elDiarioAR

8 de marzo de 2021 18:45 h

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“Fernanda”. “Blanca”. “Sarita”. Los nombres, uno al lado de otro, lo dicen todo. También las cruces de color rosado, las siluetas dibujadas, las carpas de las que esperan para manifestarse en un nuevo Día Internacional de las Mujeres. Poco duró el color negro en el vallado que bordeaba los edificios gubernamentales que se reúnen en la Plaza de la Constitución, más conocida como El Zócalo, en el corazón del centro histórico de la capital de México. Allí donde había cercas opacas, las mujeres se unieron en un nuevo grito en un país en el que, según cifras oficiales, hay 10 femicidios por día.

La foto de México evidencia una situación que atraviesa a toda América Latina: en la región se encuentran 14 de los 25 países con los índices más altos del mundo de crímenes por violencia de género, según una encuesta de ONU Mujeres en 2018. 

Con información oficial de 15 países de América Latina y cuatro países del Caribe, un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestra que 4.555 mujeres fueron víctimas de feminicidio o femicidio en 2019. La suma de los datos de los cinco países de la región que solo registran los feminicidios cometidos a manos de la pareja o ex pareja de la víctima (Barbados, Chile, Nicaragua, Puerto Rico y Suriname) da como resultado un total de femicidios de 4.640 mujeresen 2019.

Según el reporte, que contiene las cifras más actualizadas, en los países de América Latina las tasas más altas de feminicidio por cada 100.000 mujeres se observan en el caso de Honduras (6,2), El Salvador (3,3), República Dominicana (2,7) y el Estado Plurinacional de Bolivia (2,1). En el Caribe, seis países registraron en 2019 un total de 26 mujeres víctimas de muertes violentas por razones de género, lo que representa un descenso respecto de los 36 casos reportados en 2018.

La variación interanual de incidencia de feminicidios ha sido de 1,3% entre 2018 y 2019, para los 18 países de América Latina y los 6 del Caribe, de acuerdo a los registros de Cepal.

La foto de México exhibe una situación que atraviesa a toda América Latina: en la región se encuentran 14 de los 25 países con los índices más altos del mundo de crímenes por violencia de género, según una encuesta de ONU Mujeres en 2018.

Las vallas de México

La decisión del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador de instalar un vallado metálico frente a la sede de Gobierno, en la víspera a las protestas de este 8M, ha provocado el rechazo de numerosos grupos que de inmediato han convertido el cerco en un homenaje a las víctimas de violencia y femicidio. 

Como una suerte de intervención y adelantándose a las marchas previstas para la jornada, distintos grupos de mujeres se han manifestado con un mensaje poderoso y cientos de personas se han acercado durante el fin de semana a dejar ofrendas y flores en el lugar.

Durante el fin de semana López Obrador aseguró que el vallado dispuesto en la sede gubernamental no representaba un gesto de “miedo” por parte del Ejecutivo como sostuvieron algunas organizaciones civiles. Sin embargo, en lugar de moderar el tono, el mandatario dijo que la finalidad es “evitar provocaciones” durante las protestas por el Día Internacional de la Mujer.

En México, donde según cifras oficiales en promedio son asesinadas diez mujeres al día, son frecuentes las manifestaciones feministas que terminan con violentas represiones por las fuerzas de seguridad. Solo el año pasado, las estadísticas oficiales estimaron que 967 mujeres fueron víctimas de femicidio en ese país, informó la agencia Télam.

Las imágenes del vallado de seguridad provocaron indignación entre mexicanos y mexicanas y numerosas manifestaciones en las redes sociales. “Nuestras compañeras, las que buscan a sus familiares en desaparición forzada, o quienes buscan justicia por los feminicidios de sus hijas no se dejarán intimidar con unos simples pedazos de metal. Que no se les olvide nunca que las mujeres tenemos dignidad y memoria”, señaló en su cuenta de Facebook la agrupación feminista Vivas nos queremos.

Durante el fin de semana, el portavoz presidencial mexicano, Jesús Ramírez Cuevas, había intentado reforzar el mensaje de López Obrador en Twitter ante la creciente tensión de cara al 8M: “El cerco de Palacio Nacional es para proteger y no para reprimir; para cuidar el patrimonio de todos los mexicanos y evitar la confrontación. Es un muro de paz que garantiza la libertad y protege de provocaciones”.

Las marcha previstas para hoy en todo el país coinciden con un nuevo momento de tensión entre organizaciones feministas y el Gobierno de López Obrador, esta vez por el apoyo que el mandatario le dio a Félix Salgado Macedonio, candidato a gobernador del estado de Guerrero por el oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y un dirigente sobre quien pesan varias denuncias de abuso sexual.

Ecuador, con eje en la emergencia sanitaria

Las distintas manifestaciones por el 8 de marzo se dan en medio de la crisis sanitaria por la COVID-19, que según numerosos expertos expuso a las mujeres a muchas más situaciones de violencia de género.

Otro de los países donde se empezaron a manifestar las mujeres durante el fin de semana es Ecuador. Allí algunos grupos comenzaron a movilizarse desde la noche del domingo. Aunque las convocatorias se dieron a lo largo de todo el país, se prevé que las manifestaciones más numerosas tendrán lugar en Quito y en Guayaquil.

Según publica el medio independiente ecuatoriano GK, en Ecuador, el Servicio Integrado de Seguridad ECU 9-1-1 “recibió 28.367 llamadas por violencia en contra de mujeres, niños, niñas y adolescentes” desde el 16 de marzo, cuando inició la emergencia sanitaria, hasta el 31 de mayo.

“De ese número, 3.781 fueron por violencia física, 17.911 violencia psicológica y 39 relacionadas con agresiones sexuales, según un informe del ECU 9-1-1”, informa. Desde que se tipificó el femicidio como un nuevo delito, en 2014, hasta agosto de 2020, según cifras oficiales, se han contado 1.004 muertes de mujeres de las que “el 41% son por femicidios”.

Chile y la violencia

En Chile, donde se multiplican las protestas en las calles contra el gobierno de Sebastián Piñera y durante el fin de semana fueron detenidos 63 manifestantes, también habrá una jornada de marchas que, según los medios locales, podrían ser tan numerosas como las registradas en 2020 para la misma fecha, cuando cerca de un millón de personas se congregó en una jornada que terminó con una dura represión por parte de los Carabineros y dejó varios heridos.

La Coordinadora Feminista 8M de Chile confirmó a través de su cuenta oficial de la red social Twitter la convocatoria a “una huelga general” en conmemoración al Día Internacional de la Mujer y a realizar una manifestación contra la “violencia machista y patriarcal.”

Con la consigna “#AUnPañueloDeDistancia”, las organizaciones solicitan a los manifestantes que se mantengan los cuidados y las medidas medidas sanitarias en medio de la pandemia.

Durante la mañana de este 8M en la inauguración de un Centro Integral de la Mujer, en la comuna de La Reina al norte de Santiago, el presidente chileno anunció la creación de un registro nacional de deudores de pensiones alimenticias, según informó el diario chileno La Tercera.

Después de pedir un minuto de silencio por las víctimas de femicidio durante 2021, Piñera apuntó que “en Chile el 46% de las mujeres no convive con el padre de sus hijos y, de estas mujeres, dos tercios no recibe ninguna pensión de alimentos por parte de los padres de sus hijos y tiene que enfrentar sola la crianza, la formación de sus hijos” y agregó: “Sin duda esta situación representa otra forma de violencia y abuso contra las mujeres”.

Femicidio y desigualdad

La jornada de protestas en la mayoría de los países de América Latina tendrán dos ejes: por un lado, la manifestación contra el femicidio y todo tipo de violencias contra las mujeres y por otro, las condiciones de desigualdad que atraviesan las mujeres en distintos ámbitos.

A pesar de que en todos los países de la región se han implementado leyes para tipificar el delito de feminicidio o femicidio, con excepción de Cuba y Haití, la impunidad con respecto a esos crímenes continúa en muchos de ellos.

En muchos países, el énfasis de los reclamos de las marchas también estará puesto en las desigualdades de las que las mujeres son las principales víctimas.

Según un documento reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, lo que generó “un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral”.

En la región, “la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69%”, de acuerdo con el informe. Se calcula, además, que la tasa de desocupación de las mujeres “llegó al 12% en 2020, porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019”. 

En la región, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69%

En 2020, de acuerdo a la investigación de Cepal, “se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo”.  

“Un 56,9% de las mujeres en América Latina y un 54,3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos por causa de la pandemia”, concluyó la entidad.

MA