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Las mujeres francesas, indignadas y movilizadas contra la ley del trabajo

Hélène, antropóloga, y Milena, socióloga, son feministas y profesoras de universidad y el domingo 10 de abril animaron una asamblea temática en République, París.

Luna Gámez

“No habrá revolución sin liberación de las mujeres, ni liberación sin revolución”, anunció Amande miembro de Femmes en Lutte 93, un colectivo feminista de Saint-Denis, frente a los cientos de participantes en la asamblea temática de este domingo en République denominada “¿Y el trabajo de las mujeres?”.

El movimiento social Nuit Debout (noche en pie), que resiste en pie desde el domingo 31 de marzo ocupando la céntrica plaza de la République, ha decidido que los domingos de movilización adquieran un carácter temático y ofrezcan una conferencia sobre un tema específico que se haga eco en toda la plaza. Este domingo el tema protagonista fue el feminismo y el papel de la mujer en el trabajo.

El rechazo a la ley del trabajo 'El Kohmri', que lleva el nombre de la actual ministra de Trabajo francesa, junto con el descontento en otros aspectos del sistema social y político, ha desembocado en un movimiento social de protesta que muchos asimilan al 15M español.

¿Y el trabajo de las mujeres?

Hélène Nicolas, profesora de antropología de género en la universidad Paris 8 y una de las ponentes de la asamblea temática, afirmó durante la charla que todas las mujeres están expuestas a relaciones de dominación y de colonización del sistema claramente visibles en el mundo del trabajo, por lo que la propuesta de reforma del código laboral las amenaza principalmente a ellas.

La antropóloga añadió que hay muchas sociedades no capitalistas donde también discriminan a las mujeres. “No es aboliendo el capitalismo que vamos a acabar con el machismo y la discriminación. Está bien que participemos en este movimiento para cambiar este sistema, pero hasta que eso llegue tenemos que seguir luchando para cambiar la discriminación dentro de este sistema”, dijo Hélène en referencia a la participación de las mujeres en el movimiento Nuit Debout.

En este contexto, Hélène declaró para eldiario.es que una de las primeras medidas frente a la situación de desigualdad de las mujeres sería adoptar una política de salario universal (lo que en Francia se denomina 'salaire à vie') y que ella justifica como una herramienta para luchar contra las discriminaciones laborales. “Es mi posición feminista, yo estoy a favor de la abolición de las desigualdades de salarios. Es una forma de buscar un reconocimiento a trabajos que a día de hoy no son remunerados, como el trabajo doméstico”.

“El trabajo doméstico es una vitrina de las relaciones de clases sociales. Las mujeres proletarias, muchas de ellas inmigrantes, hacen el trabajo de casa de las mujeres que consiguen desarrollar una carrera fuera del hogar”. La declaración de Amande fue recibida con manos agitándose al aire siguiendo el código asambleario para los aplausos. Esta participante del movimiento Femmes en Lutte 93, considera que las mujeres de los sectores más discriminados en Francia ya viven todos los días situaciones peores de las que la Ley 'El Kohmri'.

La asamblea mostró su consenso en la necesidad de políticas de remuneración del trabajo doméstico, de responsabilidad compartida de la maternidad entre hombres y mujeres, así como una igualdad de salarios y una verdadera paridad de ocupación de puestos directivos.

“Entre 1945, cuando las mujeres votaron por primera vez en Francia, y el año 2000 la presencia de mujeres en la Asamblea General solo ha aumentado del 2% a 8%. Es realmente ridículo”, afirmó Hélène, que considera que no basta con que aumente la presencia de las mujeres en la política si no se adopta un enfoque de acción feminista.

La Ley de la Paridad tiene como principio promover el acceso igualitario de hombres y mujeres a los cargos políticos, sin embargo la representación política francesa todavía es considerablemente desigual, sobre todo en los cargos de mayor liderazgo. En las elecciones legislativas de junio de 2012 únicamente el 27% de las diputadas eran mujeres y en los comicios municipales de marzo de 2014 solo 16% de los alcaldes elegidos fueron mujeres, ya entre los concejales el porcentaje ascendía al 48%, según el Ministerio de Asuntos Sociales en Francia.  

Estas cifras distan en la mayoría de los casos de una representación igualitaria por lo que Najat Vallaud-Belkacem, antigua Ministra de los Derechos de las Mujeres y actual Ministra de la Educación, presentó la Ley para la Igualdad Real entre Hombres y Mujeres aprobada en agosto de 2014 y que propone sanciones a los partidos que no cumplan con la paridad. No obstante, los resultados de las elecciones departamentales del año pasado, donde solo 10% de los presidentas electos fueron mujeres, demuestran que muchos partidos ignoraron la nueva legislación.

En este contexto, Hélène considera que no basta con que aumente la presencia de las mujeres en la política si no se adopta un enfoque de acción feminista, ya que ella considera que “la persona con el proyecto político que más favorece las desigualdades entre mujeres y hombres es una mujer, Marine Le Pen. Su programa es un retroceso en todas las conquistas de nuestros derechos, acentuando las diferencias entre hombres y mujeres, entre franceses e inmigrantes y entre ricos y pobres”.

El feminismo en el movimiento Nuit Debout

Muchas de las participantes en la asamblea temática sobre la situación de la mujer en el mundo del trabajo forman parte de la comisión de feminismos del movimiento Nuit Debout, una de las varias comisiones que articulan este movimiento social. “Nosotras las mujeres tenemos que hacer la lucha dentro de la lucha”, afirmó Malauire, una joven integrante de la comisión feminista, a eldiario.es para explicar la necesidad de un grupo de feminismos dentro del movimiento.

La comisión cuenta con una asamblea diaria en la plaza de la Republique, pero desde el domingo realizan también reuniones de discusión no-mixtas, donde las mujeres con velo, trabajadoras del sexo y LGBTA+ también son bienvenidas. “El objetivo es poder discutir asuntos más delicados, como el tema de los acosos, así como para fomentar que las mujeres tengan más acceso al turno de palabra”, explica Malauire.

La comisión feminismos tiene entre sus objetivos principales fomentar la participación igualitaria en las asambleas, ya que durante la asamblea del domingo 10 de abril las mujeres tuvieron la palabra solo el 28% del tiempo, según detectaron en un análisis de tiempos realizado. Por lo que proponen la exigencia de una paridad real en el turno de palabra dentro de las acciones del movimiento Nuit Debout.

También ha propuesto crear un diccionario feminista para fomentar el uso del lenguaje inclusivo en los escritos del movimiento, así como la creación de una campaña artística de dibujo y poesía que promueva la sensibilización y la denuncia de acciones sexistas, entre otras actividades.

Además, el colectivo ha añadido un nuevo gesto al conjunto de códigos para comunicarse en las asambleas: se trata de formar un triángulo con las manos que simboliza una vagina y que, en el contexto de las asambleas de République, tiene como objetivo denunciar cualquier declaración o acto sexista.

Esta comisión trabaja en relación directa con la comisión serenidad y seguridad para denunciar cualquier tipo de discriminación o violencia que tenga lugar en el seno de Nuit Debout. Varias mujeres han declarado a lo largo de estos 11 días de movilizaciones haber sufrido algún tipo de acoso, físico o verbal, en la plaza. “Existen mujeres discriminadas dentro de sus propios grupos de acción, es lo que la asamblea de feminismos de la Nuit Debout denomina la superposición de discriminaciones”, cuenta Malauire.

A pesar de que muchos movimientos revolucionarios han sido impulsados por las mujeres, como es el caso de la Revolución Francesa, según explica Hélène, estas participaciones quedan históricamente silenciadas.

“Yo comencé a ser feminista cuando entre a formar parte de Attac y me quedé totalmente sorprendida del lugar al que me relegaron, me costaba tomar el turno de palabra. Mis propuestas eran menos consideradas y la mayoría de los eslóganes eran sexistas”.

Sin embargo, esta antropóloga feminista considera que cuando una mujer se convierte en activista se vuelve más fuerte que los hombres porque “los hombres están educados en la confrontación y esta identidad masculina encaja bien en el activismo, pero nosotras transgredimos en relación a los estereotipos impuestos cuando intentamos tomar el liderazgo o la palabra en público. Por lo que tenemos que superar varias formas de opresión para conseguir participar políticamente. Es un doble combate y por tanto una doble revolución”.

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