El Gobierno de Macron ha aprobado su reforma de las pensiones con protestas de los sindicatos en las calles que, aunque con una movilización menor a la del comienzo del movimiento hace siete semanas, cuentan con un apoyo mayoritario de la opinión pública.
El Consejo de Ministros ha aprobado dos proyectos de ley para la reforma que empezará a tramitarse en el Parlamento el 3 de febrero (el 17 en el pleno de la Asamblea Nacional) para su aprobación definitiva antes del verano.
El eje de esta reforma pasa por la convergencia de los 42 regímenes de pensiones actuales en un sistema universal por puntos en el que cada euro cotizado dará los mismos derechos en el momento de la jubilación.
Aunque la edad mínima de jubilación seguirá siendo de 62 años, se introduce la noción de “edad de equilibrio” que servirá para garantizar la regla del equilibrio financiero.
En la práctica, los que se jubilen antes de llegar a esa “edad de equilibrio” –que variará en función de la esperanza de vida– tendrán una penalización, y una bonificación los que se mantengan más tiempo en actividad.
En la que ha supuesto la séptima jornada de protestas desde el 6 de diciembre, la Confederación General del Trabajo (CGT), la organización que encabeza el movimiento, ha contabilizado 1,3 millones de manifestantes en las movilizaciones registradas por todo el país. Solo en París, entre 350.000 y 400.000 personas han participado en la marcha que ha transcurrido entre la plaza de la República y la de la Concordia.
En el transporte público, donde los paros se han mantenido de forma ininterrumpida durante 51 días, aunque un menor impacto desde hace un par de semanas, se han cancelado el 30 % de los trenes regionales. En la capital, París, hasta doce de las catorces líneas de metro han reducido su frecuencia y el 40 % de los cercanías han sido cancelados.
Los paros también han sido secundados con un porcentaje del 4,4% en las diferentes administraciones públicas, frente al 2,5% de la última llamada a la huelga del 16 de enero, y del 13% entre los profesores.
Un 70% de los franceses está a favor de que el movimiento de protesta continúe, según el instituto demoscópico BVA, y un 61 % opina que Macron debería escuchar esa oposición y retirar su proyecto, de acuerdo con otra encuesta de Elabe.