Para Mujica, Trump es “impresentable, un delincuente” y su victoria es “un desastre de la democracia”
El expresidente del Frente Amplio José Mujica recibió al equipo de Ciclo, el periodístico de la diaria, en su chacra de Rincón del Cerro, y compartió su visión sobre la coyuntura internacional.
¿Cómo viste la victoria de Donald Trump en Estados Unidos?
Un desastre de la democracia. Si un país como Estados Unidos, con las universidades que tiene, con la inteligencia que tiene, elige como presidente eso, cerrá y vamos. Los pueblos se comen la pastilla también. El pueblo votó a [el presidente argentino, Javier] Milei. Pero el pueblo alemán votó a [Adolf] Hitler. Los pueblos también se equivocan.
¿Y qué explica el hecho de que esté Milei en Argentina y Trump en Estados Unidos?
El desencanto que produjo la inflación en la Argentina. Es terrible. A la República de Weimar en Alemania la mató la hiperinflación, y fue la puerta de entrada de Hitler, con todas las consecuencias que tuvo. Y lo de Trump es una cosa... no es que yo estuviera enamorado de la otra candidata [en referencia a Kamala Harris], por favor. Pero Trump es impresentable, es un delincuente, ha hecho cualquier destrozo. La mentalidad que tiene con las mujeres... no tiene vergüenza. Cualquier cosa es. Todo el decálogo de cagadas que puede tener un hombre lo tiene Trump. Pará un poco.
¿Te parece que tiene algunos rasgos fascistas también?
Sí, tiene. Y además, la política que está conformando... dice que va a meter hasta a los milicos. Uno piensa que Estados Unidos no puede tener golpes de Estado porque no hay embajada yanqui, pero este viejo amenaza con cualquier cosa.
¿Estás preocupado por el avance de la ultraderecha en Europa?
Sí, hay un avance, y lo peor es que hay un avance en el campo ideológico también. Pero no me preocupa tanto eso, me preocupa el campo de la izquierda, que no hay la creatividad de un pensamiento nuevo, y se andan buscando respuestas en libros viejos. El mundo que viene es distinto, es otra cosa, tenemos que tener la audacia de pensar con otra libertad en la cabeza. Lo que fue ya no será. Es otro mundo el que viene, y nosotros tenemos que ubicarnos. Se habla a cada rato de renovación, y lo que menos hay es renovación en el campo del pensamiento. Yo no puedo creer que la humanidad quede amputada en esta forma de democracia liberal, que no es ni liberal y a veces termina no siendo ni democracia. Yo pienso que los humanos pueden construir sociedades mejores y deben luchar por construirlas, y nosotros tenemos que ser parte de esa renovación, no podemos estar conformes con el pasado, tenemos que aprender de nuestros propios errores. Cuando leo el diario me encuentro gente que hoy piensa como hace 40 o 50 años, como si no hubiera pasado nada en el mundo. Te puedo leer las páginas políticas de El País, me quedo asombrado, porque hay tipos que hace 30 años que no hablan con nadie, con nosotros, que no tienen ni idea de lo que pensamos, y sin embargo juzgan por el esquema que tienen de hace 50 años, es como si no hubiera pasado nada en el mundo. Qué anquilosamiento.
Esta democracia es cada vez menos liberal. Al liberalismo hay que respetarlo, el liberalismo fue un paso adelante desde el punto de vista civilizatorio, pero lo que hay ahora es cada vez menos liberalismo, menos tolerancia con lo que es distinto. El liberalismo fue un salto para aprender a convivir con diferencias. Por supuesto que endiosa el mercado, pero va más allá del mercado. Esto que hay hoy se llama liberismo, es anterior en sus claves al liberalismo.
Este loco de la Argentina se llama libertario, eso es ofender a los anarquistas. ¿Qué libertario una mierda de esas? Es una afirmación capitalista descarada, de la gran puta, que se la agarra con el Estado. Sí, yo sé que el libertario está contra el Estado, pero está contra la explotación del hombre por el hombre. ¿Cómo vas a llamar libertario a eso? Hasta el lenguaje te cambian.
¿Cómo ves la situación en Venezuela?
Yo no confundo a [el expresidente Hugo] Chávez con [Nicolás] Maduro. A Chávez se le podían criticar algunas cosas por romántico, pero Chávez era un tipo abierto, perdió elecciones y las respetó. No se puede jugar a la democracia y a la dictadura. Hay presos políticos y, sobre todo, tortura. Yo no comparto eso, no puedo llevarlo eso. Jamás. En la puta vida.
En Bolivia está complicada la interna del Movimiento al Socialismo. ¿Has hablado de esto con Evo Morales?
No, no he hablado. Estoy quebrado. Parece que las revoluciones se tragan a sus hijos. Y a veces aparece el personalismo. “Soy insustituible”. Yo no creo en el proyecto personal. Los proyectos son colectivos o no duran. Y lo he dicho toda mi vida. Porque la vida humana no alcanza, nadie es insustituible, y hay que apostar a la renovación permanente, y para ello hay que dar oportunidad a que se procese la gente. ¿Que vas a tener problemas? Sí, pero vas a tener más problemas con los fenómenos insustituibles, con los cracks que son insuperables. Bah... Te morís y el mundo sigue dando vueltas y no pasa nada. Pero lo de Bolivia me duele horriblemente porque están amenazando que gane la derecha, tranquilamente.
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