Este viernes ha terminado la primera ronda de las conversaciones entre Israel y los mediadores –Estados Unidos, Qatar y Egipto–, que dio comienzo ayer en Doha y que concluye con una propuesta estadounidense sobre la mesa, pero sin un compromiso claro para un alto el fuego. Sólo el pasado mes de noviembre, los países intermediarios lograron un acuerdo entre el Estado judío y el grupo islamista Hamás para detener las hostilidades en Gaza e intercambiar los rehenes retenidos en la Franja por presos palestinos en cárceles israelíes.
Desde entonces, la ofensiva sobre el enclave palestino no ha cesado y ha destruido el 60% de sus edificios, incluida gran parte de la infraestructura esencial. Este jueves, las autoridades locales anunciaban que el número de muertos registrados por los hospitales gazatíes superaba la espeluznante cifra de 40.000, a la que se suman los alrededor de 10.000 desaparecidos, cuyos cadáveres se encuentran probablemente bajo los escombros. También se han registrado más de 92.000 heridos desde el pasado 7 de octubre.
En un comunicado conjunto, EEUU, Qatar y Egipto han asegurado que las conversaciones de las pasadas 48 horas han sido “serias y constructivas” y se han desarrollado en un “ambiente positivo”. Este viernes, EEUU ha presentado una “propuesta puente” que se basa en los mismo principios que la presentada por el presidente Joe Biden a finales de mayo y respaldada por el Consejo de Seguridad de la ONU en su resolución 2735. “Esta propuesta construye sobre los acuerdo de la pasada semana y cierra las brechas que quedan, permitiendo la rápida implementación del acuerdo”, afirman los tres países en el texto.
“Los grupos de trabajo continuarán trabajando en los próximos días sobre los detalles para la implementación del acuerdo y altos representantes de los Gobiernos de EEUU, Qatar y Egipto volverán a reunirse en El Cairo antes de finales de la próxima semana con el objetivo de concluir el acuerdo en los términos presentados hoy”, informa el comunicado.
Desde Washington, el presidente Biden ha afirmado que un acuerdo está “más cerca que nunca”, pero “aún no estamos ahí”. Por su parte, Hamás, cuyos representantes no acudieron a Doha porque nunca se reúnen cara a cara con los negociadores israelíes, ha emitido un breve comunicado reivindicando una vez más aplicar la propuesta original de alto el fuego presentada por EEUU, sin las demandas posteriores que el grupo acusa a Israel de añadir. Ante la postura de los islamistas, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha agradecido los esfuerzos de los mediadores “para disuadir a Hamás de su negativa a llegar a un acuerdo de liberación de rehenes”, según un comunicado de su oficina.
Tanto el Gobierno israelí como el movimiento palestino se han culpado mutuamente del fracaso de las negociaciones hasta ahora y de añadir condiciones a las estipuladas en un primer momento, dificultando así la implementación de la propuesta inicial de la Administración Biden.
Mientras los negociadores israelíes regresan de Doha, el Ejército no ha detenido sus operaciones militares israelíes en Gaza y ha ordenado la evacuación del este de la localidad de Deir al Balah, en el centro de de la Franja, y de la parte septentrional de la ciudad Jan Yunis, en el sur, asegurando en un comunicado que ambos territorios han sido utilizados por los milicianos palestinos para lanzar cohetes contra territorio israelí.
“Este aviso a los civiles se envía para mitigar el daño a la población civil y permitirle abandonar la zona de combate”, han afirmado las Fuerzas de Defensa de Israel en un comunicado. Esta es la enésima orden de evacuación que emiten y, cada vez que lo han hecho, han intensificado sus bombardeos sobre la zona señalada o han irrumpido en ella las tropas terrestres. Además, cada vez los gazatíes son enviados a la llamada “zona humanitaria”, en el sur y oeste de la Franja, que se ha reducido considerablemente en las pasadas semanas y que tampoco es del todo segura, ya que Israel ha bombardeado los campamentos de los desplazados repetidamente.
Por otra parte, en la Cisjordania ocupada tampoco cesa la violencia contra los palestinos. Unos 100 colonos encapuchados irrumpieron en la noche del jueves al viernes en la aldea de Jit, donde quemaron casas y vehículos, y dispararon contra la población. Al menos un palestino ha muerto en el ataque, que ha sido condenado por buena parte de la comunidad internacional. “Este ataque no es aislado y es consecuencia directa de la política israelí de asentamientos en Cisjordania”, ha denunciado la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani. “La impunidad es el gran problema y esto es lo que está provocando la violencia”, ha agregado desde Ginebra.