Miles de personas toman el centro de Madrid en solidaridad con Palestina: “Con nuestro dinero financian el genocidio”

Miles de personas han vuelto a salir a las calles en varias ciudades del país convocadas por la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP). Minutos antes de las 18.00 horas, cientos de banderas palestinas teñían las inmediaciones de Atocha, de donde ha partido la manifestación en Madrid. Los convocantes han aprovechado este primer aniversario desde el ataque de Hamás y el inicio de la masacre por parte de Israel el 7 de octubre de 2023 para exigir un alto al fuego inmediato y permanente cuando más de 41.500 personas han sido asesinadas en Gaza desde entonces.

Para lograrlo, han exigido al Gobierno presidido por Pedro Sánchez que ponga fin al comercio de armas y de tecnología militar y de seguridad con Israel, además de exigirle responsabilidades “por sus crímenes de lesa humanidad”, han defendido desde la RESCOP. “El Gobierno compra material a Israel que ha sido probado en combate, es decir, masacrando a los palestinos. Con nuestro dinero están financiando el genocidio”, ha denunciado Hania Faydi, miembro de Boicot, Desinversión y Bloqueo (BDS) a Israel en Madrid, organización que integra la RESCOP, minutos después del inicio de la marcha.

La marcha, a la que han acudido más de 30.000 personas según los convocantes, avanzaba los primeros metros y decenas de banderas rojigualdas colgadas de las farolas pregonaban el día de la “fiesta nacional”. Unos tres metros por debajo de ellas, Roberto aportaba otro color con su camiseta verde a favor de la educación pública. “Como individuos no vamos a doblegar a los gobiernos, pero desde lo colectivo sí lo podemos lograr, por eso es importante estar hoy aquí”, ha comentado este profesor de instituto en el madrileño barrio de Aluche.

A unos metros por detrás de él estaba Mohamed, cerca de una bandera de Líbano cuyo rojiblanco sobresalía por encima de un paisaje teñido por el negro,verde y blanco palestino. Ha decidido manifestarse con una imagen de Sayeehassan, líder de la resistencia libanesa asesinado hace unos días por Israel: “Ya han destruido mi casa tres veces. La vida es difícil con Israel colindando con tu país. De todas formas, no vamos a abandonar a Palestina. Aunque perdamos todo, nuestra familia, dinero, incluso la vida, no hay nada más valioso que poder vivir en libertad”.

La movilización encaraba la plaza de Neptuno cuando decenas de personas que esperaban entrar gratis al Museos del Prado intentaban escuchar las proclamas coreadas por miles de personas. “Dónde están, no se ven, las sanciones a Israel”, “cada niño muerto es un niño nuestro” y “aquí están los antisionistas” han sido algunas de las más coreadas.

Casi en la plaza de las Cortes, Mariam e Ismael, con sus hijas Noor y Sherin, engrosaban la marcha, estrechada y alargada por las obras en la zona. “Lo que está ocurriendo sobrepasa todos los límites. La sociedad sí responde, pero no los gobiernos. Como mínimo, tendrían que sancionar a Israel”, opinan.

Cientos de manifestantes todavía no habían llegado al kilómetro 0, el sol caía al fondo, en la calle Mayor, y el reloj en la Casa de Correos marcaba las 19.30 cuando la RESCOP ha empezado a leer su manifiesto. Frente a ellos, varias voces se han erguido como un clamor impetuoso que hasta ha conseguido acallar los cánticos y conversaciones: “Se cumplen 76 años de ocupación de Palestina por un régimen colonial y de apartheid que, con la complicidad de la comunidad internacional, ha perpetuado la limpieza étnica, la violencia sionista, el robo de tierras y los asesinatos. Este último año hemos presenciado, además, un genocidio brutal contra el pueblo palestino”, han resaltado.

Tal y como ha recogido la RESCOP en su comunicado, “Israel está cada vez más aislado a nivel diplomático, económico y cultural, pero no es suficiente”. Asimismo, también han mencionado que “los gobiernos y empresas que financian y apoyan a Israel deben rendir cuentas por formar parte de este genocidio, ya que no es un simple imperativo moral, también es una obligación legal”, lo que ha levantado un impetuoso aplauso de los presentes.

La Red también ha pedido que se rompan relaciones diplomáticas, institucionales, económicas, deportivas y culturales con Israel, así como que “ponga fin a la persecución y criminalización de la solidaridad con Palestina y derogue la Ley Mordaza”. Tal y como ha explicado Faydi, “esta vez también salimos en solidaridad con el pueblo libanés. En solo una semana, Israel ha matado a 1.500 personas en Líbano”, ha explicado mientras cánticos como “Palestina vencerá, desde el río hasta el mar” e “Israel asesina, Europa patrocina” no dejaban de repetirse en la marcha.

Desde su punto de vista, que el Estado español haya reconocido a Palestina es “un gran paso porque incomoda a Israel, pero no es suficiente”. “Esto no influye en nada para que se ponga fin al genocidio, se desmantele el apartheid sobre la población palestina y los más de seis millones de refugiados tengan derecho al retorno”, ha añadido.

Asimismo, esta portavoz ha recalcado que “es preocupante el nivel de normalización al que se ha llegado”, pues “se ha comprado un discurso en el que Israel es un país amigo, una democracia en Oriente Medio, cuando es imposible que una democracia pueda existir sobre un genocidio y un sistema de ocupación y dominación”. 

“La violencia contra la población palestina no terminará únicamente con un alto el fuego, ya que continuará la ocupación mientras sigamos legitimando al Estado sionista. Por otro lado, la lucha por la justicia palestina está vinculada a las luchas globales por la justicia racial, de género, climática, económica y social”, han añadido. Tras repetir sus principales demandas, la manifestación ha quedado desconvocada. Al mismo tiempo que en Madrid se escuchaban “¡vivas!” a la lucha del pueblo palestino, en Gaza y Líbano el miedo a un ataque israelí continúa golpeando miles de personas inocentes.

Las movilizaciones no han sido solo en Madrid, también por todo el territorio español durante todo el fin de semana. Y no solo en España. Están teniendo lugar manifestaciones en otras ciudades por todo el mundo, de Nueva Zelanda a Europa: en Roma, Londres o Berlín, pero también en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Sidney (Australia) o Bangkok (Tailandia).