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Kamala Harris promete tres millones de viviendas y una ayuda de 25.000 dólares para nuevos compradores

Kamala Harris, este viernes, en Carolina del Norte.

Antònia Crespí Ferrer

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Uno de los grandes handicaps de la administración de Joe Biden es que el ciudadano de a pie no ha notado las mejoras económicas que ha logrado su administración. “Sabemos que muchos de norteamericanos no notan este progreso en su día a día, el coste de vida es muy alto”, ha reconocido Kamala Harris en un mitin desde Raleigh (Carolina del Norte) este viernes. Es por ello que ha presentado un programa electoral en materia económica que lleva un paso más allá las políticas de Biden. 

Harris ha anunciado medidas para “fortalecer” la clase media que van enfocadas a rebajar el encarecimiento del precio de los alimentos y la vivienda. La demócrata ha asegurado desde este swing state que impulsará una ayuda de 25.000 dólares para los nuevos compradores de vivienda. “Acabaremos con la falta de vivienda en Estados Unidos construyendo tres millones de casas y alquileres que sean asequibles para la clase media”, ha dicho Harris como medida para paliar los precios disparados que vive el sector inmobiliario. 

“Todos sabemos que los precios subieron durante la pandemia debido a los problemas que afrontaron las cadenas de suministros, pero ahora se han recuperado y los precios siguen siendo demasiado altos. Una hogaza de pan cuesta un 50% más que antes de la pandemia”, ha denunciado Harris, que ha prometido firmar la “primera” prohibición federal contra la “especulación” de los precios de los alimentos. Esta propuesta es la más ambigua que ha presentado, ya que no ha concretado bajo que criterios se considerará que hay una especulación o qué medidas se usarán para combatirla.

Su campaña también promete una subvención fiscal de 6.000 dólares por hijo recién nacido para las familias con bajos ingresos y planea establecer un límite en el precio de los medicamentos de prescripción médica (incluida la insulina) para toda la población. Concretamente, reduciría el coste de la insulina a 35 dólares al mes y limitaría el gasto de los ciudadanos a 2.000 dólares anuales en medicamentos prescritos. En un país sin sanidad pública universal, Harris también ha prometido trabajar para cancelar la deuda médica de millones de estadounidenses.

Una “economía de la oportunidad”

Probablemente, la medida relacionada con la lucha contra la especulación en el precio de los alimentos sea la más sensible para Harris, a quien Donald Trump ya ha acusado de comunista por ello. “Harris está lista para poner en marcha un esquema de fijación de precios que recuerda más a un régimen del tercer mundo que a los Estados Unidos”, ha afirmado la campaña del expresidente en un comunicado donde apuntaba que “Nicolás Maduro estaría orgulloso de la camarada Kamala”. 

Para no parecer que va demasiado a la izquierda y combatir la imagen de intervencionista, lo cual podría restarle votos, Harris ha creado la etiqueta de “economía de la oportunidad”: “Crearemos una economía donde todo el mundo pueda competir y tenga su oportunidad de tener éxito”. Además de que ha defendido la idea del libre mercado: “La competencia es la sangre de nuestra economía, más competencia significa precios más bajos para vosotros”.

Harris ha intentado crear un contraste con el republicano asegurando que sus políticas miran al “futuro”, mientras que las suyas van “hacia el pasado”. “Trump quiere imponer un impuesto nacional sobre las ventas de productos del día a día que importamos de otros países. Eso devastará a los norteamericanos, significa precios más altos en vuestras necesidades diarias”, ha afirmado.

Cuestión clave en las urnas

La economía será uno de los elementos clave de cara el 5 de noviembre y continúa siendo un punto débil para Harris. Las últimas encuestas, a pesar de ser favorables a Harris, seguían prefiriendo a Trump para que gestionara la economía del país. Con estas medidas, la demócrata quiere ganarse el apoyo de la clase media y de los votantes indecisos que se quejan por lo bajo cada vez que van al supermercado. 

Hasta la semana pasada la inflación había continuado disparada por encima del 3% y muy lejos del objetivo del 2% que se ha marcado la Reserva Federal (Fed) para los tipos de interés. Esta semana se ha conocido que la inflación en Estados Unidos ya se sitúa en el 2,9%, un hecho que la demócrata ha remarcado en su discurso. El descenso de la inflación por debajo del 3% hace más probable que en la próxima reunión en setiembre la Fed acabe bajando los tipos de interés. Después del pánico de las bolsas la semana pasada, muchos inversores ya han presionado al organismo para que baje los tipos. 

En política, esta bajada también podría ser beneficiosa para la candidatura de Harris de cara a las elecciones. Grosso modo, una bajada de los tipos de interés estimularía un crecimiento del mercado, lo que se traduciría en una mejora de la economía del país y sumaría puntos a la candidatura de los demócratas, ya que son los que están en el poder. 

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