En su afán por liberalizar el mercado, Javier Milei decretó la rebaja de la edad mínima para adquirir, tener y portar armas de 21 a 18 años. Así, el mandatario argentino dio un paso más en la flexibilización de la portación de armas de fuego, en sintonía con la agenda de la ultraderecha global.
El decreto presidencial modifica un artículo de la reglamentación de la Ley de Armas de 1975 que mantenía la edad mínima en los 21 años. Ahora, el requisito etario para comprar y portar armas quedó fijado en “ser mayor de 18 años” bajo el argumento de “armonizar la legislación” a la mayoría de edad prevista por el Código Civil y Comercial actual.
La decisión de Milei ha esquivado el debate en el Congreso, en donde se encuentran en discusión proyectos sobre el tema. Por caso, una iniciativa oficial que busca flexibilizar la tenencia de armas, un asunto que estuvo en la plataforma electoral del partido de Milei y de la vicepresidenta Victoria Villarruel, La Libertad Avanza.
“Libre portación de armas”
En 2022 el político ultraderechista era diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires y había explicitado su postura: “Cuando prohibís el uso de armas, los delincuentes las usan igual y hay más delincuencia, por eso estoy a favor de la libre portación de armas”.
Victoria Darraidou, coordinadora del equipo de Política de Seguridad Democrática y Violencia Institucional del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) señala a eldiario.es lo preocupante de la medida ejecutiva. “Todas las armas de fuego tienen capacidad letal: las que tienen los civiles en casa pueden ser usadas en peleas interpersonales, en accidentes domésticos, en femicidios. Todas las armas son un problema, pero para este gobierno lo son sólo las armas ilegales”.
En ese sentido Darraidou sostiene que “las armas nacen en condiciones legales, pero luego existe el peligro de que sean desviadas hacia el comercio ilegal. Cuanta mayor circulación, mayor la posibilidad de ese desvío. Por ejemplo, un ladrón se puede llevar armas, además de dinero y joyas. Además, existen fugas dentro de las fuerzas de seguridad ante los controles débiles de stock. Por eso es necesario tener controles muy estrictos”.
Los jóvenes de 18 años no están en condiciones de llevar armas, ya que están más cerca de la adolescencia, todavía en una etapa de desarrollo, señalan voces expertas. En cambio, a los 21 años es mayor la cercanía con la adultez.
Diversos estudios e investigaciones demuestran que bajar la edad mínima para ser legítimo usuario está lejos de ser una contribución para combatir el delito, como sostiene el gobierno actual. La revista Journal of Empirical Legal Studies publicó un trabajo en 2019 en el que demostró que como efecto de la aprobación de leyes que flexibilizan la compra de armas los delitos aumentaron entre un 13 y 15 % durante los siguientes diez años de su implementación.
Trump en el horizonte
El caso paradigmático en el continente americano es Estados Unidos, que volverá a ser gobernado por Donald Trump a partir del 20 de enero y que muestra el drama al que conducen el aumento de las armas en manos de la población civil. El magnate republicano anticipó en la campaña que revertirá las medidas de control de armas implementadas por Joe Biden.
Corría mayo de 2022, días después de un tiroteo en una escuela de EEUU y el entonces diputado Milei decía: “Aquellos estados que tienen libre portación de armas, le guste o no a la progresía, tienen muchos menos delitos (que) donde vos tenés obligados a estar indefensos a los honestos”.
Casi nueve de cada diez argentinos (87%) rechaza la libre portación de armas, según una encuesta a nivel nacional que publicó el Observatorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, dos de cada tres consultados se ubican en posiciones más punitivistas frente al crimen. Un 72% demanda más poder para la Policía y su lucha contra el delito, un pedido que tiene más representación en los votantes ligados a La Libertad Avanza (91%), mientras que los vinculados al peronismo están a favor en un 48%.
Por otra parte, la tasa de armas de fuego en manos de civiles en el país es de 7,4 según los datos del proyecto académico de investigación Small Arms Survey, cifra que ubica a Argentina por debajo de la mayoría de las naciones de América latina. Una de las causas del buen desempeño del país ha sido la implementación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego creado en 2007 y que permitió quitar la circulación de 200.000 armas según datos oficiales.
Tras la huella de Bolsonaro
En Brasil se requiere una edad mínima de 25 años para adquirir y portar armas. Sin embargo, con el gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro -recordado por hacer campaña con el gesto de disparar - firmó decretos que liberalizaban la venta de armas por parte de civiles y fomentó la apertura de clubes de tiro. La Justicia revocó dichos decretos en julio de 2023, cuando ya estaba al frente del Palacio del Planalto su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Milei se mira en el espejo de sus aliados Bolsonaro y Trump. “El gobierno argentino viene a instalar la idea de flexibilizar el acceso a las armas y abre a una mayor proliferación de las mismas” afirma Darraidou. “Es un nuevo horizonte de sentido, por ejemplo, cuando vemos a funcionarios en una práctica de tiro, es un mensaje peligroso de alentar a responder con la violencia”. La experta se refiere al video en el que aparece Santiago Caputo, asesor presidencial, practicando tiro al blanco y que se hizo viral en las redes sociales de simpatizantes mileistas.
No es el único funcionario que ha dado señales alarmantes. La actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo hace seis años “el que quiera estar armado, que ande armado”, cuando ocupaba el mismo cargo en el gobierno derechista de Mauricio Macri. Bullrich argumentaba entonces que “Argentina es un país libre”. Un país que va camino a generarse un problema.