El jefe del espionaje ruso dice que habló en junio con el director de la CIA sobre “qué hacer con Ucrania”
El jefe del Servicio de espionaje exterior ruso (SVR), Serguéi Narishkin, ha afirmado que a finales de junio mantuvo una conversación telefónica con su homólogo de la CIA, Bill Burns, para hablar de “qué hacer con Ucrania” y del breve motín protagonizado por Yevgueni Prigozhin, líder de los mercenarios de Wagner.
Según recoge la agencia estatal rusa Tass, Narishkin dice que el fallido motín del Grupo Wagner, al que se refiere como “los hechos del 24 de junio” sirvió “como pretexto” para la llamada de Burns. Aquel día, los mercenarios tomaron el control del cuartel militar de una ciudad del sur de Rusia y avanzaron hacia Moscú, antes de darse media vuelta tras llegar a un acuerdo con el Kremlin que puso fin a la rebelión.
Medios como el New York Times y el Wall Street Journal informaron el 30 de junio de una llamada de Burns a Narishkin para asegurar al Kremlin que Estados Unidos no tenía nada que ver con la rebelión de Wagner.
Según recoge Tass citando al jefe del SVR, no obstante, “gran parte de la conversación se centró en el tema de Ucrania”. “Reflexionamos y razonamos sobre qué hacer con Ucrania”, asegura Narishkin, quien agrega que tampoco descarta mantener una reunión presencial con Burns en el futuro.
En cuanto a una salida negociada al conflicto en Ucrania, el jefe del Servicio de Espionaje ruso ha manifestado que las condiciones para ello aún “no han madurado”, aunque dice que es posible que eso ocurra “tarde o temprano”. “El hecho de que las negociaciones sean posibles tarde o temprano es natural, porque cualquier conflicto, incluido un conflicto armado, termina con las negociaciones, pero las condiciones para ellas aún deben estar maduras”. Sin embargo, la agencia rusa no especifica si trató esa cuestión en su conversación con Burns.
Según el jefe de espionaje, la conversación duró “alrededor de una hora”. Según han informado medios como el Washington Post, Burns visitó Ucrania el mes pasado. Según Narishkin, el tema no fue abordado durante la llamada.
La CIA no ha querido comentar las declaraciones de Narishkin.
Ucrania sostiene que ningún otro país debe negociar su futuro en su nombre, un principio que EEUU ha respaldado desde la invasión rusa iniciada en febrero de 2022, bajo la fórmula “nada sobre Ucrania sin Ucrania”.
Las relaciones entre EEUU y Rusia están en su punto más bajo desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962, según informa Reuters. Con los contactos entre Moscú y Washington reducidos al mínimo, Burns y Narishkin han mantenido abierta una línea de comunicación desde que la guerra comenzó en Ucrania.
El pasado noviembre, los dos jefes del espionaje tuvieron un encuentro poco común en Ankara, cara a cara. Tras la reconquista ucraniana de Jersón ese mismo mes, una filtración del Kremlin obligó a las autoridades estadounidenses a reaccionar y reiterar que Burns “no estaba desarrollando ningún tipo de negociación” ni “estaba negociando un acuerdo para la guerra en Ucrania”.
Kiev: “Narishkin no tiene ninguna influencia”
Pero, el asesor presidencial ucraniano Mijailo Podolyak, ha declarado a Reuters, tras ser preguntado por estas informaciones, que “hoy en día, alguien como Narishkin no tiene ninguna influencia sobre cómo terminará esta guerra”.
Podolyak dice que Rusia está perdiendo la guerra y que no podrá haber negociaciones con intermediarios como Narishkin. “Esta élite rusa percibe lo que está pasando de una forma totalmente inadecuada, así que no hay nada de que hablar con ellos”.
Ucrania lanzó en junio su muy esperada contraofensiva y, en este momento, rechaza entablar conversaciones, argumentando que eso podría congelar la situación en el campo de batalla, donde Rusia se ha apoderado de más de una sexta parte del territorio ucraniano.
Moscú dice que Wagner ha transferido más de 2.000 equipos
Paralelamente, el portavoz castrense ruso Igor Konashénkov, ha asegurado que el Grupo Wagner ha transferido más de 2.000 equipos bélicos y armas, incluidos tranques y sistemas de lanzamiento múltiple de misiles, al Ministerio de Defensa ruso tras el fallido motín armado.
“Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, de acuerdo con el plan, están completando la aceptación de armas y equipos militares de las unidades del Grupo Wagner”, ha dicho el teniente general en un comunicado.
Explica que Defensa ha recibido más de 2.000 equipos y armas, incluyendo cientos de armas pesadas como tanques T-90, T-80, T-72B3, sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple Grad y Uragán, sistemas de cañones y misiles antiaéreos Pantsir, artillería autopropulsada 2S1 Gvozdika, Acacia, Hiacinth, Tulip, obuses y misiles antitanque.
También sistemas de mortero, vehículos blindados multipropósito, vehículos blindados de transporte de persona, así como otros vehículos y unas 20.000 armas pequeñas, señala Konashénkov.
Asimismo, los mercenarios han entregado a las Fuerzas Armadas regulares más de 2.500 toneladas de municiones diversas, ha añadido.
El portavoz de Defensa indica además que entre los equipos transferidos, decenas de unidades nunca han sido utilizadas en el campo de batalla.
El proceso de traspaso del armamento que estaba en manos de los wagneritas en Ucrania comenzó el pasado 27 de junio, tres días después de que los mercenarios liderados por Prigozhin se sublevaran para evitar su desaparición como empresa militar privada.
El presidente ruso Vladímir Putin, dio tres salidas a los mercenarios: regresar a sus casas, irse a Bielorrusia o firmar un contrato con el Ministerio de Defensa u otras agencias de seguridad del país para subordinarse al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov.
Esto significaba en la práctica el desmantelamiento al menos en Ucrania del Grupo Wagner, tal y como se conocía desde que su creación.
Como parte del acuerdo, el Kremlin prometió a los mercenarios y a su jefe que no serían perseguidos penalmente.
Hasta el momento se desconoce cuántos mercenarios han firmado un acuerdo con Defensa, mientras que la última noticia de Prigozhin y de los mercenarios, según un comandante del grupo, es que se encuentran de vacaciones hasta principios de agosto antes de trasladarse a Bielorrusia.
El máximo general de EEUU ha dicho que el liderazgo de Rusia está sufriendo una “cantidad significativa de fricción y confusión” desde el motín del grupo mercenario de Wagner el mes pasado, pero el impacto que está teniendo en las líneas del frente en Ucrania aún es incierto.
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