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ENTREVISTA

Matilda Bogner, jefa de la misión de la ONU en Ucrania: “Algunas violaciones de derechos pueden tardar años en salir a la luz”

La abogada Matilda Bogner lleva 16 años trabajando en Naciones Unidas. Dirigió las delegaciones regionales de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Asia Central, el Pacífico y el Sudeste Asiático. También encabezó la división que promueve la justicia transicional y el Estado de derecho en Libia y fue asesora de la ONU en Bielorrusia. Un hilo une toda esta experiencia: la vigilancia de los derechos humanos, principalmente en situaciones de conflicto y posconflicto.

Ahora, Bogner está al frente de la Misión de Observación de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ucrania, que se desplegó en 2014, cuando se centró sobre todo en la zona de conflicto del este y en la Crimea ocupada. Desde el 24 de febrero, día en que Vladímir Putin ordenó invadir el país vecino, la misión, que cuenta con cerca de 60 trabajadores, ha documentado graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. 

Bogner explica a elDiario.es los principales hallazgos de la misión, tras meses de trabajo, y las dificultades con las que se topa para documentar los abusos en plena guerra.

Usted ha visitado Ucrania durante la invasión rusa y también tiene experiencia de supervisión en otros países. ¿Cómo calificaría lo que ha presenciado allí? 

Dirijo la Misión de Observación de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ucrania y he estado presente en el país durante tres años y hasta ahora. En comparación, diría que la intensidad de este conflicto ha sido mucho mayor que la que he visto en otros países.

He hablado con la población de las ciudades afectadas por la guerra y, desgraciadamente, me encuentro con que todo el mundo puede contarme alguna tragedia propia, de sus familiares o de sus vecinos. Muchas de las violaciones que nuestra misión ha constatado constituyen violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho humanitario, y algunas pueden constituir crímenes de guerra.

¿Han observado algún patrón en esas violaciones?

Hemos observado varios patrones de violaciones: el uso de armas explosivas en zonas pobladas, que ha provocado un alto nivel de víctimas civiles, y la destrucción y el daño de bienes civiles, homicidios ilegítimos, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas, tortura y malos tratos, así como violencia sexual relacionada con el conflicto. 

¿Qué violaciones documentadas considera más preocupantes?

La inmensa mayoría de las víctimas civiles documentadas desde el 24 de febrero han sido causadas por el uso de armas explosivas en zonas pobladas, como los bombardeos de artillería pesada, incluidos los sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), y los ataques con misiles y ataques aéreos. Algunas de estas armas, como los MLRS, los misiles y las bombas, pueden llevar municiones de racimo [intrínsecamente imprecisas].

Además, los homicidios ilegítimos –incluidas las ejecuciones sumarias de civiles en más de 30 localidades de las regiones de Kiev, Chernígov, Járkov y Sumy– son motivo de gran preocupación. Estos asesinatos fueron cometidos por las fuerzas armadas rusas mientras estas zonas estaban bajo su control a finales de febrero y marzo. 

El emplazamiento de objetivos militares cerca de bienes civiles y el uso de escudos humanos plantea preocupaciones. El uso de la tortura y los malos tratos contra los prisioneros de guerra por ambos bandos –por parte de las fuerzas armadas ucranianas y rusas y los grupos armados afiliados– también es muy preocupante.

Todo el mundo puede contarme alguna tragedia propia, de sus familiares o de sus vecinos

¿Qué violaciones son más difíciles de probar? ¿A qué retos se enfrenta la misión?

El mayor reto es el acceso. Las hostilidades nos impiden ir a algunas localidades. Además, todavía no tenemos acceso a Mariúpol, una de las ciudades más afectadas por el ataque armado de Rusia contra Ucrania. La ciudad está en ruinas y miles de habitantes han muerto a causa de las hostilidades o por no poder recibir atención médica y por el deterioro de su salud en medio de las hostilidades. 

La destrucción y los daños causados a los bienes civiles de Mariúpol, incluidas las viviendas civiles, han sido masivos, lo que suscita serias preocupaciones sobre el cumplimiento del derecho internacional humanitario. En particular, la prohibición de los ataques indiscriminados.

Además, debido a las hostilidades activas, la inseguridad, los desplazamientos masivos y el estigma, las víctimas de la violencia sexual relacionada con el conflicto a menudo no pueden o no quieren hablar con otras personas. Por lo tanto, comprender toda la magnitud de la violencia sexual en este contexto puede llevar años.

Sin embargo, hemos recibido más de un centenar de denuncias y hemos podido verificar 28 casos de violencia sexual relacionada con el conflicto incluidos casos de violación, violación en grupo, tortura, desnudez forzada en público y amenazas de violencia sexual. La mayoría de los casos se perpetraron en zonas controladas por las fuerzas armadas rusas, pero también hubo casos que se cometieron en zonas controladas por el Gobierno.

Rusia niega reiteradamente que esté atacando a civiles en la guerra de Ucrania. El trabajo de la misión pone en entredicho esta afirmación, ¿no es así?

La mayoría de las hostilidades se han producido en zonas urbanas, afectando así a la población y a las infraestructuras civiles. El elevado número de víctimas civiles y la magnitud de la destrucción y los daños causados a las infraestructuras civiles hacen temer que los ataques llevados a cabo por las fuerzas armadas rusas no cumplieron el derecho internacional humanitario.

Aunque a una escala mucho menor, también parece que las fuerzas armadas ucranianas no cumplieron con el derecho internacional humanitario en las zonas del este de Ucrania.

¿Qué implica calificar un hecho como crimen de guerra? ¿Qué metodología se utiliza para ello? 

Solo una corte o un tribunal, con un mandato pertinente, puede determinar la responsabilidad individual por crímenes de guerra específicos. 

En nuestro trabajo, a la hora de documentar las violaciones, sacamos nuestras conclusiones basándonos en el estándar de prueba de “motivos razonables para creer”. Esto significa que, basándose en la información verificada, un observador normalmente cauteloso tiene motivos razonables para creer que los hechos tuvieron lugar tal y como se describen, y que estos hechos reúnen todos los elementos de una violación. 

A veces estos procesos pueden parecer demasiado lentos. ¿Por qué son necesarios?

Efectivamente, nuestra labor de observación no es fácil, ya que requiere mucha paciencia y verificación. Sin embargo, al seguir nuestra metodología, podemos informar públicamente y está claro que nuestros informes se basan en información verificada.

Siempre hay mucha información en el contexto de una guerra y nuestros informes ayudan a proporcionar información basada en pruebas en las que se puede confiar. Sobre la base de esta información, hacemos recomendaciones para remediar la situación y prevenir nuevas violaciones. Nuestro seguimiento y nuestros informes contribuyen a promover cambios, a que se haga justicia con las víctimas y a exigir responsabilidades a los autores.

¿Cómo recopilan la información que puede llevar a probar los crímenes internacionales?

Documentamos las violaciones de los derechos humanos hablando con las víctimas y los testigos y visitando, si es posible, los lugares donde se han producido. Hablamos con la gente directamente o por teléfono u otros medios y también recopilamos y analizamos la información disponible públicamente, por ejemplo a través de las redes sociales, siguiendo fielmente nuestra metodología.

Al basarnos en casos verificados, y no solo en la información disponible públicamente, podemos elaborar informes públicos imparciales sobre la situación de los derechos humanos en el país.

Los homicidios ilegítimos son motivo de gran preocupación. Estos asesinatos fueron cometidos por las fuerzas armadas rusas mientras estas zonas estaban bajo su control a finales de febrero y marzo.

Durante sus visitas a Ucrania se ha reunido con personas afectadas por el conflicto. ¿Qué tipo de cosas le contaron? ¿Cómo guían estos testimonios su investigación?

Hacemos periódicamente visitas sobre el terreno a los lugares que sufrieron el impacto de las hostilidades y hablamos con las personas, ya sean testigos o víctimas de violaciones de los derechos humanos. Aunque no hay palabras que puedan transmitir el horror que han tenido que vivir los civiles, los testimonios de los supervivientes o de los familiares de las víctimas pueden, al menos, dar una idea.

Una víctima nos dijo: “Al principio, no tocaron el hospital. Luego empezaron a bombardear. Mataron a los médicos en el acto mientras estaban operando”. Otra, dijo: “Mi hermano fue a buscar agua para mi madre para que pudiera beber al menos un sorbo al día. Intentó salvar a su familia y, como resultado, murió por la metralla en la cabeza y el corazón”.

Los testimonios de las personas nos guían en nuestro trabajo posterior para determinar los patrones de las violaciones. Cuando vemos algún patrón de violaciones, evaluamos su escala y cómo está afectando a las víctimas.

Una víctima nos dijo: "Al principio, no tocaron el hospital. Luego empezaron a bombardear. Mataron a los médicos en el acto mientras estaban operando".

La misión lleva en el país desde 2014. ¿Cómo ha cambiado su trabajo desde el 24 de febrero?

Tras el ataque de Rusia a Ucrania, la misión se ha dedicado por completo a supervisar cómo ha repercutido el ataque en la situación de los derechos humanos en Ucrania. La Misión de Observación de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ucrania ha reubicado algunas de sus operaciones debido a las hostilidades y ahora está presente en Úzhhorod [al oeste], Kiev, Odesa, Dnipro y Donetsk, y hace visitas periódicas a otras ciudades del país.

La misión sigue supervisando a distancia la situación de los derechos humanos en Crimea. Todos los días, los funcionarios de derechos humanos hablan con las víctimas y los testigos de violaciones en todo el país, incluidos los del territorio controlado por las fuerzas armadas rusas y los grupos armados afiliados, y los de Crimea.

¿Cuánto tiempo pasará antes de que el mundo tenga una imagen clara de las violaciones cometidas durante la invasión rusa?

Sin duda, algunas violaciones pueden tardar años en salir a la luz, sobre todo las cometidas en Mariúpol y otras ciudades que se enfrentan a asedios o a altos niveles de hostilidades a las que todavía no hemos tenido acceso. Además, la magnitud de la violencia sexual y de género solo se conocerá cuando las supervivientes estén a salvo y se encuentren preparadas para hablar.