Cientos de personas salieron este domingo a las calles de Teherán en la segunda jornada de protestas contra el régimen iraní, después de que este sábado reconociera que derribó un avión de pasajeros con 176 personas a bordo, causando la muerte a todos sus ocupantes, en su mayoría compatriotas.
Vídeos que circulan en redes sociales y testimonios de testigos a medios como The Guardian apuntan a que las fuerzas de seguridad dispararon presuntamente munición real y gases lacrimógenos contra las personas que desafiaron la fuerte presencia policial para marchar en la Plaza Azadi, en el centro de la capital iraní.
El medio británico, que informa de “varios heridos”, recoge el testimonio de una mujer que asegura que las fuerzas de seguridad dispararon primero gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y luego comenzaron a disparar balas. “Disparaban gases lacrimógenos repetidamente, no podíamos ver nada y gritábamos. (...) Una joven a mi lado recibió un disparo en la pierna. Fue terrible, terrible”, sostiene.
Por su parte, The Associated Press ha verificado imágenes enviadas al Centro de Derechos Humanos de Irán, con sede en Nueva York, que muestran a decenas manifestantes huyendo de los gases lacrimógenos. Según la agencia estadounidense, otro vídeo muestra a una mujer rodeada por personas que gritan que le dispararon con munición real en la pierna.
Sin embargo, según informa Reuters, la Policía iraní niega haber disparado contra los manifestantes. “En las protestas, la policía no disparó porque los agentes de la capital recibieron órdenes de mostrar moderación”, ha afirmado Hossein Rahimi, jefe de la policía de Teherán, en un comunicado del que se hace eco la agencia de noticias.
Este domingo, un gran despliegue de antidisturbios trató de impedir amplias protestas contra el sistema iraní después de que las Fuerzas Armadas reconocieran que dispararon un misil por error contra un Boeing 737 de Ukraine International Airlines (UIA), pero los ciudadanos lograron realizar varias concentraciones de rechazo.
Según informa la Agencia Efe, durante la jornada circularon convocatorias en las redes sociales para celebrar una vigilia en honor a las víctimas y protestar contra las autoridades en la plaza Azadi de Teherán, pero la presencia de los antidisturbios dificultó la concentración a la hora prevista.
Ya caída la noche, más ciudadanos se acercaron a la simbólica plaza y gritaron “muerte al dictador” o “el clérigo se tiene que ir”, en alusión al sistema teocrático del país, según ha explicado a Efe uno de los asistentes, Mehdi, quien señaló en medio del caos que teme que le detengan pero que “es necesario protestar por lo ocurrido”.
Vídeos difundidos en las redes sociales mostraron también pequeñas protestas en otras áreas del centro de Teherán y en las universidades de Amir Kabir, Alameh Tabatabaí y Shahid Beheshtí. “Guardia Revolucionaria inútil, autora del asesinato de la nación” y “Cañones, tanques y gases lacrimógenos ya no tienen efecto, tengan miedo, nosotros todos estamos unidos” fueron algunos de los lemas coreados.
Los antidisturbios se desplegaron ampliamente en otras zonas sensibles de la capital como las plazas Enghelab y Valiasr, así como frente a las universidades de Teherán, según ha podido constatar Efe.
Para calentar aun más los ánimos, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho a los dirigentes de Irán “el mundo y EEUU los están observando”: “No maten a sus manifestantes”, escribió en Twitter. El avión civil se estrelló horas después del ataque de Irán del pasado miércoles a dos bases estadounidenses en Irak como respuesta a la operación estadounidense para matar al general Qasem Suleimani.
El miedo a la represión pesa a la hora de protestar en la calle, informa la Agencia Efe. En las manifestaciones de noviembre pasado por el aumento del precio de la gasolina murieron al menos 304 personas y miles fueron detenidas, de acuerdo con datos difundidos por Amnistía Internacional.
Un estudiante universitario, que prefirió identificarse solo por su nombre de pila, Fajr, ha comentado a Efe que “muchos ciudadanos se unirían a las protestas pero que hay miedo”. “El derribo del avión y las mentiras que contaron durante varios días son una vergüenza, es normal que estemos furiosos”, afirma, aludiendo a que las autoridades en principio negaron que el aparato fuera abatido por un misil.
Esta rabia convirtió la vigilia de la víspera en la Universidad Amir Kabir en una protesta antigubernamental en la que se gritaron fuertes lemas como “la renuncia (de los responsables) no es suficiente, un juicio es necesario” y “Muerte al dictador”, en referencia al líder supremo, Alí Jameneí.
Esa concentración, en la que participaron cientos de personas, fue dispersada por la policía, que también detuvo brevemente al embajador británico en Teherán, Rob Macaire, quien fue convocado por el Ministerio de Exteriores en protesta por su asistencia a una protesta “ilegal”, según informa Efe.
El viceministro de Exteriores iraní, Abas Araqchí, ha dicho asimismo en Twitter que Macaire fue “arrestado como un extranjero desconocido en una reunión ilegal” y que fue liberado al poco tiempo de conocerse su identidad. Macaire fue detenido poco después de asistir a una vigilia en honor a los fallecidos, entre ellos tres británicos, en el derribo del avión ucraniano en Teherán.
“Puedo confirmar que no participé en ninguna manifestación. Fui a un evento anunciado como una vigilia por las víctimas de la tragedia #PS752 (...) Me fui después de 5 minutos, cuando algunos comenzaron a corear (lemas)”, ha precisado en Twitter el embajador.
Desde Londres, el secretario de Estado de Seguridad del Reino Unido, Brandon Lewis, ha afirmado este domingo que la prioridad ahora del Gobierno británico respecto a Irán es tratar de “desescalar” las tensiones.
En este ambiente de tensión, varios diputados iraníes plantearon en una sesión del Parlamento expulsar al embajador, una demanda que también corearon las alrededor de 200 personas que se manifestaron frente a la embajada británica. Los manifestantes pidieron, asimismo, el cierre de la embajada en Teherán, gritaron “Muerte al Reino Unido” y prendieron fuego a la bandera británica.