Muere Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo y luchadora todoterreno por los derechos humanos
Nora Cortiñas, histórica Madre de Plaza de Mayo y luchadora por los derechos humanos de América Latina, ha muerto este jueves 30 de mayo a los 94 años. Hasta sus últimos días, “Norita”, como se la conocía, fue a las rondas de la Plaza de Mayo a reclamar por su hijo Carlos Gustavo, secuestrado por la última dictadura (1976-1983). Nunca supo la verdad sobre su destino.
Nora Irma Morales nació el 22 de marzo de 1930 en el seno de una familia de españoles. Psicóloga social de profesión, a los 19 años se casó con Carlos Cortiñas, con quien tuvo dos hijos, Carlos Gustavo y Marcelo. El primogénito militaba en la Juventud Peronista (JP) y acompañaba en trabajo social al Padre Carlos Mugica en la villa 31 de Retiro (Mugica fue asesinado en 1974 por la organización armada paraestatal Alianza Anticomunista Argentina, dos años antes del golpe de Estado). Carlos Gustavo tenía 25 años cuando los militares lo secuestraron el 15 de abril de 1977 en Castelar, provincia de Buenos Aires. Es una de las 30.000 personas que, según organizaciones de derechos humanos, desaparecieron durante la dictadura en Argentina.
Madre de todas las batallas
“En mi hogar, el 15 de abril de 1977, pasó un tsunami, nos tocó a todos”, dijo Nora Cortiñas en 2019 al presentar su biografía Norita, la madre de todas las batallas, cuyo prólogo escribió el cantante León Gieco.
La primera vez que se reunió frente a la Casa Rosada con otras madres fue en mayo de 1977. En diciembre de ese año, los militares secuestraron a las Madres Azucena Villaflor de De Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco. Eso no la detuvo. En plena dictadura Nora Cortiñas se metió en la Mansión Seré, donde entonces funcionaba un centro clandestino de detención en Castelar. Quería saber si Carlos Gustavo estaba secuestrado allí.
Nunca logró saber cuál fue el destino de su hijo mayor y nunca faltó a las marchas de los jueves alrededor de la Pirámide de la Plaza de Mayo. “Ustedes nos ven sonreír, vamos a las movilizaciones con la alegría de la lucha, pero extrañamos a nuestros hijos todos los días”, supo decir con su voz aguda pero firme.
Con la llegada de la democracia, en diciembre de 1983, Nora se convirtió en una de las referentes de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo -enfrentada al sector de la Madre Hebe de Bonafini, quien falleció en 2022-.
Ernesto Lejderman, hijo de desaparecidos (Bernardo Lejderman y María del Rosario Avalos) considera a Nora Cortiñas una de las grandes compañeras de lucha. “Nora para la historia de la Argentina es una compañera que luchó siempre junto a las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, siempre en una vereda muy crítica a todos los gobiernos, incluso fue exigente con los gobiernos peronistas pro derechos humanos. Nora es una de las grandes compañeras que aportaron muchísimo, y con su avanzada edad estuvo presente siempre. Durante el estallido en Chile, viajó por varias regiones y estuvo con el pueblo que resistía la represión de los Carabineros y reclamó por los presos. La recuerdo a Nora con una sonrisa”, afirma Lejderman a elDiario.es.
A lo largo de más de 40 años Nora Cortiñas sumó a su lucha denuncias sobre injusticias e inequidades en América latina. Antes del estallido de octubre de 2019 en Chile, a su pañuelo blanco en la cabeza, Nora le sumó un pañuelo verde a su muñeca en apoyo al reclamo de las mujeres argentinas por la legalización del aborto y contra la violencia machista en 2018. La marea verde logró la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo en 2020.
Cortiñas también fue miembro de la Comisión de la Verdad, junto al Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, sobre los abusos cometidos durante y después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras, en junio de 2009.
Atilio Boron, intelectual y analista político, señala a elDiario.es lo que significa Nora Cortiñas en la memoria colectiva. “Norita representa una de las figuras emblemáticas en ese grupo de mujeres extraordinarias que fueron las Madres de Plaza de Mayo, y las Abuelas; y más allá de las diferencias que tuvo con otro sector de las Madres, compartían todas las misma fuerza, una militancia inclaudicable, una voluntad de conocer la verdad que fue conmovedora”. Boron agrega, con perspectiva histórica: “La dimensión fenomenal de Norita Cortiñas da una idea de la malignidad del régimen militar que perpetró crímenes de lesa humanidad y que produjo los 30 mil desaparecidos. Norita fue un símbolo extraordinario de toda esa generación que para orgullo de la Argentina supimos tener en el país. Y su pérdida física creo que nos deja un camino luminoso que va a ayudar a los jóvenes a recoger la antorcha que ella ha dejado y seguir buscando Memoria, Verdad y Justicia”.
El último 24 de marzo, Norita una vez más reclamó Verdad y Justicia junto a una multitud en la Plaza de Mayo ante un gobierno negacionista como el de Javier Milei. Un gobierno que ha puesto en duda el número de desaparecidos y ha relativizado el terrorismo de Estado cometido por la dictadura.
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