Médicos Sin Fronteras ha denunciado que 355 personas murieron en Siria el pasado 21 de agosto con síntomas neurotóxicos. La organización ha anunciado que cerca de 3.600 pacientes fueron atendidos en un periodo de tres horas en tres de los hospitales que apoyan en la provincia de Damasco.
Algo provocado porque los afectados sufrieron una “exposición masiva a agentes neurotóxicos” por parte de las víctimas, como atestigua el patrón epidemiológico (gran número de pacientes en poco tiempo, su origen, y la contaminación que sufrieron los médicos y trabajadores de los centros).
Según ha anunciado MSF en un comunicado, estos pacientes llegaron a los centros “con síntomas como convulsiones, exceso de salivación, pupilas contraídas, visión borrosa y dificultades respiratorias”. El tratamiento de los afectados consistió en el suministro de atropina, un fármaco indicado para problemas neurotóxicos.
La organización destaca que “no puede confirmar científicamente la causa de estos síntomas ni establecer la autoría del ataque”, pero que todo apunta a que dicha exposición a estos agentes “constituiría una violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe el uso de armas químicas y biológicas”, reza el comunicado.
MSF ha advertido de que, tras este posible ataque químico contra los sirios, se ha producido una violación de “derecho humanitario”, ante lo que “la ayuda humanitaria no puede responder de forma efectiva y se convierte en un sinsentido”.