Después de realizar un largo repaso que incluyó críticas a “la casta” y a los gobiernos que antecedieron al suyo, el presidente argentino, el ultraderechista Javier Milei, anunció esta noche por cadena nacional la firma de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) “para comenzar a destrabar este andamiaje jurídico institucional opresor que ha destruido nuestro país”. Incluye, según dijo, más de 300 de medidas de las cuales detalló 30. Se trata de decisiones que no pasarán por el Congreso y que modifican el régimen laboral, facilitan las privatizaciones y suponen la derogación de numerosas leyes, entre ellas la de Alquileres.
“Como nuestro modelo económico, a diferencia de todo lo que se ha hecho en los últimos 100 años, ataca el déficit, que es la causa de nuestros problemas y no las consecuencias del mismo, podemos comenzar hoy a destrabar todas estas regulaciones que pretenden aportar soluciones pero solo generan problemas. El DNU que estamos presentando hoy tiene por fin comenzar el proceso de desregulación económica que la Argentina tanto necesita para poder comenzar a crecer”.
Todo el Gabinete, presente, y una figura sin cargo
Milei compareció leyendo su mensaje en su escritorio, rodeado por 12 personas, entre las cuales se contaban sus principales ministros, como el de Economía, Luis Caputo, y un hombre a quien se atribuye la redacción del megadecreto desregulador: Federico Sturzenegger. El expresidente del Banco Central del gobierno de Mauricio Macri aún no tiene cargo confirmado en el gobierno de Milei, pero apareció en la cadena nacional.
Los DNU quedan vigentes desde el momento de su publicación en el Boletín Oficial y solamente pierden vigencia si son rechazados por ambas cámaras del Congreso, lo que no ha ocurrido jamás en la historia institucional argentina. De modo que todas estas medidas entrarán en vigor ahora mismo, a menos que los plenos de Diputados y el Senado se pronuncien en contra.
“Hemos quitado 13 ceros a la moneda, hemos destruido cinco signos monetarios, hemos tenido dos hiperinflaciones sin guerras y tenemos la presión impositiva en blanco más alta del mundo. Lo que debe entenderse es que el problema es el déficit y que las soluciones a las que los políticos recurren, lejos de arreglar el problema, lo empeoran. La utilización de la deuda como mecanismo continuo de financiamiento del déficit y el inevitable default lo que produce es el incremento del riesgo país, la suba en la tasa de interés, la caída en la inversión y finalmente salarios reales miserables”, dijo Milei en su discurso.
El mandatario de ultraderecha repitió varias de las frases que viene diciendo desde que asumió e inclusive antes, en campaña. Por ejemplo, señaló que “la emisión monetaria, como ha sido demostrado teórica y empíricamente, es la única causa de la inflación, que es un impuesto regresivo encubierto que entorpece la señal de precios, destruye la inversión y el poder adquisitivo de los argentinos” y que “el aumento indiscriminado y continuo de impuestos atenta contra el derecho de propiedad de los argentinos, contra el ahorro, la inversión y en consecuencia genera también salarios reales miserables”.
“Para solucionar los problemas que causan los distintos mecanismos con que los políticos intentan financiar el déficit, en vez de afrontar la causa que es el déficit fiscal, los políticos introducen regulaciones, controles de precios, cepos, trabas burocráticas y normativas que violan la libertad y el derecho de propiedad de los argentinos, entorpecen el cálculo económico y destruyen la generación de riqueza. En consecuencia, el Estado en su conjunto se ha vuelto una máquina de impedir el comercio, el trabajo, la producción, el ahorro, la inversión, la generación de riqueza, el crecimiento económico y fundamentalmente la libertad”, dijo.
Milei señaló que “la consecuencia de ello es que Argentina es un país donde el 50% de la población está por debajo de la línea de la pobreza” y que “más del 10% de la población es indigente en un país que produce alimentos para 400 millones de seres humanos, con una presión impositiva sobre el sector agropecuario del 70%”. “El Estado se queda con el alimento de 280 millones de seres humanos y hay 5 millones de argentinos que no les alcanza para comer”, aseveró.
“Los argentinos de bien”
El mandatario dijo también que “en clara oposición al espíritu de nuestra Constitución liberal, que pretendía restringir el poder arbitrario del Estado en defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los individuos, durante los últimos 100 años, los políticos se han ocupado de expandir el poder del Estado en detrimento de los argentinos de bien”.
Sostuvo que “esta expansión del Estado ha venido acompañada de la mayor destrucción de riqueza de un país en lo que se tenga registro” y, a pesar de que es un dato cuestionado, como otros que repitió en sus discursos previos, insistió en señalar que la Argentina “a principios del siglo XX era la primera potencia mundial” y que “a lo largo de los últimos 100 años se ha visto enfrascado en un ciclo interminable de crisis que todas tienen en sus orígenes la misma causa, el déficit fiscal”.
“De hecho, en los últimos 123 años, en 113 de ellos hemos tenido déficit fiscal y de las 22 crisis que los argentinos sufrimos en nuestra historia, 20 han tenido origen fiscal. Pero como la clase política no ha querido atacar nunca la causa de nuestros problemas, han recurrido sistemáticamente a la deuda, la emisión monetaria o la suba de impuestos para paliar este déficit. La consecuencia de esas decisiones es que la Argentina es el máximo defaulteador (sic) serial del mundo”.
Una puerta abierta a eliminar la indemnización por despido
El mega decreto que firmó Javier Milei y sus ministros incluye una reforma laboral, informa Alejandro Rebossio. No se eliminará en forma generalizada la indemnización por despidos, pero cada sector podrá negociar con el gremio correspondiente su reemplazo por un fondo de cese o de desempleo, al que aportarían tanto empleadores como trabajadores para que quienes sean despedido, en lugar de cobrar un salario por año trabajado, reciban sólo una suerte de seguro para desempleados, previsiblemente de menor cuantía y basado en esas aportaciones.
El texto también deja entrever en abaratamiento del despido, revestido de un refuerzo de la “seguridad” a la hora de calcular su coste: “Se establecerá qué rubros integran la remuneración del trabajador para que se pueda calcular con claridad la base del sueldo que se tome para la indemnización laboral. El objetivo es eliminar controversias y litigiosidad para que el empleador pueda pagar dicha indemnización con absoluta seguridad y el trabajador pueda cobrarla sin tener que llegar a un juicio”, argumenta.