El magnate Mike Lynch y un ejecutivo de Morgan Stanley, entre los desaparecidos en el naufragio de un yate en Sicilia

elDiario.es

20 de agosto de 2024 11:59 h

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No cesan las operaciones de rescate tras el naufragio este lunes frente a la costa de Palermo, en la isla italiana de Sicilia, del velero Bayesian, con 22 personas a bordo. Los buzos del Cuerpo de Bomberos han reanudado este martes la búsqueda de los seis desaparecidos, entre los que se encuentran el presidente del banco Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, el abogado Chris Morvillo, del bufete Clifford Chance, su mujer Nada, el magnate británico Mike Lynch y su hija Hannah de 18 años.

Los equipos especializados llegados de Roma y Cerdeña concentrarán su búsqueda en el interior del velero, que se encuentra a unos 50 metros de profundidad, y donde se cree que quedaron atrapados los desaparecidos.

Los buzos recuperaron el lunes el cuerpo de un miembro de la tripulación, el cocinero Ricardo Tomas, de nacionalidad francesa nacido en la isla de Antigua, pero no pudieron ir más allá del puente debido a la presencia de mobiliario que obstruía el paso. “Es un Concordia en miniatura”, ha explicado el jefe de comunicaciones de emergencia del cuartel general de los Bomberos, Luca Cari, refiriéndose al crucero que se hundió frente a la costa de Toscana en 2012. “Dentro del velero los espacios son muy reducidos y si encuentras un obstáculo es muy complicado avanzar, al igual que es muy difícil encontrar rutas alternativas”, ha añadido Cari, citado por la agencia italiana ANSA.

Un velero enorme diseñado para viajes de lujo

El enorme y lujoso velero de 56 metros de eslora pertenecía a Lynch, conocido por haber lanzado varias empresas de software, que había invitado a estas vacaciones en Sicilia a algunos amigos. La Guardia costera intervino tras el hundimiento del velero que llevaba a 22 personas a bordo, 10 tripulantes y 12 pasajeros, y se pudo rescatar a 15 de ellos.

El hundimiento se produjo a las 5 de la mañana y, según algunos testigos, el velero, de bandera británica, se encontraba fondeado a unos 300 metros del puerto de Porticello, cerca de la localidad de Bagheria, cuando una tromba de agua se abatió en la zona y rompió el mástil principal —de 75 metros de aluminio, el más alto del mundo— causando el desequilibrio de la embarcación que volcó y se hundió.

La fiscalía de Termini Imerese, Palermo, ha abierto una investigación. Habrá que entender cómo fue posible que una embarcación moderna y lujosa, de 473 toneladas de arqueo bruto, construida por el astillero italiano Perini Navi en febrero de 2008, diseñada para viajes de lujo y reformada en 2020, se hundiera en unos instantes mientras que otras embarcaciones, incluso cercanas, no sufrieron daños.

Al magnate Lynch y a Bloomer —explica el diario La Stampa— les une una profunda amistad y, entre otras cosas, el segundo testificó en el juicio contra su amigo en San Francisco: Lynch estaba acusado de haber inflado los ingresos de su empresa de software antes de su adquisición por el gigante Hp, Hewlett-Packard, en 2011 por 11.000 millones de dólares y acababa de ser absuelto también gracias al testimonio de Bloomer. Según los distintos cargos, Lynch podría haberse enfrentado hasta a 20 años de cárcel. 

Entre los 15 sobrevivientes del naufragio, se encuentra la esposa de Lynch, Angela Bacares, y una familia, madre, padre y una niña de un año. La madre y la hija fueron trasladadas al Hospital Infantil de Palermo, mientras que el padre fue internado en otro hospital de la capital siciliana y otros cinco pasajeros fueron atendidos en un ambulatorio.

La madre de la niña explicó a los médicos que las atendieron que, mientras dormía, la embarcación volcó y se encontraron en el agua y que durante algunos segundos perdió a la niña en el mar, pero luego inmediatamente la volvió a coger. Señaló que se escuchaba a la gente gritar y que se salvaron porque llegó casi inmediatamente un bote salvavidas lanzado por otro barco que estaba cerca. Se trataba del velero holandés Sir Robert Baden Powell, cuya tripulación rescató a las personas que acabaron en el agua. “Teníamos previsto ir al puerto de Arenella, en Palermo, pero nos azotó una tormenta e intentamos mantener la posición con los motores en marcha. Entonces nos dimos cuenta de que el barco que estaba junto al nuestro ya no estaba”, ha explicando a ANSA Karsten Börner, comandante del velero holandés. “Vimos una bengala roja que venía de la zona del barco, así que mi primer oficial y yo saltamos al auxiliar y fuimos a ayudar: rescatamos a los náufragos, entre ellos una niña. Tras dar la alarma, llegaron también las unidades de la Guardia Costera”.

Con información de EFE y ANSA