Mustafa Barghouti, diputado, secretario general y cofundador del partido Iniciativa Nacional Palestina con Haidar Abdel-Shafi y el escritor Edward Said, fue brevemente ministro de Información en el Gobierno de unidad nacional de 2007. Antes, en el año 2005, quedó segundo en las elecciones presidenciales palestinas –a las que no se presentó Hamás– con el 19,8% de los votos.
Médico de profesión, es cofundador de la organización no gubernamental Palestinian Medical Relief Society, que trabaja activamente en Gaza y Cisjordania ofreciendo atención sanitaria a la población. Como buena parte de los palestinos activos en la vida política y social, a lo largo de los años ha sufrido varios arrestos y golpes –una fractura de rodilla en 2002– por parte del Ejército israelí, mientras participaba en mítines, protestas o conferencias.
Es una de las voces palestinas con presencia en medios de comunicación anglosajones, reside habitualmente en Ramalá, Cisjordania, y estos días ha venido a España de la mano del CIEMEN y la Associació Catalana per la Pau. A través de estas organizaciones y también de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) y el Instituto Internacional por la Acción No Violenta (NOVACT) ha ofrecido varias charlas y se ha reunido con grupos políticos parlamentarios, a los que ha subrayado la necesidad de aplicar sanciones y un embargo de armas contra Israel. elDiario.es conversa con él en Madrid.
¿Cómo se define usted mismo, cómo define sus ideas?
Soy un palestino, como tantos otros, que ha vivido una historia difícil de injusticia. Mi infancia se vio interrumpida por la ocupación israelí en 1967. No soy diferente de muchos otros palestinos. Si tuviera que definirme en pocas palabras, diría que soy una persona que lucha por la justicia, en todos los aspectos de la palabra, por la justicia política, por la libertad, por la justicia social, por el derecho a poder elegir democráticamente a nuestros líderes, por los derechos de las mujeres a ser tratadas con igualdad.
Tres países europeos, entre ellos, España, acaban de reconocer el Estado palestino. ¿Qué supone esto y qué otras medidas considera que son necesarias en estos momentos?
Agradecemos este reconocimiento, es importante que venga de estos tres países: Irlanda, España y Noruega. Llega un poco tarde, hay que decirlo, pero mejor tarde que nunca. Es útil, porque consolida el hecho de que Palestina es un Estado bajo ocupación.
Pero más importante aún es que haya tantos países en el mundo que reconocen y apoyan el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. ¿Por qué? Porque el Parlamento israelí, bajo instrucciones del Gobierno israelí, ha aprobado una terrible ley que indica que el derecho a la autodeterminación en la Palestina histórica es sólo para la población judía. Esto niega el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.
Por otro lado, vemos que hay una atroz masacre en Gaza, con un genocidio, un castigo colectivo y una limpieza étnica, y que se está usando el hambre como instrumento de guerra. En este contexto, el reconocimiento del Estado palestino no implica que Israel detenga sus acciones militares, al contrario: Israel ahora está adoptando medidas de castigo contra España, como la amenaza de cerrar el consulado español en Jerusalén.
Por tanto, el reconocimiento es positivo, le agradecemos al Gobierno español, pero no es suficiente. Lo que necesitamos ahora son sanciones y un embargo de armas, lo que implica suspender no solo los envíos, sino también la compra de material militar israelí. También es preciso que todos los pueblos del mundo impulsen un movimiento de boicot, desinversión y sanciones, que está en marcha desde hace años y que ahora está creciendo velozmente.
Sabemos que las cosas empiezan siempre en la base de la sociedad civil, pero ha llegado el momento de que los gobiernos actúen. Pido a España y a todos los países del mundo que impulsen sanciones contra Israel para detener esta atrocidad, y que entiendan que lo está sucediendo en Palestina no es sólo sobre Palestina, tiene incidencia sobre todo el mundo.
Pido a España, y a todos los países del mundo, que impulsen sanciones contra Israel
En estos meses muchas voces subrayan que lo que ocurre en Palestina puede cambiar el mundo y condicionar el nuevo orden internacional. Usted lo ha señalado ahora. ¿Podría desarrollar por qué?
Porque va a determinar si el mundo se rige por el derecho internacional o, simplemente, por la ley de la selva. Hubo momentos en la historia de la humanidad donde la situación de injusticias terribles en un país u otro no se resolvió sin la intervención global. El mejor ejemplo de ello es el caso de la Sudáfrica del apartheid, ante la cual los pueblos del mundo se movilizaron con una campaña de boicot y sanciones que terminó llegando a los parlamentos y luego a los gobiernos, hasta lograr el fin del sistema de apartheid.
Ahora estamos viendo una ola de solidaridad entre los pueblos, con un levantamiento de las generaciones jóvenes en Estados Unidos que no tiene precedentes desde la guerra de Vietnam. Mucha gente siente que el mundo no está en buena forma, se da cuenta de que el capitalismo feroz ha ido demasiado lejos, se da cuenta de que este complejo militar industrial está dañando la humanidad de un modo terrible. La causa palestina se ha convertido en un facilitador, en un catalizador, de una lucha mundial contra las injusticias de los sistemas en los que vivimos. Y esto es muy poderoso.
Un embargo de armas implica suspender no solo los envíos, sino también la compra de material militar israelí
¿Qué representa Israel para EEUU, de qué le sirve y qué tendría que pasar para que cambiaran sus alianzas?
Al igual que pasó con la Sudáfrica del apartheid, tenemos que conseguir que los beneficios que saca Israel de la opresión de los palestinos no merezcan la pena.
Israel lleva años ocupando Cisjordania y Gaza, desarrollando la limpieza étnica del pueblo palestino desde 1948. Desde entonces, ha estado sacando provecho, ha desarrollado una economía gigantesca robando nuestras tierras, usándolas para su beneficio, robando nuestros recursos naturales, abusando de nuestros trabajadores, para acumular capital, para extraer riqueza. Y ha usado todo el apoyo de EEUU, millones y millones de dólares de Washington.
Israel es uno de los mayores receptores de ayuda en todo el mundo aunque no sea un país en vías de desarrollo, porque EEUU –y antes, Francia y Reino Unido– han usado el sistema colonial de Israel como mecanismo para mantener sus intereses en la región, y no lo ocultan.
Israel ya no supone solo un beneficio para EEUU, también se está convirtiendo en una carga
Washington ve en Israel un aliado estratégico, pero lo que está cambiando es que Israel ya no supone solo un beneficio, también se está convirtiendo en una carga. Y muchos países árabes, que pensaban que podían usar a Israel para protegerse, de pronto han descubierto que esto es un mito. Casi ocho meses después, Israel no ha logrado aplastar del todo a los palestinos. Esto es un cambio que rompe el mito del todopoderoso Israel.
Otro mito también se desvanece: que es el único país democrático en la región. ¿Qué tipo de democracia es esta que incurre en tantos delitos de guerra, qué tipo de democracia está usando el genocidio contra un pueblo? Mucha gente se pregunta esto. Por eso, creo que Israel se está convirtiendo en una carga geopolítica, más que en un interés geopolítico.
Otro cambio fundamental es que, más que nunca, personas judías de muchos países del mundo se están distanciando del comportamiento de Israel y están defendiendo los derechos palestinos.
Usted vive en Cisjordania, donde los casos de represión se multiplican estos meses
Antes del 7 de octubre, Israel había asesinado en menos de un año a más de 422 palestinos en Cisjordania, y los colonos israelíes se estaban desbocando, quemando comunidades palestinas, haciendo arder viviendas. Se estaban convirtiendo en bandas de terroristas, agrediendo a los palestinos, expulsando a la gente de sus tierras. Antes del 7 de octubre, veintidós comunidades palestinas fueron desalojadas de su tierra por los colonos, en el valle del Jordán.
Esto enviaba un mensaje muy claro: Israel quería anexionarse Cisjordania. Así lo había expresado el ministro de Finanzas, el colono [Bezalel] Smotrich, quien se describió a sí mismo como un homófobo fascista. Smotrich elaboró un plan para llenar Cisjordania de colonos, a través del cual los palestinos debían perder cualquier esperanza de tener un Estado. En dicho plan estableció 3 opciones para los palestinos: irse –que es aceptar la limpieza étnica–; aceptar una vida de sometimiento a los israelíes –que es apartheid–; o morir, que es exactamente el genocidio que Israel está cometiendo ahora mismo.
Dos semanas antes del 7 de octubre, Netanyahu estaba vanagloriándose de haber liquidado la causa palestina, en la ONU mostró un nuevo mapa de Oriente Medio para los próximos 50 años, en el que Israel aparecía con la anexión de Cisjordania, Gaza y los Altos del Golán. ¿Quién se quejó en aquel momento? Los gobiernos se quedaron callados.
Los colonos se han triplicado y han cambiado Israel, se han convertido en la fuente del crecimiento del fascismo
Cuando iniciaron su ataque contra Gaza, el primer mensaje que enviaron fue que su intención era obligar a los palestinos a salir de la Franja, es decir, limpieza étnica. Así lo expresó el portavoz del Ejército israelí. Y el Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, dio una gira por los países árabes esa primera semana intentando convencerlos de que aceptaran a los refugiados que serían deportados de Gaza. Este era el mensaje. Y para Cisjordania quedaba claro también: primero Gaza, y luego Cisjordania.
Desde el 7 de octubre, Israel incrementó sus puestos militares, Cisjordania está dividida en miles de guetos, cada checkpoint se ha convertido en un punto letal, cualquier palestino puede recibir disparos sin motivo y morir, los colonos han intensificado sus ataques. Desde el 7 de octubre, Israel ha detenido a 9.000 palestinos.
El mundo habla de los rehenes israelíes, yo no quiero que sigan siendo prisioneros, quiero que vuelvan a salvo a su casa, pero esto no puede pasar sin un intercambio con prisioneros palestinos. Se habla de los rehenes israelíes, pero no se dice nada de los más de 3.000 presos palestinos por detención administrativa, sin cargos, sin juicio, incluidos niños.
¿Por qué se opusieron a nuestras elecciones en 2021? ¿Por qué no tenemos derecho a elecciones desde 2006?
A veces escuchamos cómo se dice, desde cierto paternalismo, que no hay interlocutores válidos en el lado palestino. ¿Hay interlocutores válidos en el lado israelí? ¿Qué cree que quiere decir EEUU cuando indica que hay que revitalizar la Autoridad Nacional Palestina?
No hay interlocutores palestinos porque no hay muchos palestinos que quieran ser colaboradores de Israel. Y la cuestión aquí es que, en estos momentos, el problema en Israel no es sólo [el primer ministro, Benjamín] Netanyahu, el problema es que todo el establishment se niega a la posibilidad de la paz, rechaza una solución con los palestinos.
Yo me opuse a los Acuerdos de Oslo, también lo hizo gente como Abdel-Shafi o Edward Said y muchos otros, porque veíamos la falsedad de este acuerdo que no insistía en la eliminación del sistema de colonos. El resultado es que, tras su firma, tuvimos un incremento de los colonos; ahora tenemos el triple y estos colonos han cambiado Israel. Se han convertido en una fuerza política esencial, en la fuente del crecimiento del fascismo en Israel, gente como Smotrich, [el ministro de Seguridad Nacional, Itamar] Ben Gvir y otros están transformando Israel. No es que Israel no fuera antes extremista o racista, pero ahora el establishment está avanzando hacia el fascismo, y esto explica su trato a los palestinos.
Estos colonos están en el Parlamento israelí, tienen dos ministerios en sus manos y Netanyahu no es muy distinto a ellos, porque toda su carrera política está construida sobre la base de la anulación de cualquier solución de paz. El problema no son sólo Netayahu o su partido, el Likud. Hay que recordar que el 99% del Parlamento israelí votó no a aceptar un Estado palestino. Esto significa que estamos manejándonos con un establishment que está contra Palestina. Por eso el cambio no puede venir internamente de Israel. Es como el sistema de apartheid de Sudáfrica, no hubiera cambiado por sí mismo desde dentro.
La causa palestina va a determinar si el mundo se rige por el derecho internacional o por la ley de la selva
¿Cómo ve la situación de la política interna palestina?
Macron dice que no va a reconocer el Estado palestino hasta que la Autoridad Nacional Palestina se reforme. ¿Por qué no habla de reformar Israel? Cuando en EEUU hablan de revitalizar, sólo se refieren a que la Autoridad Nacional Palestina sea un gobierno colaborador del establishment israelí, para ayudar a Israel a sostener su sistema de ocupación de Gaza y Cisjordania. Quieren una Autoridad Nacional Palestina que refuerce el sistema de seguridad. Me opongo, porque se basa en un concepto equivocado. ¿Cómo puedes pedir a la gente bajo ocupación que proteja a sus ocupantes, cuando no pueden protegerse ni a sí mismos de esos ocupantes?
EEUU habla de democracia en China, en Rusia, en Hong Kong, en Serbia, pero no habla de democracia para Palestina. ¿Por qué se opusieron a nuestras elecciones libres y democráticas en Palestina en 2021? ¿Por qué Israel obstruyó nuestras elecciones? ¿Por qué no tenemos derecho a elecciones desde 2006? Porque no quieren que el pueblo palestino pueda elegir libre y democráticamente a sus líderes, nos quieren imponer a nuestros dirigentes, y esto no va a funcionar.
Lo digo francamente: si hubiéramos tenido elecciones en 2021, no habríamos tenido esta guerra, porque ningún partido habría logrado la mayoría absoluta, habríamos tenido un sistema democrático pluralista, esto habría abierto la puerta a un gobierno unificado entre Cisjordania y Gaza, y a otros cambios. Pero no querían esto.
Obstruyeron nuestro derecho a tener unas elecciones libres y democráticas, y siguen haciéndolo. Los planes de EEUU no van a funcionar. El futuro de quién gobernará Gaza lo decidirá el pueblo palestino, no Israel, no EEUU.
Israel dice no a los dos Estados y a un Estado para todos. Elijo el mejor no: un solo Estado democrático con igualdad para todos
¿Cómo sueña una Palestina libre? ¿Cree que es posible ese Estado único que usted y Said (y también israelíes) defendieron, un Estado democrático con igualdad para todos?
Hace un año escribí un artículo en The Guardian donde sostuve que Israel ha destruido el potencial de los dos Estados. Algunas personas me dicen que un solo Estado democrático con igualdad es imposible, que Israel nunca aceptará un Estado para todos. Mi respuesta es ¿acepta acaso la solución de los dos Estados? No, tampoco. Así que, ante dos noes, elijo el mejor no para los palestinos. El mejor no es un Estado democrático para todos.
Sueño con un país libre de la opresión política y social, un país donde haya igualdad de derechos, donde todo el mundo pueda tener prosperidad, educación universal, sin discriminación. Como médico, sueño con una atención sanitaria para todos, donde la gente pobre no muera porque no tiene acceso a medicamentos. El derecho a la sanidad universal debe estar al alcance de cualquiera, igual que el agua y el aire. Agua limpia, no cualquier agua.
Este es el tema para mí cuando empezamos esta conversación tú y yo. No es una cuestión nacionalista, tiene que ver con la justicia, con el derecho de todos a la igualdad, a tener un trato digno.
¿La solución de los dos Estados? Está bien. Imaginemos que EEUU elige a Bernie Sanders como el primer presidente judío estadounidense y Sanders le dice a Israel que ya basta, que debe retirar a todos los colonos y al Ejército de Cisjordania, y permitir que los palestinos tengan un Estado. Yo daría la bienvenida a eso. Pero no van a elegir a Sanders, ni siquiera es candidato. Y no veo una gran diferencia entre Biden y Trump en este asunto, porque Biden ha sido cómplice de los crímenes de guerra contra los palestinos.
Así que, si no hay una solución de dos Estados, la única solución es un Estado democrático donde la gente pueda vivir en justicia y en paz. Llevará tiempo, por supuesto, pero tenemos que soñar el futuro, porque sin sueños no se puede vivir, sin sueños no se tiene ni impulso ni esperanza, y sin esperanza la vida es miserable.