El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entró en otro capítulo de las presuntas amenazas de intervención extranjera, que atribuye al expresidente colombiano Álvaro Uribe, al anunciar ejercicios militares para el próximo sábado. También ha asegurado que él está “listo” para tomar las empresas que hayan sido paralizadas por sus dueños, para entregársela a sus trabajadores.
La decisión de Maduro tienen lugar en la misma jornada en la que sus opositores regresaron a las calles para presionar a las autoridades electorales a acelerar un referendo revocatorio que cese el mandato del gobernante este año.
El anuncio de Nicolás Maduro fue difundido un día después de su decisión de decretar un estado de excepción y emergencia económica que le daría “el poder suficiente” para, entre otros asuntos, hacer frente a un golpe de Estado contra él, según ha afirmado. Maduro acusa al expresidente colombiano Álvaro Uribe de promover una intervención de “ejércitos extranjeros” en Venezuela.
Las maniobras que comenzarán el 21 de mayo serán para “prepararse para defender las tierras, para defender a nuestros hijos, nuestro derecho a la paz”, dijo Maduro a los miles de simpatizantes que le escuchaban tras marchar por el centro de Caracas en apoyo a su Gobierno.
Con estos ejercicios militares, agregó, los venezolanos dirán “al imperialismo, a la derecha internacional, y a Álvaro Uribe Vélez: 'Aquí está el pueblo, con su instrumento de labranza en una mano y en la otra con un fusil, con un misil, con un lanza misil, con un tanque para defender esta tierra sagrada”.
El jefe de Estado consideró importante que se incremente “la conciencia” de sus conciudadanos porque, según él, el plan de quienes se oponen a su Gobierno “es perturbar la paz” y generar violencia “para justificar una intervención extranjera en Venezuela”. “A algunos les sonará extremista, pero no es extremista que yo lo diga”, agregó.
Pide acciones legales contra Uribe
Maduro reiteró la denuncia contra Uribe, quien según el gobernante venezolano participó en Washington en una reunión en la que llamó “a una intervención armada de un ejército extranjero en esta tierra sagrada”, denunció.
El líder chavista, que considera esto como “una de las cosas más graves” que se haya hecho contra Venezuela desde la región, pidió a las autoridades venezolanas activar las acciones legales nacionales e internacionales “para enjuiciar a Álvaro Uribe”.
El marco legal del estado de excepción permitirá a Maduro también tomar medidas internas contra quienes se considera responsables de la “guerra económica” que amenaza con desestabilizar desde dentro su gobierno.
Maduro aseguró, por otra parte, que “llegó la hora” y está preparado para tomar las empresas que hayan sido paralizadas por sus dueños, entregárselas a los trabajadores y “radicalizar la revolución”. “Yo sí estoy listo, ministros, compañeros, yo estoy listo para entregarle al poder comunal las plantas que haya parado cualquier pelucón en este país”, dijo Maduro.
La oposición pide el revocatorio
Mientras tanto, a unos pocos kilómetros del jefe de Estado, la oposición venezolana se agrupó lo más cerca que pudo del Consejo Nacional Electoral (CNE) -donde tiene prohibido manifestarse- para presionar a las autoridades a que den celeridad al proceso del revocatorio, una solicitud que intenta tramitar desde hace casi dos meses.
El ex candidato presidencial Henrique Capriles, uno de los principales impulsores del revocatorio, advirtió de que el país es “una bomba” que en cualquier momento puede estallar si las autoridades no permiten que ese proceso se celebre este año.
El objetivo de los opositores es lograr que el CNE inicie cuanto antes el trámite de verificación de las casi dos millones de firmas entregadas el pasado 2 de mayo a las autoridades como respaldo de la solicitud de un revocatorio presidencial, un paso fundamental para que el Poder Electoral inicie el proceso.
Según el dirigente opositor, los venezolanos no tienen miedo de este proceso si no de que haya “un estallido social” por el descontento que, asegura, tienen con la actual Administración.
Asimismo, volvió a convocar a los opositores a una nueva manifestación para el próximo miércoles para plantear a las autoridades la misma reclamación, porque, dijo, “esto es un tema de constancia”. “Tenemos que entender que aquí las cosas no se van a dar solas, que aquí depende de lo que haga cada uno de nosotros”, añadió.
En la misma actividad participó el presidente del Parlamento venezolano, el opositor Henry Ramos Allup, quien aseguró que las autoridades estarían “tratando de aprobar unas supuestas normas para aplicarlas retroactivamente al proceso de recolección de firmas ya efectuado”.
Lo que apremia a la oposición es que la legislación establece que si el jefe de Estado es cesado de su cargo durante los dos últimos años de su mandato será sustituido por su vicepresidente, pero si el cese de sus funciones se da en la mitad de su mandato deberán convocar nuevas elecciones, momento justo en el que se encuentra el actual periodo de Maduro.