El primer líder abiertamente gay del partido democristiano Fine Gael y futuro primer ministro irlandés, Leo Varadkar, toma las riendas de un país modernizado que ha dejado atrás una de sus peores crisis económicas y que se enfrenta ahora a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La formación conservadora designó hoy a Varadkar sucesor de Enda Kenny al frente del partido y del Ejecutivo de Dublín, tras unas elecciones internas en las que recibió el apoyo del 60 % de los afiliados, representantes locales y miembros del grupo parlamentario.
La sesión de investidura como primer ministro podría celebrarse el próximo 13 de junio.
El nuevo líder conservador, de 38 años, dijo sentirse “encantado” por la elección, después de derrotar al otro aspirante al puesto, el ministro de Agricultura y Pesca, Simon Coveney, de 44 años, al tiempo que reconoció los grandes retos que afronta Irlanda, entre ellos el “brexit”.
Varadkar, actual ministro de Protección Social, dirigirá el Gobierno que, junto a los otros veintiséis socios comunitarios, negociará, durante al menos los próximos dos años, la salida de la UE del Reino Unido, uno de sus principales socios económicos y políticos.
Para Irlanda, ha recordado el próximo “Taoiseach” (primer ministro), será prioritario evitar el restablecimiento de una frontera estricta con la provincia británica de Irlanda del Norte que afecte a sus relaciones económicas y dañe el proceso de paz en la isla.
Asimismo, deberá frenar las acometidas de los partidos que forman la Cámara baja del Parlamento de Dublín más heterogénea de su historia, fruto de la estrecha victoria lograda en las elecciones del pasado año por el Fine Gael (FG) bajo el liderazgo del todavía primer ministro, Enda Kenny, en el poder desde 2011.
Aquel resultado obligó a Kenny, de 66 años, a formar un Ejecutivo en minoría con diputados independientes, por lo que necesitó la abstención del principal partido de la oposición, el centrista Fianna Fáil (FF), al tiempo que indicó que no lideraría al partido en las siguientes elecciones generales.
Durante este segundo mandato, el Gobierno irlandés ha sacado adelante medidas legislativas gracias al apoyo o la abstención del FF, pero la opinión generalizada es que ésta será una legislatura corta y que, en cualquier momento, los centristas podrían tumbar la coalición.
En este contexto, Varadkar deberá poner a prueba su liderazgo ante el electorado irlandés en unos próximos comicios y evaluar su popularidad fuera de las estructura del Fine Gael.
Varadkar se ganó el respaldo del 70 % de sus compañeros de partido en el Parlamento de Dublín y en el Europeo y el 55 % de los dirigentes locales, pero solo obtuvo el 35 % de la militancia, que prefirió a Coveney.
No obstante, el sistema del Fine Gael para elegir a su líder establece que los votos del grupo parlamentario representan el 65 % del resultado final, frente al 25 % de los representantes locales y el 10 % de los afiliados.
Enda Kenny felicitó hoy “de todo corazón” a Varadkar por su victoria y le ofreció su “total apoyo” para “el trabajo que tiene por delante”. “La gran prioridad es mantener el continuo progreso de nuestro país con un Gobierno liderado por el Fine Gael. Sé que Leo tiene la capacidad de liderazgo necesaria para lograrlo”, agregó Kenny.
El veterano político tomó las riendas del Fine Gael hace 15 años, accedió al poder en 2011 y obtuvo un segundo mandato en los comicios generales del pasado año, lo que le convirtió en el dirigente del FG que más tiempo ha sido “Taoiseach”.
Varadkar ha asegurado que la elección de su partido demuestra que “los prejuicios no tienen sitio” en la República de Irlanda, un país moderno y listo para tener a su primer líder abiertamente gay e hijo de un médico inmigrante indio.