Israel impone el cerco total sobre Gaza y no detiene su ofensiva contra Rafah
Israel controla desde este martes el lado palestino del paso fronterizo de Rafah, que conecta Gaza con Egipto y que ha sido la única puerta de entrada y salida de la Franja en los pasados siete meses de guerra. Aparte de plantar la bandera israelí en esa frontera, el Ejército israelí tiene ahora el control de todos los accesos al enclave palestino y no permite, de momento, la entrega de ayuda humanitaria de ningún tipo. De esta forma, completa el bloqueo total que impuso sobre Gaza el pasado mes de octubre, cuando cortó el suministro de agua y electricidad.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó el martes el cierre de los dos pasos fronterizos por los que ha llegado hasta ahora la ayuda humanitaria a Gaza, el de Rafah con Egipto y el de Kerem Shalom con Israel –los camiones entraban desde territorio egipcio, pasaban a través del corredor Filadelfia hasta suelo israelí, donde eran inspeccionados y autorizados para acceder al enclave palestino–. “Deben ser reabiertos inmediatamente”, dijo Guterres en Nueva York, advirtiendo del impacto de la clausura sobre “una situación humanitaria que ya es grave”.
También instó al “Gobierno de Israel a detener cualquier escalada”, pero el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu ha desoído hasta el momento todos los llamamientos a detener la operación militar en Rafah, que dio comienzo este lunes con la orden de evacuación de los habitantes del este de esta localidad del sur de Gaza donde se han refugiado más de un millón de palestinos de otras partes de la Franja.
El control del cordón umbilical de Gaza
Netanyahu defendió el martes que la captura del paso de Rafah es un “paso importante” hacia el objetivo declarado de la ofensiva israelí en Gaza: acabar con Hamás y sus capacidades militares, para que deje de ser una amenaza para Israel, después del ataque que el grupo armado lanzó contra comunidades judías el pasado 7 de octubre, en el que mató a más de un millar de personas y secuestró a más de 200.
También el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que la operación militar en Rafah no se detendrá hasta que se haya eliminado completamente a Hamás de la zona o hasta que sea liberado el primero de los rehenes, de los alrededor de 130 secuestrados que permanecen en manos de los islamistas en Gaza (vivos o muertos).
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron un comunicado a primera hora del martes en el que aseguraban que habían tomado el “control operativo” del lado gazatí del paso de Rafah, que estaba siendo usado “con fines terroristas”. Según las FDI, desde ese punto fueron lanzados los cohetes que el pasado domingo impactaron cerca del paso fronterizo de Kerem Shalom y mataron a cuatro soldados israelíes.
Este miércoles, las FDI anunciaron la reapertura de Kerem Shalom para la entrada de ayuda humanitaria y aseguraron que el paso fronterizo de Erez, entre el norte de Gaza e Israel, ha estado operativo estos días, mientras Kerem Shalom permaneció cerrado debido al ataque con cohetes, según un comunicado.
Para la población gazatí y las organizaciones humanitarias Rafah es el cordón umbilical que ha alimentado la Franja hasta este momento. Desde la ONU, varias agencias han lanzado la voz de alarma porque la asistencia internacional que entra a diario con dificultades, aunque no sea suficiente para cubrir las necesidades de todos los habitantes, es vital.
El portavoz de la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), Jens Laerke, afirmó que “las dos principales arterias para introducir ayuda en Gaza están actualmente bloqueadas”. En una rueda de prensa en Ginebra, denunció que “las FDI están ignorando todas las advertencias de lo que esto puede significar para los civiles y para las operaciones humanitarias en toda la Franja de Gaza”. Por ejemplo, dijo ayer que sólo había combustible para un día y ha explicado que es indispensable para los camiones, los generadores eléctricos, los equipos de comunicación, etc.
“Sin duda, esta mañana [en referencia a la del martes] es una de las más oscuras en esta pesadilla que dura ya siete meses”, agregó el portavoz, en referencia a la guerra de Gaza, que dio comienzo el pasado 7 de octubre y se ha cobrado la vida de casi 35.000 palestinos.
Por su parte, el Gobierno gazatí –controlado por Hamás– denunció que Israel ha cerrado todos los países fronterizos y ha suspendido la entrada de ayuda humanitaria, exacerbando así la “trágica” situación. “Cientos de miles de palestinos no pueden conseguir comida debido a la conquista de Rafah”, han afirmado en un comunicado las autoridades.
Mientras, el Ministerio de Sanidad palestino ha alertado de que los hospitales de la Franja necesitan combustible para los generadores, así como los suministros médicos que llegan desde Egipto y que escasean en Gaza. Además, este martes no han podido abandonar el enclave los heridos y enfermos crónicos que cada día obtienen un permiso especial para salir de la Franja rumbo a Egipto. Sanidad ha asegurado que es “urgente” su evacuación para que puedan recibir tratamiento médico en el país vecino o en otros países árabes que los están recibiendo.
Negociaciones en El Cairo
Mientras Israel sigue adelante con sus planes militares, envió este martes a sus representantes a la capital egipcia para participar en una nueva ronda de negociaciones indirectas con Hamás, a través de los mediadores: Egipto, Qatar y Estados Unidos.
El lunes, horas después de que Israel ordenara la evacuación de los residentes de Rafah e intensificara los bombardeos contra la localidad, Hamás anunció que aceptaba la propuesta para un alto el fuego en Gaza que Egipto y Qatar le presentaron el pasado fin de semana en El Cairo. Según Netanyahu, el grupo “buscaba torpedear la entrada” de las tropas israelíes en Rafah, pero durante la noche del lunes al martes la aviación no dejó de bombardear la zona oriental de la ciudad y, finalmente, los tanques irrumpieron en el paso fronterizo.
Según la Casa Blanca, la operación tiene un “alcance limitado” y aún existen posibilidades de alcanzar un alto el fuego. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo a última hora del martes que, después de una “evaluación” de la postura de Israel y Hamás respecto a la propuesta de los mediadores, “deberían poder solucionar las diferencias que quedan” después de semanas tratando de limarlas. El jefe de la CIA, Bill Burns, se encuentra en Egipto para representar el Gobierno estadounidense en las conversaciones.
El Gobierno egipcio condenó “en los términos más enérgicos” la toma de Rafah por parte del Ejército israelí, calificándola de “peligrosa escalada que amenaza la vida de más de un millón de palestinos” que se han refugiado en Rafah y sus alrededores después de haber huido de otras zonas de Gaza en las que entraron las tropas de Israel en los pasados meses. Sin embargo, Egipto no señaló si responderá a la captura del lado palestino de Rafah y a la presencia de los tanques israelíes junto a su frontera, en un área supuestamente desmilitarizada, con base en el tratado de paz que El Cairo y Tel Aviv firmaron en 1979.
Según información exclusiva del periódico israelí Haaretz, Israel se ha comprometido con Egipto y EEUU a limitar su actuación en Rafah a expulsar a Hamás del paso fronterizo y a la zona oriental de la localidad, la más próxima a la frontera israelí y al cruce. Además, los tres habrían acordado que una compañía de seguridad estadounidense administrará el cruce de Rafah, una vez concluya la operación israelí.
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