Manfred Weber ha entrado en la sala de prensa del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, celebrando que la familia política que preside, el PP europeo, acaba de ganar un nuevo Gobierno, el de Polonia. En efecto, este lunes Donald Tusk, ex presidente del Consejo Europeo y del PP europeo, se convertía en primer ministro polaco frente a la extrema derecha y gracias al apoyo de toda la oposición, incluidos los socialdemócratas y verdes.
Weber, quien a diferencia de Tusk ha apadrinado pactos con la extrema derecha, como los de Forza Italia con Giorgia Meloni o los del PP español con Santiago Abascal, intentaba explicar este martes su posición: “Todos los aliados con los que trabajamos deben ser, en primer lugar, proeuropeos, es decir, constructivos a nivel europeo; deben ser pro Ucrania y pro Israel, en este momento de la historia; y deben ser pro Estado de Derecho. Y estos tres criterios clave definen nuestro cortafuegos hacia la extrema derecha”.
En este sentido, Weber, de origen alemán, ha incluido el requisito de ser proisraelí en un momento en el que el Gobierno de Tel Aviv ha matado más de 16.000 palestinos con sus bombardeos indiscriminados sobre Gaza después del ataque de Hamás del 7 de octubre, que causó 1.200 muertos.
“Así, cualquier tipo de conversación con AfD es impensable”, ha dicho Weber sobre la extrema derecha de su país: “Con Le Pen es impensable. Esto es impensable. Hay un acuerdo dentro del PPE sobre este tipo de cortafuegos. Y lo ponemos en práctica”.
“Veo al Partido Popular Europeo como muy obsesionado por atacar a un gobierno progresista que está haciendo política europea y que está avanzando en todas las de lucha contra el cambio climático, digitalización, la dimensión social y el pilar social europeo”, ha dicho la presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García.
García ha añadido: Y mientras la Presidencia española y el Gobierno de España está trabajando en esa política europea, el señor Weber lo que está haciendo es deteriorar cada vez más el Estado de Derecho en la Unión Europea con sus alianzas con la extrema derecha. No he escuchado al señor Weber decir nada con respecto a las afirmaciones del señor Abascal de que en algún momento la ciudadanía querría ver al presidente del gobierno colgado de los pies. Es totalmente inaceptable. Es totalmente vergonzoso el silencio del señor Weber con esta cuestión, protegiendo a sus aliados de la extrema derecha, intentando poner una cortina de humo con la excusa del Estado de Derecho: al Estado de Derecho en la Unión Europea se le defiende poniendo freno a la extrema derecha, y eso es en lo que se tendría que estar preocupando el señor Weber“.
Encuentro con Puigdemont
En vísperas de un debate con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, este miércoles en Estrasburgo, que apunta a un intercambio fundamentalmente español y agitado por las derechas en torno a la ley de amnistía, Weber explicaba su encuentro con Carles Puigdemont en un acto de Politico hace unos días en Bruselas.
“Sólo para aclarar”, ha dicho Weber, “esta reunión no fue una reunión planeada. No fue una cita concertada. Fue simplemente en el pasillo, en un acto de Politico. Había muchos periodistas, que lo observan todo, y hay total transparencia. No tengo ningún mandato. Y no hablo con Puigdemont de ningún tipo de asuntos españoles. Ese no es mi trabajo, no es mi papel. Pero le digo que me sorprendió el mensaje que recibí de él, que me dijo que todas las consideraciones y conversaciones son posibles. Este mensaje, del que informó Político, es un mensaje de inestabilidad masiva del gobierno actual. Así que si Sánchez está confiando en estos socios, es un problema”.
El líder del PP europeo ha insistido: “De nuevo, no tengo ningún papel, no tengo ningún mandato, y no intervendré en ningún tipo de política nacional. Eso depende de los colegas sobre el terreno”.