Italia contiene la respiración: sus datos de rebrotes son mejores que los de otros países europeos

Cada vez más países europeos están experimentando brotes y un aumento de los casos detectados de coronavirus. Pero la tendencia es más estable en el primer territorio sacudido por la pandemia del continente, Italia. Al menos hasta ahora, su curva se mantiene sin grandes altibajos y en niveles relativamente reducidos si se compara con la de otros vecinos europeos. Sin embargo, en el país se repiten los mensajes de cautela, ya que el virus “continúa circulando”, y se vive con preocupación la situación más allá de las fronteras italianas.

Este es uno de los motivos que ha llevado al primer ministro Giuseppe Conte esta semana a defender una prórroga del estado de emergencia hasta el próximo 15 de octubre. El mandatario recordó ante el Senado que “la situación internacional sigue siendo preocupante” y lo que sucede en los “países cercanos a nosotros requiere una cuidadosa vigilancia para evitar que la reanudación de las infecciones también afecte a Italia”, como ha expresado el Comité Científico Técnico que asesora a su Gobierno. En su intervención, se refirió explícitamente a Francia, los países balcánicos y España. La prórroga del estado de emergencia contó con el respaldo del Parlamento –aunque con la oposición de la derecha– y ya ha sido aprobada por el Consejo de Ministros. La medida otorga mayores poderes al Gobierno para gestionar la crisis sin necesidad de la aprobación del poder legislativo.

Italia ha contabilizado en la última semana una media de 260 infecciones nuevas cada día. Y aunque los casos diarios, según el análisis de elDiario.es basado en los datos de la Universidad Johns Hopkins, están subiendo ligeramente, el crecimiento es mucho más intenso en otros países socios de la UE, como Alemania, que ha registrado un promedio de más de 660 contagios nuevos en los últimos siete días, Bélgica o España. Italia mantiene también, de momento, una de las incidencias más bajas de la Unión Europea, con menos de 60 casos nuevos por cada millón de habitantes en las dos últimas semanas. En Francia, esta cifra ronda los 150, en Reino Unido son 144, en Portugal superan los 300 y en España, los 560.

“Los datos internacionales de COVID-19 siguen siendo preocupantes. Las últimas señales de Francia, España y Alemania nos dicen una vez más que la batalla no está ganada, ni siquiera en Europa. Por eso debemos insistir con la fuerza de la prudencia”, escribió en Twitter el ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, este jueves, una jornada en la que Italia sumó 386 contagios, impulsados en gran medida por un foco en Véneto. La cifra está por encima de la media semanal, pero aún muy lejos de los niveles registrados a principios de mayo, en pleno comienzo de la desescalada, cuando se detectaban más de un millar de infecciones nuevas cada 24 horas.

En su último informe semanal, del 22 al 26 de julio, el Ministerio de Sanidad italiano retrata una situación que no es crítica, pero “en la que persiste una transmisión generalizada del virus que, cuando se dan condiciones favorables, da lugar a brotes incluso a gran escala, a veces asociados a la importación de casos procedentes de países extranjeros”. Indican que hay signos que requieren especial atención, como el aumento de la incidencia acumulada respecto a la semana anterior o una tasa RT –que calcula la capacidad de contagio– superior a 1 en ocho regiones, lo que indica que en algunas partes del país la circulación del virus “sigue siendo relevante”, señalan las autoridades, que también matizan que “todavía no hay señales de sobrecarga” en los servicios sanitarios. Durante esa semana se identificaron 736 brotes activos. Sanidad apunta que el número de nuevos casos, aunque “sigue siendo limitado en general”, muestra una “tendencia creciente”, algo que atribuye “a las actividades de rastreo y de pruebas que permiten romper de raíz las posibles cadenas de transmisión”.

Expertos consideran que la vigilancia está funcionando

Varios expertos coinciden en que el sistema de rastreo y la vigilancia están funcionando. “Hay regiones muy buenas en el rastreo de los contagios, por ejemplo el Véneto y, en el sur, Apulia”, dice a elDiario.es un médico de la unidad de cuidados intensivos de un hospital del norte de Italia. Aunque hay varios brotes activos en territorio italiano, las autoridades sanitarias, hasta el momento, suelen llegar a tiempo. “Hemos estado atentos al rastreo de contactos y hemos logrado mantener una buena cadena de mando y coordinación para limitar los brotes” ha explicado Walter Ricciardi, asesor del Ministerio de Salud italiano sobre el brote de coronavirus, en declaraciones a The Guardian.

Para Gloria Taliani, doctora en enfermedades infecciosas de la ciudad de Piacenza, el elevado número de pruebas que se están efectuando también ha contribuido a limitar la propagación del virus, según ha indicado al diario británico. Italia cuenta con una tasa de positividad –proporción de test que dan positivo en COVID-19– muy baja, del 0,5%, una de las más reducidas del continente, de acuerdo con el análisis de Our World in Data. Esto quiere decir que necesita cientos o incluso miles de test para encontrar un caso. La OMS ha sugerido como adecuada una tasa de entre el 3-12%.

Aunque no sobran imágenes de bares y playas concurridas, también se atribuye el reducido nivel de contagio al cumplimiento de las medidas de seguridad, como el distanciamiento físico o el uso de mascarillas. “Estamos reaccionando bien porque nos estamos comportando bien. Así que por ahora, estamos teniendo éxito, pero lo más importante es seguir prestando mucha atención, especialmente a los casos importados”, señala Ricciardi.

Este viernes, el ministro de Sanidad ha extendido la cuarentena de catorce días impuesta la semana pasada para los viajeros procedentes de Bulgaria y Rumanía. Este requisito está vigente para los países no pertenecientes a la UE ni a Schengen, incluidos los territorios considerados seguros en la lista de la Unión. Además, Italia ha prohibido las llegadas de 16 países considerados de alto riesgo, incluidos Bangladesh, Brasil, Chile, Perú y Kuwait.

Temor a que la tendencia se invierta

Pese a los datos, la epidemia no ha terminado. Las autoridades sanitarias piden no bajar la guardia y alertan de la posibilidad de que la tendencia se invierta en las próximas semanas y los casos “aumenten significativamente” si no se cumplen las medidas de cuarentena. Es esencial, añade el Ministerio, “mantener un alto nivel de atención y seguir fortaleciendo las actividades de rastreo, seguimiento y pruebas para identificar prontos todos los posibles brotes de transmisión y seguir controlando la epidemia”, así como mantener un alto nivel de conciencia entre la población en general sobre la fragilidad de la situación epidemiológica y la importancia de “seguir cumpliendo estrictamente” medidas como la higiene individual, el uso de mascarillas y el distanciamiento físico.

Como ocurre en España, Italia también reconoce que la edad media de los casos diagnosticados es ahora de unos 40 años, tras constatar una disminución de personas de edad avanzada en los brotes y detectar más asintomáticos en grupos de edad más bajos. Esto, indican, conlleva un “menor riesgo a corto plazo de una posible sobrecarga” de los servicios sanitarios. Italia sigue siendo, por detrás de Reino Unido, el país europeo que más muertes de pacientes con COVID-19 ha contabilizado desde el inicio de la pandemia.

Observando la situación en otros países vecinos, hay especialistas que son algo más escépticos, como Andrea Crisanti, profesor titular de Microbiología de la Universidad de Padua, que ha cuestionado en entrevistas con la prensa local que tal vez no se “está buscando lo suficiente”. “No digo que no debamos ver destellos de esperanza, pero sí digo a los italianos que tengan en cuenta que el peligro no ha pasado”. Fabrizio Pregliasco, virólogo de la Universidad de Milán, ha dicho a The Guardian que Italia se encuentra en un “estado de limbo” y que esa estabilidad puede deberse, simplemente, a la buena suerte. “Por ahora las cosas van bien, pero estamos caminando sobre el alambre. Esta situación estable podría terminar mal o continuar igual, pero eso dependerá de dos cosas: la continua capacidad de identificar grupos de casos y el comportamiento de la mayoría de los italianos”.

Italia prosigue su camino hacia la recuperación, con la reapertura al turismo europeo, mientras nuevas cifras confirman el desplome de su economía, considerada una de las más importantes de la zona euro. El Producto Interior Bruto se contrajo un 12,4 % en el segundo trimestre del año respecto al primero, una caída “sin precedentes” por los efectos de la crisis del coronavirus y las medidas adoptadas para contenerlo, según los datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (Istat). La situación económica sigue siendo difícil para millones de italianos. “En los próximos meses tendremos que enfrentarnos a unas tensiones sociales tremendas”, advierte a elDiario.es, Eugenia Tognotti, especialista en salud pública y profesora de historia de la medicina en la Universidad de Sassari, en Cerdeña.

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