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El líder de los conservadores franceses rompe el cordón sanitario y propone una alianza con la ultraderecha de Le Pen en las legislativas

Marine le Pen, junto al presidente de RN, Jordan Bardella.

Amado Herrero

París —
11 de junio de 2024 13:48 h

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El anuncio ha cogido a todo el mundo por sorpresa y amenaza con fracturar a la derecha francesa. Este martes a mediodía, en una entrevista en directo en uno de los informativos de mayor audiencia en Francia, el de la cadena TF1, el presidente del partido Los Republicanos (LR, derecha gaullista), Éric Ciotti, ha propuesto una “alianza” con el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, “con sus candidatos, con todos los que comparten ideas y valores de derechas” para las próximas elecciones legislativas del 30 de junio y 7 de julio, adelantadas para el triunfo apabullante de la extrema derecha en las europeas.

“Quiero que mi familia política avance en esta dirección”, ha asegurado el diputado. “Debe surgir una fuerza que se oponga a la impotencia del macronismo y al peligro de Francia Insumisa”. Presidente de la formación de derechas desde diciembre de 2022, Ciotti ha detallado que se tratará de “un acuerdo que afectará a todo el territorio nacional”, precisando que todos los diputados de Los Republicanos que “lo deseen” no tendrán “competidores de AN” en sus circunscripciones.

Para explicar una decisión tomada de manera “personal”, Ciotti argumenta que LR es ahora “demasiado débil” para oponerse a la “alianza impía” que forman la izquierda y “el bloque macronista. Pero una alianza con Agrupación Nacional le permitirá construir ”un bloque de derechas, un bloque nacional“, ha añadido.

Ciotti asegura que espera que “muchos [en su partido] le seguirán”, citando al presidente de las juventudes del partido, Guilhem Carayon, a decenas de parlamentarios y a los eurodiputados de su grupo. “Creo que este país nunca ha estado tan a la derecha. Espera la acción de la derecha. No podemos seguir confiando en la impotencia, quedarnos en la comunicación, en una forma de inmovilismo que nos ha llevado a donde estamos ahora”, ha estimado.

La postura de Ciotti marca un acercamiento inédito entre la derecha gaullista y la extrema derecha del partido fundado por Jean-Marie Le Pen. Una alianza así dinamitaría el frente republicano o el 'cordón sanitario' que durante décadas había bloqueado cualquier pacto con la ultraderecha de AN por parte de los partidos tradicionales de la política francesa.

No obstante, no es la primera vez que un miembro destacado de la derecha gaullista reclama una alianza con la extrema derecha. En los 80 el que fuera ministro del Interior, Charles Pasqua, ya reclamó la creación de un bloque de derechas contra François Mitterrand, sin que la idea recibiera mucho apoyo en la formación. Más recientemente Nicolas Sarkozy adoptó una estrategia “ni-ni” para las legislativas de 2011: en caso de duelos locales en la segunda vuelta entre socialistas y lepenistas los candidatos de su partido no debían dar apoyo a ninguno de los candidatos. De materializarse el plan de Ciotti, supondría un paso más: tejer una alianza electoral con los de Le Pen.

Amenaza de cisma

La convocatoria de elecciones legislativas para el mes próximo ha dado inicio a una actividad febril de negociaciones entre fuerzas políticas. Si en la izquierda las conversaciones avanzan hacia una coalición de partidos progresistas, el anuncio de Ciotti de aliarse con la extrema derecha amenaza con crear un cisma en el partido Los Republicanos.

Un torrente de voces en contra se han elevado en los minutos posteriores, además de múltiples llamamientos a la dimisión de Ciotti, entre ellos el del presidente del Senado, Gérard Larcher. “Tras las declaraciones de Éric Ciotti, considero que no puede seguir presidiendo nuestro movimiento y debe dimitir como presidente de los republicanos”, ha dicho en un mensaje publicado en X. Dos senadores LR han anunciado que abandonan el partido a causa del movimiento de Ciotti.

Laurent Wauquiez, presidente de la región Auvernia-Ródano-Alpes –al que muchos ven como favorito para ser candidato del partido en 2027– ha reivindicado en la misma red la independencia del partido: “El deber de la derecha republicana es ofrecer una voz clara e independiente entre la impotencia del 'al mismo tiempo' [frase utilizada a menudo por Emmanuel Macron] y el salto a lo desconocido de AN. Esta es el mensaje que llevaré, sin ataduras, sean cuales sean las circunstancias”.

Le Pen felicita a Ciotti

No obstante, Ciotti ya ha anunciado que no se plantea dimitir y cree que su iniciativa materializará el deseo de muchos militantes. “Hay una gran distancia entre lo que oímos en París, las discusiones en la sede bastante desconectadas de la realidad, y las bases, que me dicen en mi ciudad natal, Niza, o en otros lugares: poneros de acuerdo, poneros de acuerdo”, ha explicado. Añadió que el mensaje de los conservadores es el mismo que el de la extrema derecha sobre el “caos migratorio” que, en su opinión, vive Francia. “Dejemos de jugar a estas oposiciones un poco artificiales y pongámonos a trabajar”, ha reclamado.

Ciotti reconoce también haber hablado con Marine Le Pen y Jordan Bardella en los pasados días. Le Pen ha declarado minutos después a la Agence France-Presse que consideraba que el político conservador había hecho una “elección valiente”, mientras que el presidente del partido, Jordan Bardella, ha afirmado que está “eligiendo los intereses de los franceses por encima de los de nuestros partidos”.

En realidad las declaraciones de Eric Ciotti anuncian una postura diametralmente opuesta a la que el mismo diputado tenía en 2021, en las que hacía referencia a la condición de irreconciliables de la derecha heredera del general De Gaulle y el antiguo Frente Nacional, que contaba entre sus fundadores a militantes neonazis. “Yo nunca votaría a Marine Le Pen. El Frente Nacional [nombre del partido de extrema derecha hasta 2018] es tradicionalmente el adversario, el enemigo de la familia gaullista, por razones históricas que tienen que ver con las raíces de cada partido”, declaró entonces.

La izquierda también negocia

Entretanto, los principales partidos de izquierda en Francia han acordado este lunes presentar una candidatura única en cada circunscripción para las legislativas francesas. En una carta, que han difundido al finalizar la reunión en la que han participado La Francia Insumisa (LFI), los socialistas, los verdes y los comunistas, han hablado del “deseo de presentar un programa de rupturas sociales y ecológicas” que haga frente al proyecto macronista y al “racista” de la extrema derecha.

Pese a que no hay ninguna mención a un acuerdo en firme, los partidos dan a entender que negociarán un programa conjunto y qué candidatos les representarán. Será un acuerdo previsiblemente complicado. La presentación de las candidaturas para los comicios acaba el 16 de junio.

“Presentaremos un programa de ruptura para los 100 primeros días de Gobierno del 'nuevo Frente Popular”, han asegurado en la carta en alusión a la coalición de izquierdas en Francia entre 1936 y 1938.

Adelanto electoral

El movimiento de Emmanuel Macron de adelantar las legislativas después del batacazo electoral en las europeas –que algunos comparan con el de Pedro Sánchez tras su debacle en las elecciones municipales y autonómicas de 2023– es arriesgado. Aunque su puesto no está en juego (se decide en las presidenciales), un mal resultado de su coalición en las legislativas podría obligarle a nombrar un primer ministro de otro partido, como Los Republicanos (derecha), la alianza progresista Nupes o incluso la Agrupación Nacional de Le Pen, en un acuerdo que en Francia se conoce como cohabitación.

En el actual sistema político francés, el primer ministro es un miembro del partido que tiene la mayoría de diputados, aunque sea de una orientación política distinta a la del presidente. Este fue el caso de la cohabitación Mitterrand-Chirac de 1986 o Chirac-Jospin de 1998.

Si la extrema derecha logra convertirse en el mayor grupo parlamentario tras la próxima cita electoral, Macron, casi con toda seguridad, nombraría un primer ministro de extrema derecha y Francia caería en esta convivencia. Aunque arrasó este domingo en las urnas, la formación de Le Pen no tiene garantizado este escenario. El partido de extrema derecha tenía, antes de la disolución, 89 escaños de 577 en la Asamblea Nacional.

En una entrevista publicada este martes por Le Figaro, Macron dice que va a implicarse en la campaña para las elecciones legislativas que ha convocado, pero avanza que no dimitirá aunque pierda. Justifica el adelanto electoral, al subrayar que “esa decisión se imponía” a la vista del resultado en las europeas, en que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, consiguió el 31,4% de los votos, más del doble que el partido del presidente (14,6%).

“No podemos hacer como si no hubiera pasado nada”, subraya Macron, que descalifica a los que han dicho que está “loco” por dar la posibilidad a la formación ultraderechista. “Era la decisión correcta en interés del país. A los franceses les digo, no tengáis miedo, id a votar”.

Da dos razones principales para explicar el adelanto electoral, la impresión de desorden que a su juicio han estado dando los diputados de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon en los debates en el Parlamento en las últimas semanas, y la imposibilidad para su Gobierno de ampliar la mayoría relativa que tenía en la Asamblea, pese a sus intentos con la oposición más moderada. “Es hora de una clarificación”, dice el jefe del Estado, que considera que la disolución, “es el gesto más claro, más radical, el más fuerte. Un gesto de gran confianza hacia los franceses. He convocado una elección intermedia para clarificar la situación”.

Según su análisis, esa clarificación se hará entre los dos únicos bloques que cree que pueden ganar, la RN y el macronismo. Por eso, asegura que en los próximos días tiene la intención de “tender la mano a los que estén dispuestos a venir a gobernar y a trabajar en una síntesis de una radicalidad ambiciosa”.

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