McCarthy logra el apoyo de varios ultras republicanos, pero vuelve a perder la votación para presidir la Cámara de Representantes

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La duodécima no ha sido la votación de la victoria, pero las nuevas cesiones al sector más ultra del Partido Republicano han permitido al congresista por California Kevin McCarthy lograr el respaldo de algunos de los rebeldes de su formación para hacerse con la presidencia de la Cámara de Representantes y superar un bloqueo del Congreso sin precedentes en más de un siglo.

De la veintena de legisladores que habían votado hasta ahora en contra de McCarthy, 15 han cambiado el sentido de su voto, lo que le ha permitido avanzar en su objetivo de hacerse con el liderazgo de la Cámara. El movimiento da al californiano aire y nuevas herramientas de presión tras cuatro jornadas de votaciones con resultados prácticamente idénticos e incluso algunos retrocesos.

Sin embargo, seis representantes republicanos han vuelto a votar en contra del que en la última legislatura ha sido el líder de la minoría parlamentaria, por lo que los nuevos votos siguen siendo insuficientes para lograr el puesto de presidente de la Cámara Baja del legislativo estadounidense.

Entre los representantes del sector más ultra del Partido Republicano que han cambiado su voto figura Scott Perry, el líder del Freedom Caucus, grupo que reúne al ala más radical de la formación en la cámara. Perry jugó un papel clave en el intento de Donald Trump de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y fue uno de los impulsores de la idea de nombrar un Fiscal General interino para lograrlo.

También ha votado a favor de McCarthy en esta ocasión Byron Donalds, representante por Florida, que había llegado a lograr varios apoyos rebeldes en las votaciones anteriores como candidato alternativo del grupo para hacerse con la presidencia de la Cámara.

Chip Roy, representante por Texas, era uno de los representantes rebeldes más dispuestos a cambiar su voto y así lo ha hecho. Había negociado con el equipo de McCarthy en los últimos días y, a diferencia de otros miembros del Freedom Caucus como Perry o Donalds, había expresado públicamente su deseo de llegar a un acuerdo para superar el bloqueo que ha arrastrado al Congreso a una situación inédita, por el número de derrotas que acumula el candidato, desde el año 1859.

Los que mantienen el bloqueo

Entre quienes mantienen el bloqueo figuran algunos de los más fervientes defensores de Trump, pese a que el expresidente expresó su apoyo a McCarthy tras las primeras votaciones en las que cayó derrotado. Varios 'Never Kevins' [nunca-Kevin –en referencia a McCarthy–], en particular el polémico Matt Gaetz de Florida, Andy Biggs de Arizona y Lauren Boebert, han dejado claro que en ningún caso apoyarán al representante por California en su intento de hacerse con la presidencia de la Cámara de Representantes.

Gaetz y Boebert son dos de los republicanos que más fondos recaudaron para sus respectivas campañas electorales en las legislativas del mes de noviembre. Ambos son conocidos por sus posiciones radicales contra las medidas de control de armas. Él ha defendido en numerosas ocasiones la falsedad de que el asalto al Capitolio fue fruto de una conspiración instigada por radicales de izquierda. Ella es seguidora confesa de la teoría conspirativa QAnon.

En su intervención durante la duodécima votación, Gaetz ha criticado las tácticas empleadas por McCarthy para hacerse con la Presidencia de la Cámara. Una posición que comparte con Biggs, que poco antes de la primera votación defendió durante una entrevista con Steve Bannon que McCarthy era el representante de una moderna forma de hacer política carente de principios. “Un presidente de la Cámara de Representantes como McCarthy pondría a nuestro país en último lugar”.

Concesiones que amenazan con una inestabilidad permanente

Diversos medios estadounidenses han publicado en los últimos días algunas de las demandas de los republicanos de los rebeldes, varias de las cuales habrían sido ya garantizadas por McCarthy. Todas ellas buscan reducir de forma drástica el poder del presidente de la Cámara de Representantes a cambio de dar mayor fuerza a minorías de bloqueo como la que configuran ahora mismo estos congresistas radicales.

Entre esas demandas figura la posibilidad de que un solo legislador pueda forzar una votación para cesar al presidente de la Cámara de Representantes, algo que supone dejar a una figura clave del proceso legislativo a merced de la minoría ultra.

También se ha planteado que la minoría radical pueda contar con una presencia muy superior a su representación en el poderoso Comité de Reglas, la comisión de la Cámara que tiene en sus manos el control del calendario legislativo.

Un escenario como el que plantea ese cambio de reglas daría lugar a una situación de enorme inestabilidad en el Congreso en los dos años que restan hasta las próximas presidenciales.