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The Guardian

Ucrania se atribuye el asesinato en Moscú del jefe de la defensa química del Ejército ruso con una bomba oculta en un patinete

Imagen de archivo de Igor Kirílov, asesinado este lunes en Moscú con una bomba escondida en un patinete.

Pjotr Sauer

17 de diciembre de 2024 07:40 h

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El jefe de la división de armas químicas del ejército ruso ha muerto tras estallar un artefacto explosivo adosado a un patinete frente a un edificio de apartamentos en Moscú. Se trata el asesinato de mayor perfil desde el inicio de la invasión de Ucrania.

Igor Kirílov, jefe de la unidad militar de armas químicas, biológicas y radiológicas, murió junto con su adjunto al estallar la explosión cuando ambos salían de un edificio en una zona residencial del sudeste de Moscú a primera hora del martes.

Kirílov, sancionado por Gran Bretaña en octubre por el presunto uso de armas químicas en Ucrania, es el militar ruso de más alto rango que muere en un asesinato selectivo lejos del frente desde el inicio de la ofensiva del Kremlin en Ucrania hace casi tres años.

Moscú aún no ha identificado al responsable del ataque, pero es probable que la culpa se dirija a los dirigentes ucranianos. Reuters y Agence France-Presse, citando una fuente de seguridad ucraniana, han informado que Kiev está detrás del ataque.

El servicio de seguridad ucraniano SBU había emitido un día antes una orden de detención contra Kirílov por presuntos crímenes de guerra contra las fuerzas de Kiev.

Ucrania ha tomado como objetivo a decenas de oficiales militares rusos y funcionarios instalados en Rusia a los que Kiev ha acusado de cometer crímenes de guerra en el país. Poco se sabe de las células clandestinas de la resistencia ucraniana implicadas en asesinatos y ataques contra infraestructuras militares en zonas controladas por Rusia.

La comisión de investigación rusa ha declarado que Kirílov fue asesinado tras “activarse un artefacto explosivo colocado en un patinete aparcado cerca de la entrada de un edificio residencial en la mañana del 17 de diciembre en la avenida Ryazansky de Moscú”.

Mash, un canal de Telegram vinculado a las fuerzas de seguridad rusas, publicó una foto de dos cadáveres tendidos en la nieve frente a un edificio de apartamentos, rodeados de fragmentos de cristales de ventanas rotas.

Kirílov, que ocupaba su puesto desde 2017, supervisaba la unidad de defensa radiológica, química y biológica del ejército ruso. Las tropas rusas de defensa radiológica, química y biológica, conocidas como RKhBZ, son fuerzas especiales que operan en condiciones de contaminación.

En octubre, el Gobierno británico impuso sanciones a Kirílov y a su unidad “por ayudar a desplegar estas armas bárbaras”, acusaciones que Moscú ha negado. Gran Bretaña y Estados Unidos han acusado a Rusia de utilizar el agente tóxico cloropicrina contra las tropas ucranianas, en violación del convenio para la prohibición de armas químicas.

En junio, Ucrania acusó a Rusia de aumentar los ataques en primera línea con sustancias químicas peligrosas prohibidas y afirmó haber registrado más de 700 casos de su uso en el mes anterior.

Reino Unido había afirmado anteriormente que Kirílov era “un importante portavoz de la desinformación del Kremlin, que difunde mentiras para enmascarar el vergonzoso y peligroso comportamiento de Rusia”, en referencia a las sesiones informativas públicas en las que acusaba regularmente a Kiev de planear el uso de armas químicas y desarrollar una “bomba sucia” nuclear.

El año pasado, Kirílov afirmó, sin aportar pruebas, que Ucrania planeaba utilizar drones especiales diseñados por Estados Unidos que transportaban “mosquitos infectados” que propagarían la malaria entre las fuerzas rusas.

Kirílov también formó parte de los esfuerzos de Moscú por desacreditar la investigación británica sobre el envenenamiento de Sergei Skripal en Salisbury, afirmando en una ocasión que Estados Unidos orquestó el ataque contra el exespía ruso que había desertado a Occidente.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, ha escrito en Telegram que Kirílov había pasado “muchos años exponiendo los crímenes de los anglosajones” en sus informes, incluyendo “la manipulación británica de sustancias químicas prohibidas y las provocaciones en Salisbury”.

“Trabajó sin miedo, sin esconderse nunca detrás de los demás, afrontando siempre los retos de frente. Por la patria, por la verdad”, ha añadido

Según su biografía publicada por la emisora RIA Novosti, Kirílov ayudó a desarrollar un lanzacohetes termobárico, el TOS-2. El ejército ruso ha utilizado con frecuencia esta arma en Ucrania.

El asesinato de Kirílov es el último de una serie de atentados selectivos contra militares rusos y personalidades favorables al Kremlin. La importancia de su rango y su influencia hacen que este asesinato pueda conmocionar a las élites políticas y militares rusas.

“El asesinato de un teniente general será un shock para muchos en el Ministerio de Defensa”, dijo un exalto funcionario de defensa ruso, hablando bajo condición de anonimato. “Últimamente ha tenido mucho protagonismo en los medios de comunicación, celebrando con frecuencia sesiones informativas sobre las fuerzas armadas ucranianas y el uso de armas químicas”.

El exfuncionario dijo que era probable que otras altas figuras de defensa recibieran medidas de seguridad reforzadas, que podrían incluir la protección las 24 horas del día por parte de miembros de las fuerzas especiales rusas. “Esto causará un gran revuelo”, afirmó la antigua fuente.

La semana pasada, la inteligencia ucraniana dijo que había matado a un importante científico ruso especializado en misiles que había estado trabajando en la mejora de misiles de crucero utilizados en el campo de batalla en Ucrania. El cuerpo de Mikhail Shatsky fue descubierto en el parque forestal de Kuzminsky, a 13 kilómetros al sureste del centro de Moscú, aunque Rusia aún no ha hecho comentarios sobre el supuesto asesinato.

A principios de este año, Ucrania dijo estar detrás del asesinato de un alto oficial de la marina rusa en un coche en Crimea, así como del de un alto cargo del servicio de inteligencia militar GRU frente a su casa en un pueblo de la región de Moscú.

Aparte de las figuras militares, Ucrania ha atacado a destacados propagandistas rusos partidarios de la guerra, como Darya Dugina, hija de un ideólogo ultranacionalista ruso, que murió en 2023 cuando una bomba hizo estallar el Toyota Land Cruiser que conducía.

El lunes, Vladimir Putin se reunió con altos cargos de Defensa en Moscú, donde se jactó de que la guerra en Ucrania había alcanzado un “punto de inflexión”.

Traducción de Javier Biosca

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