boluarte es la democracia de las élites de la derecha y el fujimorismo. Nos ha soltado el ejército. Ha declarado el estado de emergencia en nuestras tierras. Ha empezado la masacre en su propia tierra que es Andahuaylas. Mira el nivel de traición. Allí nueve fueron asesinados, entre ellos varios jóvenes, algunos menores de edad. Ayacucho se ha solidarizado y de golpe les matan a diez más. Otros tres en Arequipa. Otros tres en Amazonas. En enero ya matan a 18 compañeros sin piedad. Han matado hasta al médico que estaba auxiliando heridos. Han irrumpido diciendo ¿qué cosa, salvando la vida de estos terroristas, de estos delincuentes? En Puno fue tan terrible, a las enfermeras les arrancaban las medicinas de las manos. Hasta ahí eran 47 muertos. Durante este último lapso ya tenemos 60 muertos. ¿Cómo no nos va a doler, cómo no vamos a estar enfurecidos?
Para que se enteren los que los llaman terroristas. ¿Quiénes son ustedes, Lourdes?
Somos seres humanos, somos personas que aportamos al desarrollo de nuestro país. El sector campesino indígena, hombres y mujeres, somos quienes damos el pan para llevar a la mesa de la gente. Somos los que sembramos y cosechamos. Porque la gente de Lima y otras ciudades no se alimentan de oro, plata o cobre. Y somos también quienes venimos luchando desde el día 7 de diciembre, los campesinos, las campesinas, los indígenas. No vamos a retroceder. No vengo a hablar en nombre de Lourdes Huanca. Vengo a nombre de nuestra federación, a nombre de la Asamblea nacional de los pueblos. Nuestro acuerdo es no retroceder.
Vídeo: Fernando Vílchez.
¿Qué es exactamente lo que pide ese Perú movilizado?
Creen que los campesinos deseamos siempre semillas y tierra, pero hoy la agenda política de lucha unificada, de campo y ciudad, obrera y campesina, es: destitución de Dina Boluarte, cárcel para ella, que pague la sangre derramada, libertad de Pedro Castillo, cierre del Congreso e instalación de la Asamblea Constituyente Plurinacional paritaria. Dejen de subestimarnos políticamente.
Por ahora la respuesta del Gobierno ha sido de ninguna escucha y muy cruenta.
La señora Dina Boluarte dice “la paz, la paz”, “los invito a dialogar”. O sea me mata a mis hijos, a mi esposo, mi padre, mi tío, y después de matar ¿voy a decir vengan a dialogar? ¿En qué cabeza cabe eso? Tenemos congresistas que dicen sin pudor métanles bala a esos terroristas, a esos delincuentes. No somos delincuentes ni terroristas. Los periodistas independientes regionales han ido a los pueblos y han investigado que ni un solo muerto tenía antecedentes penales o de terrorismo. Ninguno. La señora Dina Boluarte dice “las balas que los han matado no son del Perú, son de Bolivia”. Pero los forenses ya la han desmentido. Son balas de la policía peruana que recibió órdenes de matar de la misma presidenta. ¿Qué es lo que espera Boluarte para renunciar? Se indignó por los muertos de otros dictadores, ¿dónde está su indignación por los 60 muertos? Está claro que detrás hay un plan fujimorista: los ministros son fujimoristas. Las ministras son parte de la élite que ha dado este golpe de Estado contra los pueblos. Este es un golpe de Estado contra los pueblos indígenas. Las estrategias y narrativas que estamos viendo son fujimontesinistas.
¿Qué le diría a Boluarte?
Que Dios le perdone y la pachamama. Pero nosotras no la vamos a perdonar. Y no podemos retroceder por nuestros hijos, por nuestros nietos. Si hoy nos están matando, imagínese si lo dejamos ahí nomás. ¿Qué va a ser del futuro? Yo igual me muero en diez o veinte años. ¿Y estos jóvenes que quedan van a seguir siendo tratados así? Sabemos que el Gobierno ha salido después de las protestas a decir que los policías son unos héroes. Hasta organizaron una marcha por la paz en la que obligaron a cada policía a llevar a cinco familiares para abultar. Nosotros decimos paz pero con justicia. Y justicia sería que la presidenta fuera presa porque si no dónde quedó la cultura de los derechos humanos en nuestro país. ¿Cuánto dinero le estará cayendo por darle la espalda a su país? Y encima usando el feminismo, diciendo que no la dejan gobernar por mujer, cuando lo que queremos es que se vaya por fascista.
Como mujer y líder campesina, ¿cómo sienten lo que ha ocurrido en el último año y medio desde las elecciones?
Este proceso para los pueblos indígenas originarios no inicia ni el día 7 de diciembre que meten preso a Pedro Castillo, ni cuando empiezan las protestas, sino desde que fue proclamado como presidente. Ya desde ahí querían desconocer los votos de las regiones. Decían que los campesinos no sabemos votar y que habían votado por nosotros, algo rotundamente falso. Yo vengo de una federación. Y nosotras acordamos en asamblea votar por Castillo en la segunda vuelta.
¿Por qué votaron por él, qué representaba Pedro Castillo?
Porque era la alternativa. No íbamos a votar por Keiko Fujimori, que representa la continuidad del proyecto autoritario y corrupto de su padre. Lo analizamos: Castillo no es de Lima, como nosotros, es de Cajamarca, hijo de campesinos, un profesor rural de primaria. ¿Cómo no sentirnos representados? Una vez proclamado, los fujimoristas pidieron auditoría voto por voto, y ni de esa manera pudieron probar que hubo fraude. Ya esa vez las compañeras y compañeros nos movilizamos hacia la capital como ahora para proteger nuestros votos. Hemos dormido en la puerta del Jurado Nacional de Elecciones. El golpismo verdadero empezó desde el primer día de Castillo.
¿Qué pasó después entre el Congreso y el Ejecutivo?
Se supone que cuando eres elegido presidente empiezas a trabajar. Como otros presidentes han empezado a gobernar en el Perú, Toledo, Humala, a los que no les han exigido resultados ni bien llegaron. En cambio a Castillo, desde que entró a palacio empezó contra él el maltrato verbal, la violencia psicológica, capacitista, racista, clasista. Le llamaban burro, incapaz, provinciano, ignorante. Cada palabra que se le decía al presidente, nosotros, hombres y mujeres del campo, lo sentíamos como si nos estuvieran insultado y ofendiendo a nosotros. Nos estaban diciendo que no podíamos gobernar y que no sabíamos dialogar. No querían dialogar porque tenían muy claro su objetivo de cargarse al presidente. Como ahora Dina Boluarte nos acusa de no saber dialogar para evitar su caída.
¿Diría que desde entonces ustedes estuvieron organizándose en defensa de su elección política?
Sí, ya no solo desde mi federación, sino también con las rondas campesinas, el Frente Agrario, la Asamblea de los Pueblos y otras organizaciones autónomas, estuvimos siguiendo el proceso que se estaba dando en el Congreso y que perseguía la vacancia del presidente. Hubo cuatro intentos de vacancia y pedidos de destitución en un año. Elegía sus ministros y se los tumbaban. Jamás un presidente fue tan fiscalizado, buscándole cinco pies al gato, mientras la prensa se encargaba de amplificar estas informaciones dudosas para crear la sensación de que ellos tenían razón: de que hubiera sido preferible que gobernara una Fujimori que un indígena.
Y finalmente lograron que creciera la oposición hacia Castillo en cada vez más sectores, pero las organizaciones indígenas se mantuvieron a su lado. ¿Por qué?
Fue la primera vez que un presidente abrió las puertas de Palacio de Gobierno a los pueblos originarios, como nadie había hecho antes. Pero no como le abres la puerta a una cantante indígena o a un grupo de bailarines para quedar como alguien que ama la marca Perú, sino que las abrió para que las organizaciones podamos tener reuniones con los ministros y con él. Ese gesto es lo que a nosotros nos convenció de que tenía voluntad de trabajar y recoger nuestras propuestas. Los compañeros y compañeras nos hemos sentido legitimados por él. Recogió propuestas como la nueva reforma agraria, la ley universitaria, el referéndum por la nueva constitución. Y hubo 54 propuestas de ley para el poder legislativo. No fueron aprobadas. Perú Libre decía que el presidente se estaba reuniendo con caviares. A nosotras imagínese que nos llamen caviares. No he probado el caviar en mi vida. O sea nosotras estábamos hablando con él sobre cómo los hijos de nuestros compañeros en Cerro de Pasco estaban llenos de plomo en todo el cuerpo. Estábamos hablando con él de cómo las empresas mineras y petroleras estaban contaminando el medio ambiente, dejando estéril la pachamama o negando el cambio climático. ¿Caviares? Para los poderes económicos sin embargo sí éramos un peligro. Por eso esos nos llaman otra cosa, terroristas. Estaban muy nerviosos de vernos ahí en Palacio de gobierno.
¿Por qué?
Por una razón muy concreta: este año se iban a revisar las concesiones mineras, petroleras y leyes sobre agroexportación que se han concedido prepotentemente por 50 años con grandes sumas de dinero de por medio para solo algunos, proyectos que se hacen al lado de nuestras casas pobres sin que mejoren en nada nuestras condiciones de vida. Claro que a las grandes empresas de la derecha no les ha gustado eso. No les ha gustado que en cada región que visitaba Castillo dijera que iba a revisar las concesiones y hablara de que las deudas de millones que pensaba cobrarles a las multinacionales iban a ser recaudación para construir mejores escuelas para los niños campesinos. Y lo decía con el lenguaje del pueblo. No eran palabras técnicas. Eso era importante. Por eso le llamaron ignorante. No por su forma de hablar en realidad sino porque amenazaba sus intereses. Y a nosotros durante este año y medio no han parado de hostigarnos.
¿Por qué da ese mensaje a la nación en que anuncia un autogolpe que se queda solo en intento y que no tiene el apoyo de nadie?
Para nosotras sigue siendo inexplicable. Hemos analizado lo ocurrido y creemos que pasó algo muy oscuro, quizá amenazaron a sus hijos. Creemos que desde el 7 de diciembre él está secuestrado y preso. En cada región que visitaba Castillo recibía el mismo mensaje de la población: cierra el congreso, no te deja trabajar. Ese ha sido el reclamo de la población. ¿Y ahora cuál es ese reclamo? El mismo. Ya no lo dice Castillo nomás, lo dice todo el mundo, hasta el centro. Ese congreso no puede seguir y Castillo lo sabía. Es el Congreso que ha puesto a su marioneta Dina Boluarte para que nos calle la boca y nos mate. No somos estúpidas. Somos mujeres campesinas conscientes. Supimos que antes del mensaje se reunieron los ministros e iba a leer otra cosa. Pero el día 7 no dejaron entrar al jefe de gabinete que llevaba el discurso y se lo daba en mano al presidente.
¿Qué pasó ahí? ¿Por qué leyó ese documento que no estaba acordado?
Ya lo dirá el presidente. Nosotras tenemos la hipótesis de que fue amenazado. Más allá de lo leído, eso nunca fue documento, ni decreto firmado. Eso no existe. No hubo un documento que dijera al Ejército que vaya y tome el Congreso. Legalmente Castillo no debería estar preso, está secuestrado injustamente. Pueden continuar sus juicios desde fuera, por qué seguir encerrado. El mismo 7 salimos a la calle a pedir su libertad. Y nos han tirado ya desde ahí bombas lacrimógenas.
Había sospechas de corrupción sobre su Gobierno y su entorno, ¿usted sigue pensando que no eran casos ciertos? ¿Y las promesas incumplidas?
Cuando nos hemos reunido siempre le hemos preguntado, le hemos pedido que sea sincero, nos juraba por sus padres que no había cogido un sol. Pero yo les he dicho que me muestren una prueba y hasta ahora no lo hacen. De lo que estamos seguras es de que teníamos un presidente del pueblo al que no dejaban gobernar y que se pasó el año que estuvo ahí preparándose solo para defenderse. ¿En que momento iba a cumplir lo prometido? Yo no soy castillista ni de Perú Libre. Soy de mi federación de mujeres. Lo que hemos estado cuidando es la gobernabilidad de nuestro país y el voto campesino, sobre todo el de las mujeres.
¿Qué esperan las mujeres campesinas del Perú de esta visita tuya, Lourdes, a Europa?
Tengo que agradecer la solidaridad de cada peruana y peruano, y de quienes nos han recibido en Bruselas, París, Madrid, Ginebra, Barcelona. Me quieren enlodar diciendo que estoy aquí de turista con la plata de Castillo. Así como han dicho que quienes protestamos estamos pagados por alguien. Para la derecha solo existe en su cabeza el signo del dólar, del euro. Pero no existen las palabras solidaridad, sororidad, comunidad. La gente latina, peruana, lo sentimos muy adentro, por nuestras ancestras. Y cuando no te dan lo que te sobra, te dan lo que es y corresponde. Nos hemos reunido con bancadas de izquierda en todos estos países. Esperamos que envíen cartas de solidaridad pidiendo la renuncia de Boluarte. Es lo mínimo que se espera de países democráticos como España y de gobiernos progresistas. No se puede reconocer a una asesina.
Llegar a Lima tampoco ha sido fácil, ¿cómo se lucha contra contra tanta desigualdad?
Se han equivocado con el pueblo indígena campesino. Aguantamos hasta que se desbordó.
En Lima hoy hay miles de miles de campesinos movilizados a pesar de que nos amenazaron, a pesar de que nos dijeron “a estos terroristas lo esperamos aquí de pie”. Los han detenido en Pisco, en Andahuaylas, en Cusco, en Pucusana, entrando a Lima. Nos tienen miedo, no hemos ido a matar a nadie como Dina Boluarte, solo hemos llegado hasta ahí para decirle “señora váyase a su casa”. Por ahora. Hasta que la ajusticien. ¿Dónde está la democracia? Es una hecha a medida de las elites. Por eso urge también la formación de una Comisión transitoria para que pueda haber consulta popular para cambiar de una vez por todas la constitución de Fujimori. Las leyes hay que cambiarlas o hay que hacer que funcionen. Hay una ley contra la discriminación y no dejan de llamarnos “indios terroristas”.
No puede seguir esta mesa directiva del Congreso porque si se va Boluarte entra otra fujimorista. Y no cambia nada. Y hay mucho por hacer por los postergados: Soberanía alimentaria, derechos de pueblos indígenas, desigualdad en los más de dos años que por el Covid nuestros hijos no han estudiado porque no tenían internet. Si no hubiéramos tenido conocimientos ancestrales de salud nos hubiéramos muerto todos de Covid.
¿Tú has sido amenazada?
Hay cacería de dirigentes. A veces uno quiere olvidar pero sí he sido amenazada, tengo que agarrar fuerzas para no caer, me acosan, hostigan a mi familia. Tengo miedo por mis compañeros. Han detenido a los dirigentes del Frente de defensa de Ayacucho y directo los han llevado a la dirección antiterrorista. Van a intentar juzgar como terroristas a todos los que nos oponemos a este gobierno y hemos salido a luchar. Por eso pedimos ayuda al mundo. Necesitamos su apoyo.
¿Qué significa democracia para las mujeres campesinas en el Perú?
Como las mamitas dicen: ¿esto es democracia? ¿Que nos estén matando se llama democracia? Democracia es tener libertad para luchar. ¿Para qué nos obligan a votar para después botar a nuestro presidente? ¿Qué nos están diciendo? Pues que si queremos ser autoridades nuestro futuro será la cárcel o la muerte. Pero somos fuertes como el páramo, nos podrán quemar, incendiar pero volveremos a florecer en primavera, brotaremos otra vez como las flores, lo verde y lo hermoso; somos las flores silvestres, eso somos, somos semillas autóctonas de padres y abuelos fuertes. A Petro no lo van a dejar, a Lula le toman el congreso, en Bolivia la derecha se recompone. A Francia ya la quieren matar. Nos matarán a mil o a dos mil pero tenemos que prepararnos para ocupar cada vez más esos lugares de decisión por nuestro bien. No creemos en las fronteras, creemos en la unidad de todos los pueblos originarios de América Latina. No hay fronteras para el dolor. El dolor de nuestros territorios es un solo dolor.