Manu Pineda, eurodiputado de IU: “La Unión Europea está siendo cómplice del genocidio en Gaza”
Manu Pineda (Málaga, 1965) es ahora el único eurodiputado de Izquierda Unida tras la marcha al Gobierno de Sira Rego. En el Parlamento Europeo preside la Delegación para las relaciones con Palestina, pero las dos últimas veces que la institución ha organizado misiones en el terreno Israel le ha impedido la entrada. “La Mesa del Parlamento se reunió con la Embajada de Israel y lo que le dijo verbalmente es que yo soy un peligro para Israel sin ningún argumento. No creo que tenga yo capacidad, ni fuerza para ello; no entiendo que mi trabajo sea un peligro”, explica sobre ese veto.
Pineda, que atiende a elDiario.es por teléfono desde Cuba, donde se ha trasladado por su labor como responsable de internacional del PCE, se muestra “decepcionado” con la nula reacción por parte de la Eurocámara, a la que pidió al menos “reciprocidad”. “Ni se tuvo en cuenta. El mismo día que yo tenía que estar entrando en Palestina en el 2022, la presidenta del Parlamento estaba reuniéndose en el Parlamento israelí, haciendo apología de Israel, de que compartimos los mismos objetivos, los mismos proyectos, las mismas formas de vida y que invitaba a estrechar relaciones entre los dos parlamentos”, narra el parlamentario, especialmente crítico con el “apoyo incondicional” que las presidentas de la Eurocámara, Roberta Metsola, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han mostrado al Gobierno de Benjamín Netanyahu.
La UE está teniendo, con matices, una reacción tibia respecto al conflicto en Oriente Medio. ¿A qué lo atribuye?
Hay matices, como bien dice. Nadie en la Unión Europea está manteniendo la posición que nosotros creemos que deberían de tomar. El señor Borrell, de entrada, reconoce el derecho de Israel a defenderse, que yo preguntaría que a estas alturas de que se está defendiendo. Yo entiendo que tiene derecho a repeler un ataque en el momento en que está siendo atacado, lo que el derecho a defenderse de Israel no contempla es atacar a un pueblo entero como un castigo colectivo, porque eso está considerado crimen de guerra. El presidente Sánchez ha repetido prácticamente el mismo guion. Ellos tienen una posición que para mí es débil e insuficiente, porque todo lo no vaya acompañado de acciones se queda cojo.
¿Qué tipo de acciones?
El señor Pedro Sánchez hace un llamamiento a que se acabe la masacre de Israel, considera que es una carnicería y en paralelo a eso le está comprando armamento a Israel en los mismos días por 4,5 millones de euros. Un armamento que viene con el sello de 'comprobado en combate', que significa que lo han probado en ese laboratorio de pruebas armamentísticas en el que han convertido la Franja de Gaza. Y nosotros a ese ente genocida le compramos ese armamento. Digamos que la palabra y los hechos son incoherentes. Pero estos son la parte más aceptable de la posición de la Unión Europea. Las posiciones que manifiestan tanto la señora Von der Leyen, que no tiene competencia en política exterior, la señora Metsola y otros representantes que, cuanto más a la derecha o más a la extrema derecha en el Parlamento Europeo, en la Comisión Europea y en el Consejo Europeo son más pro-sionistas, desde luego no están en la línea.
¿Y qué está detrás de esa posición?
Yo diría que hay dos elementos. En primer lugar, la Unión Europea ha descartado tener una política exterior propia. Tiene una política exterior subordinada en todos los aspectos a los dictados de Washington, tanto en el tema de Israel, como en Latinoamérica o en cuestiones de África, China o Rusia. No tiene una voz propia. Hace un poco de altavoz de las políticas de Washington y cuando Estados Unidos pone a alguien en la diana, la Unión Europea dispara. En el caso concreto de Israel y Palestina se suma a eso la mala conciencia que tiene la Unión Europea o Europa en general en cuanto a todo lo referente a los judíos por el holocausto. Eso lo hicieron la Alemania nazi, la Francia colaboracionista, Holanda, Austria... No lo hicieron los palestinos. Los palestinos no tienen culpa del Holocausto. Por otro lado, Israel no es representante ni de las víctimas del Holocausto ni de los judíos del mundo, que se están manifestando masivamente en apoyo al pueblo palestino y en condena a este genocidio. La Unión Europea está siendo partícipe o cómplice de esta masacre, de este genocidio y está jugando un papel penoso, ignominioso y vergonzoso.
En los últimos días hemos visto más presión por parte de Alemania, por parte de Reino Unido y hay voces como Borrell o Charles Michel que han sido más duras que el resto. También Biden ha endurecido el tono. ¿Cómo cree que va a acabar?
Una vez más se comprueba que estamos subordinados a Estados Unidos y cuando Biden sale diciendo “os estáis pasando” es cuando también sale la Unión Europea diciendo lo mismo. A Biden le está afectando de cara a las presidenciales y tiene que hacer este teatrito, pero en paralelo envía a Israel grandes dotaciones y dinero para armas, para que pueda seguir llevando a cabo este genocidio. Y mientras, la Unión Europea, al calor de estas mismas posiciones manifestadas por Biden, también sale tratando de lavarse la cara. En el momento en que quisieran realmente acabar con esto, tienen medidas. Tenemos un acuerdo de asociación con Israel que dice en su capítulo dos que está basado en el respeto al derecho internacional por ambas partes. Parece poco cuestionable en estos momentos que Israel no está respetando los derechos humanos del pueblo palestino. Yo creo que aplicando ese capítulo ya se podría cancelar este acuerdo.
Tenemos a Israel participando en programas financiados por la Unión Europea, como el Erasmus que todo el mundo conoce, pero también programas menos conocidos como el Horizon Plus, que sirve, entre otras cosas, para que con dinero de nuestros impuestos se estén financiando a dos empresas israelíes que fabrican los drones con los que están matando a los chiquillos de la Franja de Gaza. Nosotros podemos suspender este acuerdo mañana mismo. Lo que le estamos exigiendo constantemente a la Unión Europea es que pasen de las palabras a los hechos. Las palabras no van a acabar con esto.
Izquierda Unida está dentro del Gobierno de España. ¿Van a presionar de alguna manera para que el Gobierno haga algo en esta dirección o para el reconocimiento inmediato del Estado palestino?
El reconocimiento del Estado palestino lo incluimos en el programa antes de que empezara esta masacre. Con posterioridad, desde Izquierda Unida hemos sacado nuestras peticiones respecto a esto. Es inadmisible que España a estas alturas siga sin haber iniciado un proceso para la ruptura de todo tipo de relaciones con Israel. Estamos pidiendo que se decrete un embargo en la compra y venta de armas. Esa es la la posición de Izquierda Unida. Y hay que llevar a Netanyahu y a todos los responsables y cómplices de este genocidio al Tribunal Penal Internacional para que haya una especie de nuevo Núremberg en el que los responsables de este genocidio paguen por sus culpas. Eso lo tiene que hacer el Gobierno.
Ucrania no tiene unos mínimos estándares democráticos que le permitan entrar a la Unión Europea
¿La equidistancia o la distinta reacción que está teniendo la Unión Europea con respecto a lo que está pasando en Gaza y lo que está pasando en Ucrania le pasará factura?
Es evidente que hay un doble estándar, que mientras que ante la agresión de Putin contra Ucrania se toman medidas punitivas inmediatamente contra el agresor en la Franja de Gaza no se ha tomado ninguna medida, a pesar de que en estos dos meses y medio se ha matado a más niños que en todas las áreas de conflicto que hay en el mundo desde el 2022. Hay un doble estándar y pesa más la geopolítica o la geoestrategia o las alianzas. Se va a por Putin, no por el hecho de que esté llevando a cabo una agresión como la que está llevando a cabo en Ucrania, sino porque Estados Unidos ha puesto en la diana a Putin. Y si mañana toca tomar medidas contra China, lo haremos también porque Estados Unidos así lo ha decidido. Pero como Estados Unidos protege a Israel, pues ahí no se toma ninguna medida. No existe la Unión Europea, no existe como un sujeto político que pueda jugar ningún papel en el ámbito internacional.
¿Qué le parece la decisión de iniciar las negociaciones de adhesión de Ucrania?
Nosotros siempre hemos mantenido una posición distante respecto a las ampliaciones. Ahora se aprovecha la situación bélica. Nosotros condenamos desde el primer momento la agresión de Putin contra Ucrania, pero nosotros creemos que Ucrania no tiene unos mínimos estándares democráticos que le permitan entrar a la Unión Europea. Nos pasean a Zelenski como si fuera un adalid de la democracia, pero allí se ha ilegalizado a doce partidos de la oposición, todos ellos con representación parlamentaria. Se persigue a las minorías étnicas, se persigue a los rusoparlantes, pero no ahora desde la guerra, sino desde el 2014, cuando se lleva a cabo el golpe de Estado en Ucrania, patrocinado por Estados Unidos y la Unión Europea.
La UE acaba de cerrar el pacto migratorio que endurece las condiciones del asilo y deja atrás la solidaridad. ¿Qué le parece? El Parlamento lo tendrá que ratificar.
Este pacto se carga el derecho de asilo, se carga la asistencia jurídica a los peticionarios, permite separaciones de familias, de madres y niños, no considera familiares a los hermanos sino sólo a los padres y a los hijos. Ahonda de forma brutal en la Europa fortaleza. Se han impuesto las posiciones más reaccionarias que venían inicialmente de los países de Visegrado, es decir, de Polonia y de Hungría. Esas posiciones que siempre han sido más reacias a la migración, son las que se han impuesto en este pacto. Si este pacto avanza en el sentido que se ha anunciado, podemos ver cómo los principios fundacionales de la Unión Europea van a quedar enterrados en esta gran fosa común que es el Mediterráneo.
En clave nacional, en los últimos días, hemos visto la ruptura de Sumar y el anuncio de la candidatura de Irene Montero a las elecciones europeas. ¿Le preocupa que perjudique al voto de izquierdas?
Indudablemente me preocupa. Esto es un mal endémico que tenemos en la izquierda. Debemos sentarnos alguna vez y mirar por qué tenemos tanta facilidad para dividirnos. Creo que actuamos de forma irresponsable. Yo ahora no hablo de uno o de otro, no quiero entrar en temas de quién tiene razón o quién no la tiene. Es necesaria una reflexión colectiva. Si cada uno golpeamos con nuestro puñito pequeñito no arreglamos nada. Si realmente nos creemos que estamos en política para mejorar las condiciones de vida de la mayoría social, tenemos que ser útiles para esto. Divididos y gastando la energía, peleándonos unos contra otros, desde luego no lo conseguimos.
Tenemos que aprender de nuestros errores y la división de la izquierda nos lleva a la división del voto, a la desafección de la gente de izquierda que está viendo una vez más peleítas por sillones, y a la falta de credibilidad. Es difícil que 15 organizaciones nos pongamos de acuerdo absolutamente en todo; pero es muchísimo más lo que nos une que lo que nos diferencia.
Ha dicho que deben hacer una reflexión. Le pido una reflexión de lo que ha pasado y, en concreto, si considera que se ha sido poco generoso con Podemos a la hora de formar el Gobierno, repartir las portavocías...
Si te soy sincero, yo hay cosas que habría hecho de otro modo. Creo que esto es un espacio que se está construyendo con muchas dificultades. El adelanto de las elecciones nos obligó a tomar medidas no previstas, a tener prácticamente que improvisar o que acelerar el proceso de creación de este espacio. Nosotros tampoco estamos contentos con cómo se han hecho determinadas cosas. Y me imagino que si hablamos con la gente de los 'comunes' de Catalunya, nos dirán algo parecido; si hablamos con MÉS también le hubiera gustado que las cosas fueran de otro modo... No voy a decir que se hayan hecho las cosas bien, pero yo creo que siempre hay que buscar, dentro de lo interno, las posibilidades de ir mejorando. Quiero creer que estamos a tiempo todavía de resolver estas cosas. Que se podía haber sido más generoso con Podemos, indudablemente. También se podía haber sido más generoso con Izquierda Unida. Cada uno tiene sus motivos y yo es que no quiero entrar.
Todo apunta, por ejemplo, a que las elecciones europeas las va a ganar Le Pen en Francia. Tenemos a la extrema derecha gobernando en Finlandia, en Suecia, en sitios que nos creíamos que eran la meca de la socialdemocracia. Tenemos al fascismo echándonos el aliento y a toda Europa mirándonos porque somos ahora mismo el único gobierno de izquierda real en Europa. Ante este escenario, es una irresponsabilidad que nosotros estemos con peleítas que nos dividen y que nos debilitan y que le estemos dando munición al fascismo que está frito por entrar en el Gobierno y destruir todos los avances de los últimos años.
Hago un llamamiento a todos los implicados para que recapacitemos y veamos la necesidad de tener menos ruido público, menos ruido en las redes. Podemos discutir hasta la extenuación en lo interno, reunirnos hasta caer rendidos y resolver nuestros problemas, pero desde luego, no podemos darle munición al fascismo.
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