“A los fascistas se les para garantizando derechos”. Irene Montero, ex ministra de Igualdad y eurodiputada de Podemos, ha defendido su candidatura a la presidencia del Parlamento Europeo con un discurso marcado por la denuncia de los recortes de derechos que está cometiendo la extrema derecha en Europa con la complicidad de la derecha tradicional, y con la reivindicación de la paz “frente al criminal de Putin” y al “genocida Netanyahu”.
Montero ha competido por la presidencia de la Eurocámara frente a Roberta Metsola, eurodiputada maltesa, conservadora, antiabortista, y que ha contado con el voto de populares, socialistas, verdes, extrema derecha y liberales. Metsola es la presidenta saliente, fruto del acuerdo de las tres familias políticas, que pactaron para la anterior legislatura la mitad del mandato para el socialista italiano David Sassoli y la segunda mitad para Metsola.
El pacto para este curso incluye a la maltesa para el primer tramo, y está por ver qué socialista ocuparía el puesto a continuación –se habla de la líder de los socialistas en la Eurocámara, la española Iratxe García, pero también podría ser alguien del Partido Democrático italiano, principal delegación de la bancada socialdemócrata–.
Ese pacto también incluía la votación de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, este jueves, además de la jefatura de la diplomacia europea para Kaja Kallas, la ya ex primera ministra eslovena, de marcado perfil antiputinista.
“Nos están llevando irresponsablemente a la guerra mientras se protege a un genocida”, ha dicho Irene Montero en su discurso, que fue interrumpido en algún momento por el ruido de las bancadas de la derecha: “Netanyahu no podría llevar a cabo este genocidio sin el apoyo de EEUU y de Europa. Europa no puede seguir siendo cómplice del Estado genocida de Israel. ¿Por qué no rompemos de inmediato el acuerdo de asociación? ¿Por qué no se imponen sanciones para el genocida Netanyahu del mismo modo que se ha hecho con el criminal de Putin? Esta hipocresía es insoportable y no contará con nuestro silencio. La prioridad de la humanidad en este momento es poner fin al genocidio y a la ocupacion ilegal de Palestina”.
Mientras Montero ha hecho un discurso de marcado perfil político, reivindicando banderas de su grupo, La Izquierda, Metsola ha recurrido a un tono más plano, reivindicando la soberanía parlamentaria, cuando es la presidenta que no reconoce el escaño de Toni Comín, pese a la sentencia del TJUE de diciembre de 2019 que le abrió las puertas a él y a Carles Puigdemont y Clara Ponsatí.
Y mientras Montero ha señalado la masacre de Israel en Gaza, la maltesa se ha limitado a hablar de “humanidad en Oriente Próximo”, sin mencionar los casi 40.000 muertos palestinos por la ofensiva israelí al tiempo que mencionaba “Kiev y Chisinau”, las capitales de Ucrania y Moldavia, países que están a las puertas de la UE.
Metsola ha hablado en su discurso de que “que la democracia sea representada y vivida. Nos van a mirar para que hagamos de líderes, nuestros valores, el Estado de derecho, la invasión de Ucrania, la humanidad en oriente próximo, la necesidad que tenemos que aferrarnos a nuestros compromisos, como un pilar social firme y que nadie quede atrás”.
Montero, por su parte, se ha dirigido a las familias políticas que apoyan a Metsola, populares, socialistas y liberales: “Ustedes dicen defender un cordón sanitario a la extrema derecha. Las elecciones en Francia nos dejan una lección democrática y antifascista: a la extrema derecha se le gana por la izquierda. Las políticas neoliberales y el relato de la moderación no sólo no frenan a la extrema derecha, sino que le ponen una alfombra roja. A los fascistas se les para garantizando derechos”.
Y ha añadido: “Desde el grupo de La Izquierda europea creemos que es el momento de comprometerse políticamente para hacer crecer las fuerzas de la paz, del fin del genocidio, del derecho a la vivienda, de los servicios públicos, de los derechos laborales, del feminismo, del antirracismo, del antifascismo y de la justicia social. Hay que hacer crecer la fuerza de los principios éticos, la fuerza de la esperanza frente a la ley del más fuerte. El presente tiene que servir para construir una Europa de derechos y un mundo mejor y para ello les pedimos el voto”.
El grupo de La Izquierda, que comprende a Podemos, parte de Sumar –Estrella Galán– y EH Bildu, es también la familia política de La Francia Insumisa, Syriza, Die Linke y Sin Feinn, por ejemplo, y ha presentado históricamente candidatos a la presidencia de la Eurocámara, pese a que los acuerdos de las principales familias políticas han llevado a que siempre acaben siendo socialistas y populares.
En 2019 y 2021 la candidata fue la ahora ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego (IU), mientras que en 2014 fue Pablo Iglesias, entonces secretario general de Podemos, quien se presentó.
“El grupo de la izquierda europea, The Left, presentamos esta candidatura para defender una Europa de paz, que apueste por el fin del genocidio contra el pueblo palestino, una Europa feminista, antirracista, antifascista, de derechos y justicia social”, ha dicho Montero: “A los pueblos de Europa se nos está imponiendo un gran consenso de guerra, igual que hace 15 años se nos impuso una gran coalicion de austeridad de cuyas consecuencias aun no nos hemos recuperado”.
Por su lado, Metsola ha apelado a “la oportunidad de soñar con un futuro en el que nuestra potencia no tenga limites, eso es lo que significa para nosotros Europa. Mi pasión por el proyecto europeo no ha disminuido. Esta última legislatura hemos aprendido que el futuro es todo menos predecible. Al margen de lo que llegue, estaremos listos para hacer frente a los resultados cuando se nos presenten”.
La maltesa ha querido tener un recuerdo a su antecesor: “Hace dos años y medio estuve aquí antes de que David Sassoli falleciera y prometi que iba a rendir homenaje a su legado”. Eso sí, a diferencia de Sassoli, Metsola ha dejado sin escaño, de momento, a Toni Comín. Y ha añadido: “Trabajaré redoblando esfuerzos para aunar fuerzas. Tenemos que racionalizar nuestro funcionamiento para que este Parlamento sea la Cámara política que deseamos que sea y seguir mejorando los poderes de control e investigación y se aborden los demás desequilibrios institucionales que permanecen: tiene que ser un Parlamento fuerte, es lo que quieren lo tratados de nosotros y lo que quiere la ciudadania, el parlamentarismo debe ser reforzado”.