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“Si me hicieron esto en una manifestación, qué pasará si tienen el poder durante años”

Blanca Brizuela es una de las 211 personas detenidas y brutalmente agredidas por la policía en Paraguay hace unos días. Participó en las manifestaciones para protestar por la maniobra que el presidente Horacio Cartes, un importante empresario perteneciente al Partido Colorado, ha llevado a cabo junto a un grupo de senadores para mantenerse en el cargo. El grupo, reunido en un despacho del Congreso, aprobó una modificación para tratar de cambiar la Constitución y permitir la reelección del presidente, limitada hasta ahora.

Blanca tiene 30 años, trabaja en una cooperativa en Arroyos y Esteros, una ciudad a una hora de la capital, y el viernes fue con su familia hasta Asunción para sumarse a la protesta. Pertenece al Partido Colorado, dividido ante la maniobra del presidente.

¿Qué piensa de la maniobra para modificar la Constitución de Paraguay?

Que es un abuso de autoridad. En mi propio partido hay dos posiciones, la que está a favor de la enmienda y la que está en contra. Yo estoy en contra, la máxima palabra es la Constitución. No pueden querer buscar solo su beneficio. Hay reglas y hay que respetarlas. Yo no comparto que haya una enmienda para la reelección de un cargo, los cargos deben ser limitados y rotativos. Buscan perpetuarse en el poder. Cuando uno está en el poder uno puede usar beneficios a su favor. Hay unas ventajas y si sigues en el poder las usarás para proteger tus intereses.

¿A qué se debe la división en el Partido Colorado? 

Quien defiende la enmienda es porque le beneficia de alguna forma o porque le conviene. Hay muchos funcionarios que pertenecen al Estado y que no están a favor de la enmienda. 

¿Cómo se enteró de lo sucedido y por qué decidió sumarse a la protesta?

Ese día, el viernes, estuve en una reunión aquí en Arroyos, en la municipalidad. Estábamos pendientes de la radio. Yo pensé que sería imposible que esto pasara. Y de repente un compañero me dijo que habían aprobado la enmienda. No le creí. Estuvimos comentando entre todos, y varios nos fuimos para allá, indignados, a protestar, incluidos mis padres y mis hermanos. Fuimos unas 20 personas desde aquí.

¿Qué pasó allí para que le apresaran?

Llegamos sobre las diez, vimos a la gente agrupada y empezamos a cantar y a apoyar a la gente que llevaba tiempo allí. Había gente que presionaba porque no nos dejaban llegar al Congreso. Había gente que parecía preparada para los disturbios. La policía empezó a lanzar gases y la multitud se dispersó. Nosotras estábamos en una plaza y la gente se solidarizó y nos trajo agua y sal para despejarnos de los gases. Vinieron con violencia, nos avasallaron. Corrimos, pero en un momento mi hermana y yo nos quedamos en la esquina de la plaza. Mi padre vio cómo nos agarraban, pero tuvo que salir corriendo o le apresaban a él también. 

¿Cuánto tiempo ha estado detenida y cuál fue el trato que le dio la policía?

Mi hermana y yo estuvimos detenidas toda esa noche, nos soltaron a la mañana siguiente. En total, unas doce horas. Nos acusaron de varios cargos, entre ellos, perturbación de la paz pública. Éramos 211 personas apresadas esa noche entre las 10 y la 1 de la madrugada. Había muchos con el uniforme de trabajo, porque les habían detenido en la parada de bus. La policía salió a avasallar, daba igual quien fueras, si estabas con tus hijos también te apresaban. Usaron mucha violencia contra nosotras. Nosotras ni corrimos, nos entregamos. Nos tiramos boca abajo al suelo porque ese es el procedimiento, pero empezaron a patearnos y golpearnos. Me patearon los ojos para que no les mirara. Con el arma me golpearon la espalda y me tiraron balines de goma, me quemaron la ropa con los balines, me los tiraron a quemarropa. Nos gritaban que no habláramos, que nos calláramos, que no les miráramos.

¿Se enfrentan ahora a un proceso judicial por esos cargos de los que les acusan?

Ahora habrá un proceso contra nosotras, sí. La mañana siguiente testificamos ante la fiscalía. Nos agarraron sin orden, simplemente te retenían, por eso les decíamos que estábamos secuestrados, porque ni nos decían por qué estábamos arrestados. Cuando la fiscal vino, trajo su denuncia estándar para todos, por disturbios. Ahora nuestra abogada va a ver el expediente y seguirá el caso.

¿Vieron entonces el asalto al Congreso?

Nosotros ni siquiera vimos lo que había pasado en el Congreso. Vi imágenes en redes sociales. Siempre va a haber gente violenta, pero hay muchísima gente que fue y que vino de muy lejos para hacerse presente y hacer partícipe de que estaba en contra pero no con violencia. Aunque a veces te incitan a la violencia cuando te empiezan a tirar balines, gases... Desde luego no hacía falta tanta violencia, solo incita a más violencia. Cuando estuvimos presas, otras personas vieron que el muchacho que asesinaron estaba convulsionando y nadie podía hacer nada porque tenían que estar boca abajo por miedo a acabar así. Todo el mundo piensa que qué suerte no haber acabado como él.

¿Está Paraguay dividido ante lo que está sucediendo?

Hay mucha división y mucho enfrentamiento. A pesar de tanta gente detenida con tanta violencia, tratan de minimizar la violencia, aunque ahora es imposible, todos tenemos nuestros teléfonos móviles, en cualquier lado hay cámaras y la gente se solidariza. A mí por ejemplo no me dieron asistencia médica. Después fui a un centro médico de urgencia para que me hicieran un diagnóstico. Mi hermana y yo hemos denunciado lo que sucedió porque tenemos evidencias de en qué estado entré en la comisaría, tenemos pruebas de la violencia.

¿Cree que la enmienda seguirá adelante a pesar de esa división y de la protesta?

El mecanismo no es legal pero creo que seguirá adelante. Pero somos muchos los indignados. Lo que pienso es que si me hicieron esto en una manifestación ahora, qué pasará si tienen el poder durante años. Vamos a volver a la dictadura. Cuando nos arrestaron, el oficial nos trató de lo peor por ser mujer, nos dijo que eso pasaba por estar donde no teníamos que estar, que para qué vinimos, que no teníamos que salir de nuestras casas, que no teníamos que gritar o llorar porque sabíamos a lo que habíamos ido. A mí me increpaban por ser gorda, mientras me pegaban me decían que no me dolería porque era gorda.

¿A pesar de la violencia que ha sufrido, seguirá participando en las protestas?

Sí, porque es mi derecho como ciudadana. Mi familia me enseñó a luchar por mis principios y esto es un abuso de poder. Me siento indignada y no voy a dejar de luchar. Porque si nosotros no salimos a reclamar nuestros derechos, el que está en el poder va a hacer lo que quiera. Siento que hay muchos jóvenes que no se dan cuenta de lo que estamos viviendo. Nosotros no supimos lo que fue la dictadura pero lo sabrán nuestros hijos, si nos callamos ahora. Las protestas van a continuar. A lo mejor eso buscan, desafiar al pueblo. Yo creo que ellos pensaban que en una hora lo iban a solucionar y que el pueblo no iba a decir nada. Pero el pueblo reaccionó.