El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, de visita oficial en Jerusalén y Oriente Medio, ha afirmado este jueves, en una entrevista concedida a Christian Broadcasting Network, que Dios podría haber enviado a Trump para salvar al pueblo judío de Irán.
Preguntado sobre si “el presidente Trump ha sido traído a este tiempo, igual que la reina Ester (en la tradición judía antigua reina de Persia enviada por Dios para evitar la destrucción del pueblo judío y protegerlo de los persas), para salvar al pueblo judío de la amenaza iraní”, Pompeo respondió: “Como cristiano, ciertamente creo que es posible”. “Fue notable ver la historia de la fe en este lugar y el trabajo que nuestra administración ha hecho para asegurar que este Estado judío permanezca. Estoy seguro de que el Señor está trabajando aquí”, añadió.
Dicha entrevista ha coincidido en la misma fecha que la fiesta de Purim, la festividad judía celebrada anualmente para conmemorar la historia de la reina Ester y que probablemente fue el motivo de la pregunta del periodista Chris Mitchell al secretario de Estado de EEUU.
Durante la conversación, que trató tanto temas de política como de espiritualidad, Pompeo aseguró haber tenido una experiencia particularmente impactante durante la visita realizada en las últimas horas al Muro de las Lamentaciones: “He estado allí antes, pero esta vez fue increíblemente especial. Estar allí con el primer ministro israelí y con el embajador de Estados Unidos fue un momento importante y especial para mí como cristiano. Creo que fue especial mostrar el compromiso de Estados Unidos con esta democracia, con la nación judía de Israel”.
Las declaraciones de Pompeo, de visita oficial en Oriente Medio para mostrar el apoyo de EEUU al actual primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de cara a las próximas elecciones israelíes del 9 de abril, han sido pronunciadas de forma casi conjunta al anuncio del presidente Trump de reconocer la soberanía de Israel sobre los disputados territorios de los Altos del Golán, una meseta de importancia estratégica y fronteriza con Líbano, Jordania y Siria que fue arrebatada a este último país tras la Guerra de los Seis Días.
“Lo hizo de nuevo. Primero reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y trasladó aquí la embajada. Luego se retiró del desastroso tratado con Irán y volvió a imponer sanciones. Pero ahora hizo algo de igual importancia histórica”, declaró Netanyahu en una conferencia de prensa posterior a la plublicación de Trump sobre la soberanía de los Altos del Golán.
El primer ministro israelí, haciendo referencia también al episodio de Ester antes citado y narrado en el Antiguo Testamento, calificó la decisión de Trump como “milagro de Purim”. Un guiño a los judíos de todo el mundo que festejaban cómo Dios los salvó, a través de Ester (Trump), del malvado Amán y de los persas (Irán).