La primera ministra británica, Liz Truss, ha destituido este viernes al ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, que ha regresado a Reino Unido un día antes de lo esperado de su visita al Fondo Monetario Internacional en Washington. Ambos líderes han sido objeto de duras críticas en las últimas semanas por su polémico plan de recortes fiscales. El número dos del ministerio, Chris Philp, también ha sido destituido. Su sucesor será Jeremy Hunt, exministro de Exteriores con Theresa May y exministro de Sanidad.
Truss también ha rectificado por segunda vez su plan fiscal anunciando una subida del impuesto de sociedades, cuyo recorte era una de sus grandes propuestas. La semana pasada, la primera ministra también dio marcha atrás en su plan de bajar del 45% al 40% el tramo más alto del impuesto sobre la renta. “Tenemos que actuar ya para asegurar a los mercados nuestra disciplina fiscal”, ha afirmado Truss justificando su decisión tras reconocer que su plan fiscal había generado dudas e inestabilidad en los mercados. “Parte de la reforma fue más allá y más rápido de lo que los mercados pudieron asumir”, ha dicho.
“Me has pedido que me eche a un lado como tu ministro de Economía. He aceptado”, ha afirmado Kwarteng en una carta dirigida a la primera ministra. “Seguir con el status quo no era una opción. Durante demasiado tiempo este país ha estado perseguido por un bajo crecimiento y unos impuestos altos. Eso sigue teniendo que cambiar si este país quiere tener éxito”, ha afirmado. Truss ha respondido con otra carta: “Compartimos la misma visión para nuestro país y la misma firme convicción de buscar el crecimiento”.
El plan fiscal presentado por Kwarteng el pasado 23 de septiembre había creado convulsiones en los mercados ante las dudas sobre la capacidad de Londres de asumir la deuda pública generada por la bajada de impuestos y ante la ausencia de previsiones de crecimiento. Las criticas llegaron desde la oposición, desde su propio partido e incluso desde el Fondo Monetario Internacional, que calificó de “inapropiados” los estímulos tributarios “dada la presión inflacionista que asola a la economía británica”. Después del anuncio inicial de su plan fiscal la libra se desplomó, el coste de la deuda a largo plazo se disparó y el Banco de Inglaterra se vio obligado a intervenir con una recompra de deuda.
Hunt se presentó a las primarias para liderar el partido tras la salida de Boris Johnson y entonces propuso una reducción del impuesto de sociedades hasta el 15%, inferior que el 19% planteado por Kwarteng.
La destitución de Kwarteng no eliminará los problemas de la primera ministra, que hasta ahora había defendido la rebaja fiscal y había defendido al ministro de Economía. Varios miembros del Partido Conservador han expresado sus críticas a la primera ministra y, según algunas informaciones, altos cargos del partido pedirán su dimisión la semana que viene. El exministro conservador David Davis ha declarado a The Times que ahora el foco caerá “inevitablemente” sobre la primera ministra. Davis ha dicho que se ha dado “casi un fervor religioso” alrededor de la bajada de impuestos. Otro diputado conservador citado por el mismo medio asegura: “Está loca si cree que puede convertirle en un chivo expiatorio. También es su agenda y literalmente escribieron un libro sobre ello”.
Este jueves, en una entrevista con Sky News, Kwarteng reconocía que se han dado “algunas turbulencias”, pero aseguraba que tanto él como la primera ministra se iban a mantener en el cargo. “100% seguro. No me voy a ningún lado”. Kwarteng se convierte en el segundo ministro de Economía que menos ha durado en el cargo, habiendo ejercido solo durante seis semanas.
“Esta marcha atrás humillante es necesaria, pero el daño real ya está hecho. Esta es una crisis tory creada en Downing Street. No será perdonada ni olvidada. Solo un gobierno laborista tiene la credibilidad y autoridad para solucionar este desastre”, ha señalado Rachel Reeves, portavoz de Hacienda de la oposición. “No necesitamos un cambio de ministro, necesitamos un cambio de Gobierno”, ha añadido.