Managua, 8 mar (EFE).- Decenas de jóvenes realizaron este lunes una marcha “clandestina” en Nicaragua y organismos humanitarios reclamaron por los derechos humanos de las mujeres durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en medio de la peor crisis sociopolítica local.
Ataviadas con pañoletas moradas, cruces negras y mascarillas contra la covid-19, las jóvenes marcharon en el interior de la Universidad Centroamericana (UCA) para evitar ser capturadas por la Policía Nacional, que prohíbe manifestaciones ajenas al partido oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
La marcha, denominada “Ante las violencias machistas, caos feminista”, fue pacífica, y centró sus mensajes en la posición de los grupos feministas en contra de las agresiones de los hombres hacia las mujeres.
Durante la manifestación, que se mantuvo casi en secreto hasta pocas horas antes de iniciar, las jóvenes realizaron estaciones para interpretar a mujeres que son víctimas de la violencia machista, pidieron la libertad de cuatro reas clasificadas por defensores de los derechos humanos como “presas políticas”, y entonaron versiones nicaragüenses de “Canción sin miedo” y “Mi libertad”.
Las mujeres también gritaron consignas como “¡El Estado opresor es un macho violador!”, “¡La Policía no me cuida, me cuidan mis amigas!”, o “¡Amiga, hermana, si te pega no te ama!”.
También portaron carteles con mensajes como “Se busca desaparecida, ¿la has visto?”, “Las niñas no se tocan, no se violan, no se matan”, o “El amor no es posesión, ni debe doler”.
ORGANISMOS DENUNCIAN
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más conmemoró el Día Internacional de la Mujer “denunciando las sistemáticas violaciones a sus derechos, la impunidad y la falta de políticas de Estado que aseguren la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres”.
El Colectivo criticó las “medidas represivas” del Gobierno de Nicaragua contra las mujeres, la promoción de la mediación entre víctimas y agresores, el desmantelamiento de las Comisarías de la Mujer en 2016 y que han vuelto a ser instaladas tras las críticas, los casos sin condena, las “denuncias no escuchadas, la impunidad, y la revictimización”.
Además cuestionó el sufrimiento de las mujeres víctimas de los ataques armados del Gobierno desde el estallido social de 2018 contra el presidente Daniel Ortega, a quien su hijastra Zoilamérica Narváez Murillo acusa de haberla violado de forma sistemática desde niña, en un caso que fue archivado por la justicia de Nicaragua.
“Sigan luchando, mujeres, por los derechos humanos, civiles, políticos, sociales, culturales, económicos, que no les inmovilice el miedo, resistan por Nicaragua, por los (manifestantes antigubernamentales) asesinados, los ‘presos políticos’, por los que no tienen voz, por todos”, agregó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), en una proclama pública.
Antes de las manifestaciones, por lo menos cuatro activistas de los derechos de las mujeres y declaradas opositoras denunciaron que patrullas de policías las sitiaron en sus casas y les impidieron salir.
Las restricciones de la libertad de expresión, movilización, información y prensa están en vigor en Nicaragua desde 2018, país que enfrenta un proceso de aplicación de la Carta Democrática Interamericana por “alteración al orden constitucional”, y que de ejecutarse sería suspendido del organismo.
El conflicto interno mantiene a Nicaragua con niveles de inseguridad nunca antes vistos en el presente siglo, y que en 2020 se tradujo en 71 feminicidios, más 11 en los primeros dos meses de 2021, según organizaciones feministas.