El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha defendido este viernes la propuesta de Huguette Bello, presidenta del consejo regional de La Reunión, isla situada en el océano Índico occidental, al este de Madagascar, en el hemisferio sur, como candidata a primera ministra de Francia, después de la victoria del Frente Popular en las elecciones del pasado domingo, 7 de julio. Según Mélenchon, Bello “cumple muchos requisitos” para ser primera ministra, y pide a la izquierda que actúe “rápidamente”.
“No hay ningún país en el mundo en el que después de unas elecciones el presidente diga que no ha pasado nada (...). Esto es un golpe de fuerza”, declaró el viernes por la noche Jean-Luc Mélenchon, líder de los insumisos, en una conferencia que celebraba en París, informa Le Monde.
Criticando el hecho de que Emmanuel Macron no haya llamado a la izquierda a formar gobierno, afirmó a continuación que “hay que respetar el sufragio universal”.
El líder de LFI aseguró que la coalición de izquierdas está dispuesta a asumir el poder, e incluso “todas las consecuencias” ante el riesgo de censura en la Asamblea. “Hay mayorías que ya hemos constatado” en el hemiciclo, añadió Mélenchon. Según Mélenchon, el Frente Popular está “dispuesto a discutir con los demás” en la Asamblea “sobre temas en los que podemos estar de acuerdo”, como la instauración de la representación proporcional, el tema de los suelos de precios o el techo de las comisiones bancarias.
Jean-Luc Mélenchon abordó a continuación la cuestión de las negociaciones en curso en la izquierda para designar un candidato común para Matignon, mientras que el nombre de Huguette Bello, presidenta del consejo regional de La Reunión, fue defendido públicamente el jueves por el PCF.
Mélenchon repasó las discusiones que se han roto en los últimos días, bromeando: “A veces teníamos la impresión de que habíamos pasado de 'no Mélenchon' [para Matignon] a 'no insumisos', luego de 'no insumisos' a un socialista, luego de un socialista a Olivier Faure”.
“Bueno, todo forma parte de una negociación”, prosiguió, criticando al mismo tiempo la participación en los debates del alcalde de Marsella, Benoît Payan, por el PS.
Jean-Luc Mélenchon planteó entonces la posibilidad del nombramiento de Huguette Bello, arrancando los aplausos de la sala: “Huguette cumple muchos requisitos (...). Huguette es una mujer de un territorio de ultramar en el océano Índico, es una persona de cuya vida y compromisos sinceros nadie sospecharía (...), sería la persona a la que se escucharía con respeto (...). Toda la vida de Huguette es una demostración de su capacidad para no dejarse impresionar por nadie. Huguette es una mujer, y estamos en la era de las mujeres; Huguette es una mujer racializada, y la nueva Francia está racializada (...), la presidenta de una comunidad que arrebató a la derecha en las urnas y en torno a la cual se reúne toda la izquierda local”.
Según Mélenchon, puede por tanto “encarnar esta unidad” de la izquierda y del país. Mélenchon recordó que “al menos tres formaciones [del Frente Popular] se han puesto de acuerdo sobre el tema” en este momento, “los insumisos, los comunistas y los Verdes”, subrayando que la decisión está ahora en manos de los socialistas, reunidos en este mismo momento para debatirla. Pidió al Frente Popular que presentara el nombre de un candidato común “lo antes posible”, antes del “18 de julio”.
Negociaciones
Los partidos de la izquierda francesa llevan una semana en el atasco de designar a un candidato de consenso a primer ministro para proponerlo al presidente Emmanuel Macron,
“Hay una situación de bloqueo desde hace algunas horas. No logramos encontrar un acuerdo entre las propuestas de La Francia Insumisa (LFI) y las del Partido Socialista (PS)”, reconoció este viernes el secretario general del Partido Comunista (PCF), Fabien Roussel, informa Efe.
En unas declaraciones a la prensa, Roussel aseguró que “hay una urgencia enorme” entre los partidos que integran el Nuevo Frente Popular (además de LFI, PS y PCF, están los ecologistas) para consensuar un candidato a pesar de que no hay progresos.
La izquierda había dicho que presentaría a Macron un candidato de consenso a primer ministro durante esta semana.
Ante el bloqueo persistente, Roussel dijo que se intentó “encontrar otra vía” con un candidato de fuera de LFI y PS, las dos formaciones mayoritarias del Frente Popular, y que los comunistas propusieron a Bello, una excomunista de 73 años, presidenta del consejo regional de Reunión y exdiputada
LFI había propuesto hasta el momento cuatro opciones para primer ministro: Jean Luc Mélenchon, fundador del partido; su actual coordinador nacional, Manuel Bompard; su jefa de diputados, Mathilde Panot, y su número dos en la Asamblea, Clémence Guetté, según la prensa francesa.
Pero también el Partido Socialista, que pese a las insinuaciones del macronismo por el momento se ha reafirmado en su intención de mantener a toda la izquierda como un frente unido, aspira a ocupar el palacio de Matignon con nombres como el de su primer secretario, Olivier Faure.
El NFP, que con los 195 escaños que acumula en la Asamblea junto a sus socios es la primera fuerza (aunque muy lejos de la mayoría absoluta de 289), exige al presidente que los llame para gobernar y le acusan de querer ignorar los resultados de las elecciones del 30 de junio y el 7 de julio.
Mientras tanto, el presidente, recién llegado de la cumbre de la OTAN de Washington, mantuvo este viernes una reunión con las principales figuras de su movimiento, como el primer ministro en funciones, Gabrial Attal, y varios miembros de su Gobierno, así como la antigua presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet.
“La imagen que hemos dado estos últimos días es desastrosa”, reprochó Macron a sus 'generales' en la cita del Elíseo, después de una semana de continuos reproches internos después de las elecciones, según dijo después uno de los asistentes.
Macron pide “unidad” a sus lugartenientes
Macron les pidió “unidad” y advirtió de que si alguno de sus lugartenientes intenta romper esa unidad para lanzar ya la campaña para las presidenciales de 2027, “será barrido”, describió Le Parisien.
El campo presidencial perdió más de 80 diputados y su mayoría relativa en la cámara, por lo que se aleja de continuar en el Gobierno, aunque intenta forjar una complicada -y por ahora muy improbable- coalición que abarque de la derecha conservadora hasta los socialistas, lo que dejaría al bloque del centro como su componente mayoritario.
Precisamente, el líder comunista Roussel denunció “los mangoneos” de Macron “para conservar el poder a pesar de que los franceses han mostrado una enorme cólera contra sus políticas”.
La posibilidad de un Gobierno encabezado por el NFP volvió a ser rechazada por el campo presidencial, que sigue considerando como un tabú la presencia de miembros de la formación más radical del bloque, La Francia Insumisa (LFI).
“La presencia de miembros de LFI en el seno de un gobierno formado or el NFP es una línea roja evidente. Supondría la presentación inmediata de una moción de censura y la caída inmediata del gobierno”, advirtió la diputada electa y ministra saliente Aurore Bergé.
En declaraciones a France Info, Bergé criticó a la izquierda por lo que considera contradicciones del bloque izquierdista a la hora de considerar quién tiene la legitimidad para intentar formar gobierno.
“Los mismos que decían que éramos minoritarios cuando teníamos 250 (diputados) se consideran mayoritarios cuando tienen menos de 200”, lanzó en dirección al NFP.