Gujarat, la tierra del primer ministro indio, Narendra Modi, se prepara para el multitudinario recibimiento mañana lunes del presidente estadounidense, Donald Trump, con muros para ocultar los barrios deprimidos y un intenso lavado de cara, deseosos de mostrar al ilustre invitado la nueva India.
Trump llegará a Ahmedabad, la principal ciudad del estado occidental de Gujarat, hacia el mediodía, la primera parada de una visita de dos días que le llevará también el mismo lunes hasta el emblemático mausoleo del Taj Mahal, en el norte del país, y a Nueva Delhi, con una agenda el martes en la capital repleta de reuniones.
LAVADO DE CARA
Decenas de trabajadores se afanaban hoy en finalizar los últimos detalles de la ruta que seguirá Trump el lunes en Ahmedabad, donde el asfalto ahora es negro impoluto, y las medianas, paredes o verjas están recién pintadas con la habitual despreocupación india, que en sus ansias de rapidez salpican de color todo a su paso.
También está listo el muro alzado a toda prisa entre la carretera principal y un barrio deprimido, una medida que despertó numerosas críticas, aunque las autoridades locales insisten en que nada tiene que ver con Trump, ya que la decisión de construir el muro “se tomó hace 2 meses para evitar intrusiones en aceras y carreteras”, según afirmó en su cuenta de Twitter el comisionado municipal Vijay Nehra.
Los vecinos del lugar no lo ven así, como Rajubhai Surani, que reconoció a Efe que le entristece saber, según comentan, que “construyeron los muros por ellos, para ocultar a los pobres”.
“Nos enfrentamos a muchos problemas aquí, carecemos de casas decentes, agua o letrinas. (...) Están gastando demasiado en el muro, deberían gastar también algo en nosotros”, aseguró mientras algunos vecinos asentían a su alrededor.
Surani es uno de los pocos que se atreve a hablar abiertamente a la prensa. Otros aseguran que les han amenazado con represalias si comentan algo, como Rahul, que muestra en su móvil una captura de pantalla de un periódico en el que se narran las presiones contra ellos de miembros del partido hinduista BJP de Modi.
La activista Aswathy Jwala, que había iniciado una protesta en el lugar tras enterarse de que habían levantado el muro, ya no está. “Se la llevó la Policía”, dicen algunos vecinos mientras alzan las manos con los puños en alto haciendo el gesto de las esposas.
“NAMASTE TRUMP”
Más allá de la polémica, una marea humana espera acompañar a Trump el lunes en su trayecto desde el aeropuerto de Ahmedabad hasta el nuevo estadio de Motera, “el mayor estadio de críquet del mundo”, donde hablará ante miles de asistentes en el acto “Namaste Trump”.
El mandatario declaró antes del viaje que lo recibirían unas 7 millones de personas, aunque las autoridades locales, más precavidas, declararon al medio local Ahmedabad Mirror que serán unas 100.000 personas a pie de calle y otras 110.000 en el estadio.
Más allá de la cifra final, la multitudinaria asistencia supondrá toda una demostración de fuerza de Modi, que gobernó Gujarat entre 2001 y 2014, año este último en el que obtuvo la primera de las mayorías absolutas -la revalidó en 2019- que lo elevó al frente del Ejecutivo indio.
Modi devuelve así el gesto que tuvo Trump el pasado septiembre en un estadio en Houston (EE.UU.), donde ambos participaron en un evento ante decenas de miles de miembros de la diáspora india, que asciende a unas 4 millones de personas en Estados Unidos.
En un año electoral como este en Estados Unidos, Trump busca poner de su lado a esta influyente comunidad, y para eso deberá hacer algún gesto simbólico en la India, como facilitar visados para estudiantes indios, que suponen más de 200.000 en la actualidad.
UN FUTURO MEJOR
Mientras tanto, Ahmedabad se asemeja a un templo al aire libre dedicado al dios foráneo Trump y su contraparte local Modi, con decenas de carteles con sus imágenes, incluidos retratos gigantes a cuerpo completo.
“Una amistad más fuerte para un futuro mejor”, reza uno de los voluminosos carteles, en el que se ve a Modi acompañado de Trump y su esposa Melania en una instantánea tomada en una de las visitas del mandatario indio a Washington.
Melania también acompañará en este viaje a Trump, que estará respaldado además por una delegación de doce miembros que incluye a su hija y asesora Ivanka; al secretario de Comercio, Wilbur Rossel; al secretario de Energía, Dan Brouillette; y al asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, entre otros.
El perfil de la delegación apunta a que el foco de la visita estará en lo económico.
Aunque el comercio bilateral entre la India y Estados Unidos ascendió un 10 % durante los últimos dos años, alcanzado los 142.000 millones de dólares en 2018, desde la Casa Blanca se considera que hay “mucho más espacio para crecer, sobre todo en energía”.
Y es que a pesar de la buena sintonía entre Modi y Trump, existe una tensión comercial entre los dos países, sobre todo en políticas arancelarias, algo que no parece que vaya a mejorar la ajustada agenda del martes en Nueva Delhi, que además del encuentro de alto nivel con el mandatario indio, incluirá una reunión de negocios y un banquete de Estado en el Palacio Presidencial.
Moncho Torres