Este 1 de mayo, Día Internacional del Trabajador, cientos de miles de personas han vuelto a salir a la calle en Francia para seguir protestando contra la reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron, promulgada el pasado 15 de abril. El Ministerio de Interior francés cifra en 782.000 los manifestantes que han acudido a la cita, la decimotercera desde comienzos de enero.
Los sindicatos habían convocado más de 300 manifestaciones, según recoge Europa Press, en una jornada calificada de “histórica” por los líderes sindicales.
“Los salarios son un enorme problema en Francia”, ha subrayado la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT, segunda central en Francia), Sophie Binet, que se quejó este lunes de que ese tema no figure en la agenda de discusión que les está proponiendo el Gobierno en su intento por pasar página de la crisis de las pensiones.
Según el Ministerio de Interior francés, unos 782.000 manifestantes han recorrido las calles del país, mientras que la CGT cifra en 2,3 millones las personas que han salido a protestar. El ministro de Interior, Gérald Darmanin, ha asegurado que, a pesar de que la mayoría de protestas eran pacíficas, en París, Lyon y Nantes, se están produciendo enfrentamientos entre manifestantes y Policía y ya se han llevado a cabo “más de 60 detenciones”: “Un policía ha resultado gravemente herido, quemado tras el lanzamiento de un cóctel molotov”, ha indicado a través de Twitter.
En la ya promulgada norma de las pensiones, que ha provocado meses de movilizaciones en Francia, la edad de jubilación se ha elevado en dos años, hasta los 64.
En la capital, las escaramuzas fueron continuas a lo largo de todo el recorrido de la manifestación entre la plaza de la República y la de la Nación entre las fuerzas del orden y grupos radicales, que reventaron escaparates y vitrinas de comercios o entidades financieras y quemaron contenedores y todo tipo de mobiliario urbano. Un total de 12.000 policías habían sido desplegados en todo el país por el Ministerio del Interior, 5.000 de ellos en París.
La policía replicó con cargas, gases lacrimógenos y el uso al final de la marcha de camiones con cañones de agua a presión para dispersar a los alborotadores y también para extinguir un incendio en los bajos de un edificio en la plaza de la Nación.
Las fuerzas del orden utilizaron drones para supervisar los desfiles, una cuestión que generó polémica en los días anteriores y que dio lugar a recursos judiciales para evitarlo, con el argumento de que esos dispositivos iban a cercenar las libertades públicas.
Según la Prefectura (delegación del Gobierno) del departamento de Ródano, el recurso a los drones permitió la detención de una treintena de personas causantes de incidentes en Lyon.
Indexar los salarios con los precios
Binet, que participaba en París en la tradicional manifestación del 1 de Mayo en París, organizada excepcionalmente con todos los otros sindicales en continuidad de las protestas contra la reforma de las pensiones, denunció en declaraciones a la prensa que “por primera vez los salarios están bajando en euros constantes por la explosión de los precios”.
Sobre ese punto, su exigencia es que se restablezca el mecanismo de revalorización automática de los salarios con la inflación, como ya existía en Francia hasta 1983, y como existe en otros países vecinos como Bélgica y Luxemburgo.
“La única forma que tenemos de evitar los daños -subrayó- es indexar todos los salarios con los precios” porque lo que está ocurriendo es que cada vez hay más trabajadores que se quedan en el salario mínimo, recalcó.
El líder del primer sindicato francés, Laurent Berger, de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), insistió en que entre los temas que tiene intención de abordar en cuanto le convoque la primera ministra, Élisabeth Borne, es “la subida de los mínimos sectoriales”.
Berger explicó que el salario mínimo sí que se revaloriza automáticamente en función de la inflación, pero no ocurre lo mismo con los salarios mínimos de cada sector de actividad, cada vez hay más trabajadores que se quedan estancados en ese salario mínimo durante años por falta de renegociaciones salariales en sus convenios.
“Por tanto -añadió-, uno de los temas que vamos a defender es condicionar las ayudas públicas a las empresas a que no haya mínimos sectoriales que estén por debajo del salario mínimo general”.
Tanto Binet como Berger afirmaron que no van a dejar de reclamar la anulación de la reforma de las pensiones que retrasa la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, que ya está promulgada desde hace más de dos semanas, y mostraron su compromiso en mantener la unidad sindical en esa oposición.
Pero, más allá de indicar que mañana por la mañana van a reunirse para diseñar la estrategia, una y otro mostraron matices sobre la forma de plantearse las cosas a partir de ahora.
Porque este 1 de mayo, es la décimo tercera jornada de movilización contra esa reforma desde mediados de enero y la CFDT considera que no tiene sentido organizar más, puesto que eso no conseguirá que el Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, renuncie a esa ley.
Berger indicó que “hay que decir claramente que la ley está promulgada. No hay que engañar a los trabajadores: No vamos a conseguir con una manifestación que el Gobierno dé marcha atrás. Pero no vamos a callarnos y vamos a mostrar nuestro descontento”.
En cualquier caso, avanzó que aceptarán la invitación de Borne para abrir discusiones sobre otros asuntos laborales pero con la condición de que se les tenga en cuenta y de que “se escuchen las reivindicaciones salariales”.