¿Qué le piden los palestinos a España, aparte del reconocimiento de su Estado?
España ha reconocido formalmente al Estado de Palestina este martes, 28 de mayo. Una decisión que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado como “la única manera de avanzar hacia una solución que todos reconocemos como la única posible: la de un Estado de Palestina que conviva junto al Estado de Israel en paz y en seguridad”.
Para la palestina afincada en España y miembro del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel) Hania Faydi, el reconocimiento es “una buena noticia”, pero no refleja lo que miles de personas han estado pidiendo en las calles de toda España en los pasados meses: “el fin del genocidio [en Gaza], el embargo de armas y la ruptura de relaciones” con Israel.
“La ciudadanía española pide un embargo de armas, no estamos de acuerdo en seguir pagando con nuestros impuestos las armas que compramos y que Israel vende como 'probadas en combate', ¡con los palestinos!”, dice indignada a elDiario.es. “¿Qué le debe el Estado español a Israel para que todavía no haya un embargo de armas y una ruptura de relaciones? ¿Qué más tiene que pasar? La ciudadanía no se lo va a perdonar nunca”, afirma Faydi. “Claramente el Gobierno está lejos de la ciudadanía”.
“Los ciudadanos no podemos presionar a Israel, pero nuestros Gobiernos sí pueden. A lo largo de la historia, hemos visto que cuando se ha aislado a regímenes opresores supremacistas ha funcionado”, asegura, y hace referencia al “boicot económico, cultural, académico, deportivo e institucional” a la Sudáfrica del apartheid.
La activista se pregunta en qué va a beneficiar a la población palestina el reconocimiento de su Estado: “¿En qué se traduce en el respeto a los derechos humanos de la población palestina? ¿Se va a detener el genocidio en Gaza? ¿Van a volver los más de seis millones de refugiados palestinos que tienen derecho al retorno? ¿Cómo se puede hacer viable esto?”. “Esto no cambia la realidad sobre el terreno, todo es muy abstracto”, añade y, por ello, dice que el paso adoptado por España tiene un “sabor agridulce” para los palestinos de la diáspora como ella.
Respecto a otras decisiones diplomáticas, como la anunciada por Colombia la semana pasada de abrir una embajada en la ciudad palestina de Ramalá, en la Cisjordania ocupada, Faydi teme que se produzcan confusiones porque “Ramalá no es la capital de Palestina, es Jerusalén Este”. La parte oriental de la Ciudad Santa es la que los palestinos reclaman como capital de un futuro Estado, pero esa zona fue ocupada por Israel en 1967 y posteriormente anexionada. De hecho, la mujer palestina se pregunta: “¿En qué territorio, con qué fronteras es reconocida Palestina?”. El Gobierno no lo ha especificado, pero las resoluciones de la ONU reconocen las fronteras anteriores a 1967, año en el que el Estado judío conquistó amplias áreas, no sólo palestinas sino también de países vecinos (como los Altos del Golán sirios).
El reconocimiento visto desde Palestina
El politólogo palestino Xavier Abu Eid da la bienvenida al reconocimiento de Estado palestino, que califica como “un paso importante y necesario, aunque mínimo”. Desde Cisjordania, dice a elDiario.es que “reconocer el Estado de Palestina representa un paso concreto hacia la implementación del inalienable derecho palestino a la autodeterminación, pero eso no debe ser el fin del camino”.
“Al reconocimiento, que es una fuerte expresión de voluntad política, se deben sumar acciones para detener los crímenes de la ocupación israelí. Por ejemplo, hay tres empresas españolas trabajando en planes de infraestructura en las colonias [judías] entre Jerusalén y Belén”, afirma Abu Eid, quien pide que esas empresas sean consideradas “involucradas en un crimen de guerra, como es la colonización israelí del territorio ocupado de Palestina”. El exasesor de la Organización para la Liberación de Palestina considera que España y Europa pueden hacer mucho más para mejorar la situación de los palestinos y que puedan ejercer sus derechos.
“Europa es el principal socio comercial de Israel. Cada año, millones de euros salen desde países de la Unión Europea para el beneficio de colonias israelíes, hay comercio de armamentos que terminan siendo utilizados para violar el derecho internacional, hay empresas cómplices en la colonización”, explica. “Hasta el momento, Europa se ha involucrado mayormente de forma humanitaria y en la cooperación, pero no políticamente” a favor del pueblo palestino y eso es, precisamente, lo que le gustaría a Abu Eid que hiciera.
“Israel continúa siendo tratado de forma completamente normal, no ha sido llamado a consultas ningún embajador [europeo] en Tel Aviv”, lamenta y afirma que “la UE y sus miembros son bastante más fuertes de lo que algunos creen” y desde Europa “se pueden y deben hacer muchas cosas”.
“Un analgésico” para los palestinos
Por su parte, la codirectora del Instituto Palestino para la Diplomacia Pública (PIPD), Rula Shadeed, se muestra mucho más crítica respecto a la decisión de España, Noruega e Irlanda: “Reconocer el Estado palestino parece un analgésico para los palestinos y para todo el mundo”, y con ese remedio los Gobiernos buscan “no tomar una decisión mucho más grande e importante que es cortar las relaciones diplomáticas y económicas con Israel, y cancelar los acuerdos de compra-venta de armas”. “No nos podemos dejar engañar por este paso simbólico”, agrega en una conversación con elDiario.es.
La activista palestina también se pregunta “¿qué se está reconociendo?”. “¿Están reconociendo un Estado ficticio? En Palestina no hay elementos para que haya un Estado libre ahora mismo”, afirma y señala que, además, puede que ese Estado no sea lo que quieren los palestinos. “Este reconocimiento no puede distraernos de lo que es más importante: detener el genocidio y la responsabilidad de los Gobiernos de influenciar y tomar las medidas necesarias para detener el genocidio lo más pronto posible, haciendo que Israel rinda cuentas”, reclama Shadeed.
La activista incluso lamenta que los palestinos han sido “castigados colectivamente” por las medidas que Israel adoptó poco después de que los tres países europeos anunciaran que reconocerían el Estado palestino. “Hemos visto la decisión del Gobierno israelí de volver a establecer asentamientos en las áreas de las que se retiraron en 2005, en Yenín y Nablús, en el norte de Cisjordania; también hemos visto la decisión de cortar los vínculos entre los bancos israelíes y palestinos, lo cual significa que nuestro sistema financiero se va a paralizar. Estos son los efectos negativos directos de esa decisión”.
“No es cierto que el reconocimiento de un estado vaya a llevar al reconocimiento de los derechos políticos” del pueblo palestino, explica la joven activista, añadiendo que los palestinos tienen derecho a la autodeterminación como “pueblo bajo ocupación”. Shadeed pide varias cosas a los gobernantes europeos: “Relacionarse con los palestinos y escuchar qué quieren los palestinos, en lugar de tomar decisiones sin tener en cuenta que vivimos bajo la colonización y también con un Gobierno que no es legítimo y que no nos representa”, dice en referencia a la Autoridad Nacional Palestina del presidente Mahmud Abás, que lleva en el poder desde que fue elegido en las urnas en 2005 y no ha vuelto a convocar elecciones desde entonces.
“Somos 14 millones de palestinos y la mitad de ellos viven en la diáspora”, explica Shadeed, exigiendo que la voz de todos sea escuchada. Además, dice que los países europeos que quieran reconocer el Estado palestino también “tienen que cortar las relaciones diplomáticas, políticas, económicas con Israel, y empujar para que se suspenda el acuerdo comercial entre la UE e Israel (...) y apoyar el trabajo de la Corte Penal Internacional para que sean perseguidos judicialmente los responsables” de crímenes contra los palestinos, tanto en Gaza como en Cisjordania.
“Necesitamos un embargo de armas y energético”, agrega la codirectora del PIPD. “El combustible para los aviones militares debe formar parte del embargo; podríamos haber parado los bombardeos [en Gaza] si hubiera un embargo”, tanto de combustible como de municiones. “Necesitamos que Israel rinda cuentas por sus acciones, que no empezaron el 7 de octubre, sino hace muchas décadas”, afirma Shadeed. “Necesitamos pasos que fuercen, que obliguen a Israel a detener el genocidio”.
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