Qué implica la salida de Edmundo González para la oposición en Venezuela y qué puede pasar ahora

Carmen Quintela

9 de septiembre de 2024 22:21 h

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“El 10 de enero de 2025, el presidente electo Edmundo González Urrutia será juramentado como presidente constitucional de Venezuela y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional”. La frase es de María Corina Machado, líder de la oposición venezolana. La publicó en su cuenta de X el domingo por la tarde, cuando el avión en el que viajaba González Urrutia aterrizaba en la base militar de Torrejón de Ardoz.

El opositor venezolano había salido de Venezuela rumbo a España a través de un salvoconducto y tras pasar más de un mes protegido en la embajada de los Países Bajos. Desde el 2 de septiembre hay una orden de captura en su contra, promovida por la Fiscalía venezolana.

“He decidido salir de Venezuela y trasladarme a España a cuyo gobierno agradezco profundamente que me haya acogido y me dé protección en estos momentos, igualmente agradezco a la Embajada de los Países Bajos en Venezuela. Tal decisión la he tomado pensando en Venezuela y en que nuestro destino como país no puede, no debe ser, el de un conflicto de dolor y sufrimiento”, ha afirmado el candidato de la oposición en las pasadas elecciones del 28 de julio, en un comunicado publicado este lunes.

Desde la celebración de los comicios, la oposición ha sostenido que González Urrutia es el ganador y quien deberá tomar posesión el próximo 10 de enero, y ha publicado unas actas electorales parciales para defender su posición.

Varios países, como Argentina o Panamá, lo han reconocido como presidente electo; mientras otros le dan como ganador pero se resisten a ir más lejos, como EEUU, y otros más, como los de la UE, Brasil y Colombia, piden la publicación de las actas sin llegar a conceder la victoria a nadie.

Al mismo tiempo Nicolás Maduro, el actual mandatario, fue designado ganador por el órgano electoral venezolano el 28 de julio pasado, si bien a fecha de hoy aún no ha publicado las actas de ese recuento. Este lunes, en su programa de televisión semanal, dijo que respeta la decisión del líder opositor de abandonar la nación caribeña rumbo a España. “Le puedo decir al embajador González Urrutia, en Madrid, le digo: mi respeto a su decisión, todo mi respeto a la decisión que usted ha tomado”.

Ahora, con el hasta ahora líder de la oposición en el exilio, el interrogante es ¿qué pasará con el antichavismo en Venezuela en los próximos cuatro meses?

La estrategia del Gobierno ante la oposición

Cuando se supo que González Urrutia recibiría asilo en España, la propia vicepresidenta del Gobierno venezolano, Delcy Rodríguez, publicó la noticia en su cuenta de Instagram, prácticamente al mismo tiempo que hacía lo propio el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, en X.

Rodríguez aseguró que el Ejecutivo de Maduro había tramitado los salvoconductos y que hubo un acuerdo con el Gobierno de España para autorizar la salida del opositor. El ministro de Exteriores Albares., por su parte, negó que se hubieran producido “contraprestaciones políticas”, acusación que ha hecho el PP de Alberto Núñez Feijóo.

“El gobierno cree que asesta un golpe al ánimo” de la oposición, explica a elDiario.es Carmen Beatriz Fernández, experta venezolana en comunicación política y profesora en la Universidad de Navarra.

Fernández asegura que no es casual que se haya anunciado de esta manera la salida de González, mientras que otros opositores están refugiados en la antigua embajada de Argentina ante la vigilancia de las fuerzas de seguridad chavistas. “Se lo conceden porque creen que con ello ganan espacio en una lógica narrativa que impulsa la desmoralización”, expone. 

César Bátiz, director del medio El Pitazo, considera que la salida de Edmundo González Urrutia “sí ha golpeado la moral” de la oposición, le sirve a la narrativa del gobierno, que ha tratado de quitarles el apoyo de su gente para que se vayan“, asegura a este medio.

Bátiz recuerda que desde inicios de agosto las apariciones públicas de González Urrutia fueron nulas: “No se le escuchaba, no se le veía, y ahora nos enteramos de que estaba en la embajada de Países Bajos”.

El papel de Machado

En este último mes la oposición ha seguido movilizándose en torno a María Corina Machado. La dirigente de la oposición ha afirmado: “Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”.

Ha sido ella la que condujo la campaña electoral de González Urrutia y la que le traspasó su capital político después de que la inhabilitaran y de que no pudiera participar en los comicios. Y ha sido también ella la que ha seguido apareciendo en las manifestaciones multitudinarias, la que ha dado entrevistas y la que ha reclamado de una manera constante que las elecciones las ganó la oposición, que cifra en 1.793 las detenciones registradas desde el 7 de septiembre.

Anna Ayuso, investigadora para América Latina del think tank CIDOB, dice que el papel de Machado es el que ha mantenido el discurso opositor. Aunque, en todo caso, recuerda que “para tomar posesión, si se llegara a dar la situación, es él (González Urrutia) el que tendría que volver a Venezuela. Y tiene una orden de captura”.

Los posibles escenarios

Los próximos cuatro meses definirán el futuro político de Venezuela. Para la oposición, el reto estará en no perder fuerza con su representante en el exilio. Y para el Gobierno, sacudirse la presión de EEUU, la UE y los países latinoamericanos que no reconocen el resultado electoral del pasado 28 de julio.

Carmen Beatriz Fernández ve varios posibles escenarios.

Uno es que Maduro se mantenga en el poder, lo que puede llevar a algunos países a no reconocer su proclamación el 10 de enero –con el recuerdo de las consecuencias al reconocimiento internacional al autoproclamado Juan Guaidó, que puede desincentivar una decisión análoga con Edmundo González– y a movilización de la oposición. Fernández considera que puede darse una “transición política” con “inestabilidad, desórdenes ciudadanos, revueltas e incluso golpes de Estado”.

Otro escenario, en el que trabajan algunos países en América Latina –Brasil, Colombia– es que “en estos cuatro meses se establezca un acuerdo en el que el oficialismo tutele la transición”. Así, según Fernández, la hipótesis podría ser: “Maduro renuncia y asume el poder el presidente de la asamblea, Jorge Rodríguez, y González Urrutia toma posesión en enero”.

Anna Ayuso, por su parte, considera que “hay sectores chavistas que son anti-Maduro”, y afirma que “el peligro en esta situación es que pase como en Nicaragua”.

César Bátiz añade: “Hay personas del oficialismo que le dicen a Maduro que esto se va a poner difícil por situación económica, lo que va a incidir en una mayor migración a otros países”.

Presión internacional y negociaciones

Para definir el rumbo de estos cuatro meses, las negociaciones con el Gobierno de Maduro van a seguir siendo la clave.

“Va a depender de que se establezca un proceso de negociación donde los factores de Gobierno convenzan a Maduro de que la transición es su mejor opción. Hoy por hoy no parece que esto sea lo más probable. Maduro parece estar muy determinado a no ceder voluntariamente”, explica Fernández.

“El 10 de enero es el punto crucial”, recuerda Bátiz, que ve otro posible escenario: “Puede ser que la salida de Maduro sea el resultado de una negociación a favor de la repetición de elecciones”. Esta fue una de la solución presentada a mediados de agosto por Brasil y Colombia que proponía un Gobierno de coalición de transición y nuevas elecciones con garantías.

“Se espera que la presión internacional se incremente. Se esperan sanciones de Estados Unidos y de otros países a funcionarios, a sus familiares y testaferros. Esto afectaría al sostén económico de Maduro”, añade el periodista.

Ayuso concluye que “la oposición va a tratar de dar la batalla presionando desde el exterior”. Aunque, anticipa: “A estas alturas es muy difícil que el Gobierno de Maduro dé un paso atrás”.