Una batalla paralela a la guerra de Ucrania se desarrolla en el poder militar de Moscú. Los recientes combates en el este del país han puesto de manifiesto la brecha entre los líderes del Ministerio de Defensa ruso y Evgueni Prigozhin, millonario a la cabeza de la fuerza militar privada conocida como el Grupo Wagner, convertido en un actor importante en la guerra cuyo papel cada vez más visible ha acaparado la atención de los analistas.
El tira y afloja quedó en evidencia el pasado viernes, cuando el Ministerio de Defensa ruso anunció que había capturado la pequeña localidad oriental de Soledar –Kiev dijo que la lucha por la ciudad continuaba–. En su comunicado, el ministerio indicaba que la aviación, la artillería y las tropas de misiles del Ejército ruso, también paracaidistas, habían hecho posible la toma de Soledar. No mencionaba explícitamente a los mercenarios del Grupo Wagner, que participaron en el asalto a esta ciudad con minas de sal, foco de una costosa batalla.
Prigozhin, que había visitado personalmente Soledar y dos días antes se había apresurado a declarar que sus unidades –exclusivamente– se habían apoderado de la localidad, reaccionó quejándose de que había “constantes intentos de robarle la victoria” a Wagner –aunque sin precisar a qué se refería– y señalando a quienes hablan “de la presencia de otros desconocidos solo para menospreciar los méritos” de sus combatientes. En el comunicado, Prigozhin, que suele ser vago en sus mensajes, aseguraba que estaba más preocupado por la “lucha interna, la corrupción, la burocracia y los funcionarios que quieren permanecer en su lugar” que por Estados Unidos.
Unas horas después, el Ministerio de Defensa “aclaró” públicamente, en otro comunicado, que la operación en Soledar fue llevada a cabo por “un grupo combinado de tropas”, pero el asalto a las zonas urbanas de Soledar “se llevó a cabo con éxito gracias a las valerosas y abnegadas acciones de las unidades de asalto voluntarias de la compañía militar privada Wagner”.
“Peleas públicas y semi insultos entre los dirigentes del Ministerio de Defensa y la PMC Wagner. No es aceptable, perjudican a Rusia, hablan de la falta de liderazgo político, debe detenerse inmediatamente”, opinó Serguéi Markov, politólogo afín al Kremlin, exasesor de Vladímir Putin, en su canal de Telegram. Por su parte, el exoficial ruso condenado por el derribo del avión MH17 y destacado bloguero ultranacionalista Igor Girkin criticó el “agudo conflicto” entre el mando militar tradicional y las fuerzas no oficiales (en referencia a Wagner), que considera “totalmente inaceptable” en tiempos de guerra.
Según ha analizado el think tank con sede en Washington Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), varios destacados blogueros militares –incluidos los afines al Kremlin– han afirmado que existe un conflicto entre el Ministerio de Defensa ruso y Prigozhin a puerta cerrada y dentro del espacio informativo. “Algunos señalan que Prigozhin ha dominado la retórica deliberadamente vaga del Ministerio de Defensa ruso, obligando al Ministerio de Defensa ruso, y por extensión al Kremlin, a poner fin a su tradicional política de abstenerse de reconocer a Wagner y sus esfuerzos de guerra”.
Conocido como el “chef de Putin” por sus contratos de catering y acusado en Estados Unidos de injerencia en las elecciones presidenciales de 2016, Prigozhin, de 61 años y procedente de San Petersburgo, ha salido de las sombras como jefe de Wagner durante la guerra de Ucrania. Admitió en septiembre, tras haberlo negado previamente, que fundó el grupo de mercenarios. Prigozhin, que llegó a ser condenado por robo —por lo que cumplió condena en prisión— llevó a cabo una campaña de reclutamiento de presos rusos para luchar en Ucrania.
Los investigadores del ISW así como otros analistas occidentales llevan tiempo sosteniendo que Prigozhin usa constantemente su participación en la invasión rusa para ganar influencia y está tratando de reforzar la reputación del Grupo Wagner con fuerza de combate eficaz en las operaciones militares en Ucrania con el fin de consolidarse como la figura central de la comunidad ultranacionalista proguerra de Rusia.
“Prigozhin está tratando de convertirse en la cara pública de las fuerzas rusas, y publica constantemente vídeos en los que supuestamente aparece cerca del frente y ve las penurias a las que se enfrentan sus combatientes. Ha criticado repetidamente a generales y dirigentes del Ministerio de Defensa que hacen lo contrario”, tuiteó hace unos días el analista militar Rob Lee.
Junto al líder checheno Ramzan Kadyrov, en un desafío público poco frecuente en plena guerra, el jefe de Wagner ha atacado a los altos mandos militares –representados por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, el general Valeri Guerásimov–, que han sufrido varios reveses en el campo de batalla en Ucrania.
Reorganización del mando militar
Varios analistas han enmarcado en estas tensiones la reciente reorganización del mando militar ruso, en la que Moscú sustituyó la semana pasada al entonces comandante de las fuerzas militares que combaten en Ucrania, Serguéi Surovikin –considerado un favorito de Prigozhin–, por Guerásimov, tras apenas tres meses en el cargo. Surovikin ejerce ahora el cargo de subjefe de la agrupación conjunta de tropas en la zona de la llamada “operación militar especial”, eufemismo con el que el Kremlin se refiere a su invasión de Ucrania.
“No creo que esto se deba a que Surovikin sea visto como un fracaso. Ciertamente es posible que se deba a razones políticas. Como comandante unificado en Ucrania, Surovikin se estaba volviendo muy poderoso y probablemente estaba puenteando a Shoigu y Guerásimov cuando hablaba con Putin”, dijo en Twitter el analista Rob Lee. “Esto reafirma la posición del Ministerio de Defensa como supervisor la guerra. Prigozhin ha elogiado a Surovikin mientras criticaba a (...) la cúpula del Ministerio de Defensa. Esto también puede ser en parte una respuesta al papel cada vez más influyente y público de Wagner en la guerra”.
“Shoigu y Guerásimov han degradado a Surovikin y han puesto a Gerasimov al mando de la operación en Ucrania, degradando a su comandante superior más competente y sustituyéndolo por un incompetente. Esta es una historia que lo tiene todo: luchas internas, luchas de poder, celos”, tuiteó por su parte Dara Massicot, investigadora de Rand Corporation. “Surovikin no ha cometido errores de estrategia en el campo de batalla como tantos otros generales rusos. No me creo el razonamiento del Ministerio de Defensa”.
Según su análisis, Shoigu y Guerásimov “son leales a Putin y al sistema, por lo que se les mantuvo”. “Guerásimov y Shoigu llevan meses apartados del mando principal de la operación. A medida que aumentaban las críticas contra ellos desde algunos sectores (...) Con este cambio, veo esto como una lucha de poder que se ha resuelto a favor de Shoigu y Guerásimov”, tuiteó Massicot, quien sostuvo que el movimiento también presiona a Prigozhin “y a otros que ya no confían en los líderes del Ministerio de Defensa”.
Para los expertos del ISW, el nombramiento de Guerásimov ha sido movimiento político para fortalecer el Ministerio de Defensa ruso en una lucha interna de poder, “frente a los desafíos de los blogueros militares y siloviki rusos, como el jefe del Grupo Wagner Evgueni Prigozhin, que han criticado la dirección de la guerra”.
“No está claro por qué Putin degradó implícitamente a Surovikin en favor de Guerásimov, a diferencia de los comandantes rusos sustituidos anteriormente, a los que se culpó de los reveses en el campo de batalla. Es probable que el ascenso de Guerásimov sea, en parte, un movimiento político para debilitar la influencia de la facción siloviki, ampliamente contraria al Ministerio de Defensa, y una señal para que Prigozhin y otros actores reduzcan sus críticas al Ministerio de Defensa”, dijo la semana pasada el think tank estadounidense.
El ultranacionalista Girkin ha defendido que el “agravamiento del conflicto” está causado “por la amenaza que supone para Wagner el nuevo comandante de la operación”, Guerásimov, y afirma que el ministro de Defensa ruso pretende disolver las empresas militares privadas como Wagner e incorporar sus elementos a la estructura del ministerio. Girkin dice que Putin “debe actuar como árbitro”. “Ahora tendrá que elegir: dejar que 'engullan' a Prigozhin, asestar un duro golpe a Shoigu o tomar cartas en el asunto”, dijo en Telegram. Los investigadores del ISW han hablado en anteriores ocasiones sobre los equilibrios del mandatario: “retener el apoyo del Ministerio de Defensa ruso a su guerra, distanciarse públicamente de los fracasos militares y explotar las fuerzas militares paralelas de Prigozhin”.
Andrei Kolesnikov, experto de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, ha asegurado a Radio Francia Internacional que, en este momento, Putin necesita a Prigozhin “como reclutador de mano de obra, como proveedor de 'carne de cañón”. “Esto es extremadamente importante en esta fase de la guerra. Por eso se le permite convertirse en una figura pública”.
“Si la lucha de clanes se recrudeciera y Prigozhin entrará en una carrera por otras ambiciones, si aspirara a ser algo más que un ‘troll militar-oligárquico’, no es seguro sin embargo que vaya a salir victorioso”, ha dicho el investigador de Carnegie, quien insiste que a “mucha gente la horroriza que este personaje esté acaparando la atención”. Prigozhin, señala, “está ganando influencia gracias a su eficacia matona”.
La analista Tatiana Stanovaya, de R.Politik, ha explicado recientemente en Telegram que el jefe de Wagner “es una figura que no tiene estatus oficial, ni recursos financieros o administrativos oficiales”. “De hecho, se trata de un empresario privado que depende mucho de cómo se construyan sus relaciones con las autoridades. Esta es una posición muy vulnerable”.
El tira y afloja sigue
En declaraciones a la prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, intentó disipar este lunes las informaciones sobre el tira y afloja: elogió al Ministerio de Defensa ruso y a Wagner y desestimó que haya una disputa entre Prigozhin y el poder militar. “Creemos que, en su mayor parte, este conflicto existe, naturalmente, en el panorama mediático”, dijo Peskov, quien también señaló que “el país debe conocer y conoce a sus héroes”. “Todos están implicados en una causa común. Todos luchan por su patria”.
Peskov agregó que si bien la mayoría de tales “manipulaciones” provienen de los “adversarios” de Rusia, “a veces” los “propios amigos actúan de tal manera que no necesitas enemigos”, en una declaración que según analistas occidentales pudo estar tácitamente dirigida a Prigozhin.
El jefe de Wagner optó una vez más por los mensajes vagos al responder a una pregunta sobre la declaración del Kremlin y afirmó que no tiene motivos “para no confiar en Peskov”.