Irán ha lanzado esta madrugada un ataque con al menos una decena de misiles contra dos bases aéreas en territorio iraquí que albergan tropas estadounidenses. El Pentágono confirmó el ataque, una represalia de Irán por el asesinato por parte de EEUU del general Qasem Suleimani, contra las bases de Al Asad y Erbil, aunque los Guardianes de la Revolución iraní han emitido un comunicado que solo cita la base de Ain al Asad y fuentes policiales y militares iraquíes confirmaron a Efe únicamente ese bombardeo y no el de Erbil.
Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, ha afirmado que todavía no está claro si hay víctimas y que están trabajando en las evaluaciones iniciales de los daños. Según Estados Unidos, en esas instalaciones permanecen tropas estadounidenses y de la coalición internacional de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico. “Esas bases han estado en máxima alerta debido a las señales de que el régimen iraní planeaba atacar nuestras fuerzas e intereses en la región”, añade el comunicado del Pentágono.
El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, ha manifestado que el ataque es una medida proporcionada y que Irán no busca una guerra. “Irán efectuó y concluyó medidas proporcionadas en defensa propia en virtud del artículo 51 de la Carta de la ONU atacando una base desde la cual se lanzó un cobarde ataque armado contra nuestros ciudadanos y altos funcionarios”, ha escrito Zarif en Twitter. “No buscamos la escalada o la guerra, pero nos defenderemos de cualquier agresión”, ha asegurado.
Sin embargo, el líder supremo de Irán, Alí Jameneí, ha asegurado este miércoles que el ataque contra las dos bases “no es suficiente” venganza y que es necesario expulsar a las tropas de ese país de la región de Oriente Medio.
“Se les dio una bofetada pero tal acción militar no es suficiente, la presencia corrupta de EEUU debe terminar”, ha subrayado el líder en un discurso televisado en la ciudad de Qom.
Una postura similar han defendido los Guardianes de la Revolución iraní, quienes han señalado que el ataque contra la base militar Ain al Asad es un primer paso de su “dura venganza” por el asesinato de Soleimaní. “Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EEUU, advertimos de que cualquier otra maldad, violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante”, ha asegurado el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución en un comunicado colgado en su web.
Este cuerpo militar de élite también ha dirigido amenazas contra los países árabes aliados de EEUU que albergan bases militares estadounidenses, advirtiéndoles de que serán su objetivo si sus territorios son usados para lanzar ataques de represalia contra Irán. Además, ha aconsejado a EEUU no tomar represalias y convocar a sus soldados en la región “para evitar más daños y para no poner en peligro la vida de los militares de ese país por el creciente odio diario hacia el régimen impopular que domina EEUU”.
Trump: “Todo está bien”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado horas después de la acción militar iraní que “todo está bien”, y ha anticipado que durante el miércoles hará una declaración al respecto. “Tenemos el ejército más poderoso y bien equipado en cualquier parte del mundo, con diferencia”, ha escrito en su cuenta de Twitter. Trump ha ratificado en su mensaje que los misiles han sido lanzados “desde Irán hacia dos bases militares situadas en Irak”.
El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi recibió un mensaje verbal de Irán en el que informaba que el ataque era inminente, ha señalado la oficina de Mahdi. Teherán informó que atacaría lugares donde estuvieran presentes fuerzas estadounidenses, pero no especificó esos lugares.
Un portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, ha informado de que el presidente ha hablado con la canciller alemana, Angela Merkel, sobre la situación de seguridad en Medio Oriente y en Libia, y ha acordado con ella mantener una coordinación estrecha. También ha dialogado con el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, sobre la situación en Irak e Irán, así como sobre asuntos bilaterales y regionales cruciales, ha apuntado Deere en su cuenta de Twitter.
Después de los informes procedentes de Irak, el mandatario se ha reunido con los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y de Defensa, Mark Esper, así como con el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, según versiones de periodistas. En una de las primeras medidas adoptadas por Washington, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha prohibido que las aerolíneas comerciales de EEUU operen sobre el espacio aéreo de Irak e Irán y sobre los golfos Pérsico y de Omán.
En noviembre pasado, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y su esposa Karen visitaron la instalación de Ain al Asad y sirvieron una comida de Acción de Gracias a unos 150 militares estadounidenses. También Trump estuvo en ese lugar junto a su mujer Melania en diciembre de 2018, en una visita sorpresa de la que no fueron informadas ni siquiera las autoridades iraquíes “por motivos de seguridad”.
Estados Unidos tiene entre 5.000 y 6.000 militares en Irak, según distintas estimaciones, y el asesinato el pasado día 3 de Suleimani ha aumentado la presión en el país árabe a favor de una retirada de las tropas internacionales.