Al final sí ha habido foto. No en el Congreso, pero sí de la reunión privada que han mantenido el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris. Ahora que Harris es la candidata de facto para el Partido Demócrata, su equipo de campaña se había cuidado de programarle un evento en Indianápolis el miércoles, para que no tuviera que asistir al discurso del dirigente israelí ante el Congreso de EEUU. La vicepresidenta ha aprovechado la reunión de este jueves con Netanyahu para marcar perfil y ha pedido a Israel sellar el acuerdo con Hamás para el alto al fuego en Gaza.
“Lo que ha sucedido en Gaza durante los últimos nueve meses es devastador. Las imágenes de niños muertos y personas hambrientas, desesperadas, huyendo en busca de seguridad, que a veces han sido desplazadas por segunda, tercera o cuarta vez. No podemos mirar hacia otro lado ante esta tragedia. No podemos permitirnos volvernos insensibles al sufrimiento y no me quedaré callada”, ha asegurado Harris en una rueda de prensa posterior al encuentro con Netanyahu.
Al hacer hincapié en la tragedia que representan los más de 39.000 palestinos muertos en lo que va de conflicto, Harris ha intentado mostrar un posicionamiento más cercano al sector más progresista del partido y a esos votantes jóvenes que se habían apartado por la complicidad de Estados Unidos en el conflicto.
La gestión de la guerra de Gaza se había convertido en una losa para la popularidad de Biden, especialmente después de que las acampadas propalestinas se extendieran esta primavera en las universidades del país. Por eso, a poco más de 100 de las elecciones, Harris está intentando abordar la cuestión palestina con un tono más duro hacia Tel Aviv. “Es hora de que esta guerra termine y termine de una manera en la que Israel esté seguro, todos los rehenes sean liberados y el sufrimiento de los palestinos en Gaza termine”, ha asegurado.
A mediodía, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ya había asegurado que las negociaciones están más cerca que nunca de llegar a un acuerdo para conseguir la pausa humanitaria y liberar a los rehenes.
No es la primera vez que la vicepresidenta exige un alto al fuego. El pasado mes de marzo, Harris ya pidió un “inmediato” alto al fuego y exigió que entrara la ayuda humanitaria en Gaza “sin excusas”. En su momento, se trató de una de las declaraciones más duras que recibía Tel Aviv por parte de Washington desde el ataque del 7 de octubre. Ni siquiera se había aprobado aún la petición de un alto al fuego en la ONU, la cual había sido boicoteada hasta tres veces por Estados Unidos. En el tándem presidencial, siempre ha recaído en los hombros de Harris ser más crítica con Netanyahu.
Mientras que por la mañana la reunión entre el presidente de EEUU y su homólogo israelí dejaba imágenes de proximidad y buena sintonía, las fotos que salen del encuentro con Harris son más formales y distantes. La vicepresidenta ha descrito la reunión como “franca y constructiva”.
Harris ha endurecido el tono con Netanyahu, pero aspira a presidir el país que fabrica el 70% de armas que importa Israel. “Israel tiene derecho a defenderse”, ha afirmado, para después matizar: “Y la forma en que lo haga importa”. “Con demasiada frecuencia, la conversación [sobre Gaza] es dual cuando la realidad es cualquier cosa menos eso. Condenemos el antisemitismo, la islamofobia y el odio de cualquier tipo y trabajemos para unir a nuestro país”, ha pedido Harris. Así mismo, ha reiterado su “compromiso inquebrantable” con la seguridad del aliado estadounidense.
Horas antes de la reunión, la vicepresidenta había emitido un comunicado condenando la quema de una bandera estadounidense durante las protestas del miércoles contra la visita de Netanyahu. “Apoyo el derecho a la protesta pacífica, pero seamos claros: el antisemitismo, el odio y la violencia de cualquier tipo no tienen cabida en nuestra nación”, escribía.
Trump insiste en su “buena relación” con Netanyahu
Trump también se reunió el viernes por la tarde con Netanyahu en Mar-a-Lago, su mansión de Florida, desde donde intenta hacer de contrapoder a la Casa Blanca. El pasado mes de marzo también recibió allí al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, referente del avance de la extrema derecha en Europa. La visita del dirigente hebreo ha vuelto a poner la guerra de Gaza dentro de la campaña y Trump también ha querido aprovechar la ocasión para subrayar su postura en el conflicto.
Durante la reunión, Netanyahu ha agradecido a Trump las políticas que tuvo con Israel durante su presidencia, según un comunicado que ha enviado la plataforma del republicano. En este, también se explica que Trump se ha comprometido con el líder hebreo a “traer la paz al Medio Oriente y combatir el antisemitismo” si es reelegido en noviembre“.
Trump, que durante los últimos meses de su presidencia se distanció del primer ministro israelí, ha asegurado que si es reelegido en noviembre no tendrá que reconstruirla, ya que “siempre” han tenido “una buena relación”. También ha aprovechado para criticar una vez más las políticas de Biden
El jueves por la noche, Trump dijo en la cadena Fox News que Tel Aviv debía poner fin a la guerra en Gaza. La posición desde donde Trump pedía el fin del conflicto es ligeramente distinta a la de los demócratas. Según el republicano, Israel está “siendo diezmado” por la publicidad negativa sobre su comportamiento en la guerra. “Israel no es muy bueno en relaciones públicas”, ha expuesto. Se trata de una crítica que ya había hecho con anterioridad al primer ministro israelí.