Israel ha anunciado este viernes que va a ampliar su ofensiva militar a Rafah, en el extremo meridional de Gaza, junto a la frontera con Egipto, donde se hacinan más de un millón de desplazados de otras localidades de la Franja. La Oficina del Primer Ministro ha informado en un comunicado que Benjamín Netanyahu ha ordenado a los dirigentes de seguridad diseñar un plan para evacuar a los civiles antes de ampliar la ofensiva a esa urbe y ha asegurado que “es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás y dejar cuatro batallones en Rafah”.
Netanyahu ha pedido al Ejército y a los aparatos de seguridad que presenten al gabinete de guerra un “plan combinado para la evacuación de la población y destruir los batallones” de Hamás que, según el jefe del Ejecutivo, quedan en Rafah, aunque no ha aportado ninguna prueba de ello. “Está claro que una operación masiva en Rafah requiere la evacuación de la población civil de las zonas de combate”, ha agregado en el comunicado recogido por la Agencia EFE.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ya había sugerido varias veces en la última semana que Israel avanzaría hacia Rafah, después de concluir sus operaciones en Jan Yunis, la ciudad más grande del sur y supuesto bastión de Hamás. En Jan Yunis se han concentrado en las últimas dos semanas las operaciones terrestres de las tropas israelíes, después de que el Ejército ordenara la evacuación de la parte occidental y ampliara su ofensiva a esta localidad a finales de enero.
En este tiempo, Rafah también ha sido blanco de ataques israelíes, pero los combates no han llegado al que es considerado el último lugar seguro para los civiles. Más de un millón de desplazados se han ido reubicando en la urbe, donde antes de la guerra residían menos de 300.000 personas. En la madrugada del viernes, Israel bombardeó Rafah, causando varios muertos y, en total, del jueves al viernes han fallecido 107 palestinos en Gaza, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, que ha elevado la cifra de muertos desde el comienzo de la guerra a 27.947, además de casi 67.500 heridos.
El principal aliado de Israel, Estados Unidos, ha advertido repetidamente del riesgo que conllevaría ampliar la ofensiva a Rafah, por el elevado número de civiles allí hacinados y porque el paso fronterizo del mismo nombre es la única vía de entrada de la ayuda humanitaria a Gaza. Este jueves, el Departamento de Estado alertó de que una operación militar en Rafah, sin la adecuada planificación para la evacuación de civiles, sería “un desastre”.
También desde la ONU y las agencias humanitarias han denunciado los posibles planes de Israel, que hoy se han concretado. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo anoche a través de la red social X (antes Twitter): “La mitad de la población de Gaza se encuentra actualmente hacinada en Rafah, sin ningún otro sitio al que ir. Las informaciones sobre las intenciones del Ejército israelí de centrarse en Rafah próximamente son alarmantes. Una acción como esa empeoraría exponencialmente lo que es ya una pesadilla humanitaria con consecuencias regionales impredecibles”.
El fondo de la ONU para la infancia, UNICEF, mostró su preocupación por los más de 600.000 niños y sus familias que han quedado desplazados en Rafah. “Una escalada de los combates en Rafah, que ya está siendo tensa por el extraordinario número de personas que han sido desplazadas de otras partes de Gaza, marcará otro giro devastador” en la guerra de Gaza, en la que se estima que han fallecido al menos 12.000 menores de edad. “Necesitamos que los últimos hospitales, refugios, mercados y sistemas de agua que quedan en Gaza sigan funcionando. Sin ellos, el hambre y las enfermedades se dispararán y se cobrarán más vidas infantiles”, aseguró UNICEF, en referencia a que en Rafah aún están en funcionamiento algunos centros médicos y algunos servicios básicos, ya que en el resto del enclave costero han quedado destruidos o afectados por cuatro meses de conflicto.
Después del anuncio de Netanyahu, el presidente palestino, Mahmud Abbas, ha denunciado que el objetivo de Israel es expulsar a los gazatíes de su tierra. La Presidencia palestina, con sede en Ramalá (en Cisjordania), ha agregado en un comunicado que el Gobierno israelí y el estadounidense son “responsables” de las repercusiones que pueda tener la intensificación de las operaciones militares en Rafah. Además, ha pedido a la ONU que actúe, porque este paso “amenaza la seguridad y la paz en la región y en el mundo. Cruza todas las líneas rojas”.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, también ha mostrado su preocupación en X: “Los informaciones sobre una ofensiva militar israelí en Rafah son alarmantes. Tendría consecuencias catastróficas que empeorarían la ya desesperada situación humanitaria y el insoportable número de víctimas civiles”. También ha recordado que 1,4 millones de gazatíes se encuentran en Rafah y no tienen ningún otro lugar al que huir.
Con información de EFE