El juez progresista Stephen Breyer se retirará del Tribunal Supremo de Estados Unidos al final del actual mandato, que se extiende hasta finales de junio, según han informado este miércoles distintos medios estadounidenses. La jubilación de Breyer daría a Joe Biden la oportunidad de confirmar a un juez progresista para el Tribunal Supremo, donde los conservadores actualmente tienen mayoría.
Breyer es el miembro más veterano del tribunal tras la muerte de Ruth Bader Ginsburg en septiembre de 2020 a los 87 años. Nombrado por Clinton en 1999, solo el conservador Clarence Thomas –uno de los dos únicos hombres afroamericanos que han estado en el Supremo– ha servido más tiempo entre los jueces actuales, desde 1991. Conocido por sus preguntas incisivas durante los argumentos orales, Breyer siempre defendió que la Constitución debe interpretarse dentro del contexto de cada época, lo que en algunas ocasiones le valió choques con jueces más conservadores como Antonin Scalia, fallecido en 2016.
Una de las sentencias más conocidas que escribió Breyer tiene que ver con el derecho al aborto. En 2016, el juez se encargó de escribir el fallo que tumbó una ley de Texas y que había servido para cerrar la mitad de las clínicas abortivas de ese estado. Y en 2015, se desmarcó de la mayoría de los miembros del Tribunal Supremo y consideró que la pena de muerte se había convertido en una condena tan arbitraria en Estados Unidos que probablemente era inconstitucional.
Con los conservadores ahora en pleno control del tribunal, la sustitución de Breyer por otro progresista no cambiaría su equilibrio ideológico ni afectaría a su deriva derechista en casos sobre el aborto, el derecho a las armas o la religión.
Biden, durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2020, se comprometió a nominar a una mujer afroamericana para cubrir cualquier vacante en el Tribunal, lo que supondría un hecho histórico. Hacía meses que grupos progresistas como Demand Justice pedían a Breyer que se jubilase para que Biden pueda nominar a un sustituto aprovechando que el Partido Demócrata domina el Senado, que según la Constitución del país debe confirmar a los candidatos al Tribunal Supremo. Sin embargo, su mayoría es escasa. Si pierden un solo escaño en las elecciones de mitad de mandato, el equilibrio de poder en la cámara cambiaría, lo que haría mucho más difícil a Biden confirmar a su candidato.
Entre las posibles candidatas de Biden se encuentran Ketanji Brown Jackson, antigua asistente jurídica de Breyer que fue confirmada por el Senado el pasado mes de junio para formar parte de un influyente tribunal de apelación, y Leondra Kruger, que forma parte del Tribunal Supremo de California. También suena el nombre de la jueza de distrito J Michelle Childs, una de las favoritas del congresista James Clyburn, de Carolina del Sur, que dio un apoyo crucial a Biden durante las primarias demócratas en 2020.