Netanyahu redobla su ofensiva sobre Gaza mientras crecen los llamamientos para un alto el fuego

La huida hacia adelante de Benjamín Netanyahu parece no tener fin. Salvo la destrucción total de Gaza. El Gobierno israelí está prosiguiendo con su ofensiva sobre Gaza, bombardeando campos de refugiados, escuelas y cualquier tipo de lugar, como si el único fin fuera que no quedara nada en pie. Por el camino, siguen creciendo las cifras de víctimas mortales de la masacre israelí –36.600 palestinos–, desoyendo los llamamientos crecientes para un alto el fuego.

Pedro Sánchez, Olaf Scholz, Emmanuel Macron, Lula da Silva y otros doce líderes mundiales han secundado el plan de Joe Biden para un alto en fuego en Gaza. En un comunicado conjunto, que también firma el propio Biden y los presidentes de Argentina, Colombia, Canadá, Reino Unido, Polonia, Portugal, Serbia, Bulgaria, Austria, Dinamarca, Rumanía y Tailandia muestran su apoyo “al movimiento hacia un alto el fuego y al acuerdo para la liberación de rehenes que está ahora sobre la mesa, tal y como anunció el presidente [Joe] Biden el 31 de mayo. Este acuerdo conduciría a un alto el fuego inmediato y a la rehabilitación de Gaza, junto con garantías de seguridad para israelíes y palestinos, y oportunidades para una paz más duradera a largo plazo y una solución de dos Estados. Es hora de que la guerra termine y este acuerdo es el punto de partida necesario”.

Pero esos llamamientos, que parecen no estar oyéndose en Israel, se producen, no obstante, mientras EEUU veta en la ONU el reconocimiento de Palestina, envía ayuda militar y protege diplomáticamente al Gobierno de Netanyahu en tanto que no se promueven ni por la Casa Blanca ni por países europeos sanciones o embargos comerciales o de armas.

Hamás, por su parte, ha trasladado este jueves a los mediadores de Egipto y Qatar que la propuesta de tregua israelí anunciada el pasado viernes por el presidente estadounidense debe ser presentada en un “lenguaje claro” y contener mecanismos de implementación “simples”, dijo a Efe una fuente del grupo islamista.

El informante aseguró, en condición de anonimato, que todas las ideas contenidas en el texto deben ser “transcritas en un lenguaje claro y los mecanismos para su implementación deben ser simples y sin margen para las interpretaciones”.

Asimismo, Hamás pidió a Egipto, Qatar y a Estados Unidos que la propuesta incluya la aprobación pública y la firma de Netanyahu, mientras que instó a Washington una pauta detallada sobre cómo va a garantizar que Israel cumpla con el acuerdo.

Según el anuncio del mandatario estadounidense, en la primera fase, de seis semanas, habría un alto el fuego completo, se retirarían las tropas israelíes de todas las áreas pobladas de Gaza y serían liberados varios rehenes, entre ellos mujeres, ancianos y heridos, a cambio de la excarcelación de centenares de presos palestinos.

Pero durante esas seis semanas, Israel y Hamás deberían negociar los detalles de la segunda fase, que incluiría “el final permanente de las hostilidades”, la liberación del resto de rehenes, incluidos soldados, y la retirada del Ejército israelí, mientras que la tercera fase contemplaría la reconstrucción del devastado enclave palestino.

España se suma al proceso internacional

Este jueves, España anunció que se sumará al proceso contra Israel por genocidio iniciado en la Corte Internacional de Justicia por Sudáfrica. La decisión supone que España aportará al Tribunal su interpretación legal del caso para asistir a los jueces en la toma de decisiones.

Aunque el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha aclarado que esta decisión no significa un apoyo a ninguna de las partes, para algunos analistas es un paso simbólico importante. “Envía un mensaje importante de que ya es hora de que los Estados occidentales se tomen en serio su compromiso con el derecho internacional, los derechos humanos y la dignidad de todos los pueblos y las víctimas, en lugar de instrumentalizar el derecho internacional para promover sus intereses geopolíticos sin guiarse por los principios de justicia y el Estado de derecho”, señala a elDiario.es Sonia Boulos, profesora en la Universidad Antonio de Nebrija experta en derecho internacional.

Los países que formalmente han solicitado sumarse al procedimiento son Nicaragua, Colombia, Libia, México y Palestina. El Ministerio de Exteriores de España no ha confirmado si ha solicitado ya al tribunal su incorporación a la causa. Irlanda y Bélgica anunciaron la misma medida el pasado mes de marzo, pero aún no se han sumado formalmente.

La semana pasada, Israel lanzó una contrapropuesta a un plan de paz presentado por los mediadores en el conflicto. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mostró esperanzado y dijo que se trataba de una propuesta para un “alto al fuego pleno y completo”. Sin embargo, el plan israelí no garantiza el final de la ofensiva en Gaza, tal y como ha publicado este jueves en exclusiva el medio Middle East Eye.

La contrapropuesta israelí ofrecía un cese temporal de las operaciones militares durante 42 días que se ampliaría “mientras las negociaciones sobre las condiciones de la segunda fase estén en marcha”, sostiene el documento. El texto también ofrece una retirada de tropas limitada en la primera fase, mientras que la retirada total se negociaría en una segunda fase a negociar.

Bombardeos sobre una escuela de la URNWA

En la zona central de Gaza, el hospital Al-Aqsa no para de recibir pacientes, un flujo masivo que está poniendo al centro médico contra las cuerdas, según ha explicado Médicos Sin Fronteras este jueves por la tarde. Su responsable médica, que ha visitado el hospital por la mañana, ha descrito una “escena de devastación”, en la que no dan abasto. “Es un barco que se hunde”, ha asegurado la representante de MSF. “Los pacientes que llegan a Al-Aqsa en estado crítico se quedan en Al-Aqsa y mueren en Al-Aqsa. Y sin embargo, el personal médico dice 'no vamos a renunciar a nuestros pacientes', y, sin dudas, doy fe de ello. Sólo que no estoy segura de por cuánto tiempo será posible”. 

“La escena dentro de la sala de urgencias del hospital Al-Aqsdfa es aún peor que ayer. No han podido reorganizarse tras el ingreso de heridos y ahora han sufrido otro golpe”, ha añadido Huster. La situación, denuncia la ONG, empeora por momentos. 

El hospital ha recibido a las víctimas mortales y a los heridos del bombardeo que Israel ha lanzado la madrugada de este jueves contra una escuela de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Nuseirat, en el centro de Gaza. Las autoridades locales han cifrado en 40 los fallecidos. Un total de 14 eran niños. 

La escuela albergaba a 6.000 personas que habían huido de los ataques. Philippe Lazzarini, director de la UNRWA, ha dicho que Israel bombardeó sin previo aviso. Como es habitual, el Ejército de Netanyahu confirmó el ataque justificando que en ella se escondían “terroristas” que participaron del 7 de octubre, que dejó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados.

“Las afirmaciones de que grupos armados estaban en el refugio son chocantes. En cualquier caso, somos incapaces de verificar dichas afirmaciones”, ha escrito Lazzarini en la red social X. Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza hace ocho meses, más de 180 edificios de la UNRWA, en su mayoría escuelas convertidas refugios para desplazados, han sido atacados. Como resultado, más de 450 personas desplazadas han muerto en esas instalaciones, según la agencia de la ONU, que una y otra vez recuerda que comparte las coordenadas de sus escuelas, también de esta, con las partes del conflicto. “Esto debe parar”, ha dicho Lazzarini. 

La situación en la Franja de Gaza sigue siendo catastrófica a medida que Israel mantiene su devastadora, concentrada en Rafah, en el extremo sur, y ha intensificado sus operaciones en el centro del enclave palestino, donde las tropas ya habían actuado entre finales de diciembre y enero. Este miércoles, Israel atacó los campos de refugiados densamente poblados de Bureij y Maghazi, y barrios de Deir al Balah, dejando más de 70 muertos. Hacia Deir al Balah y la zona central de la Franja se han desplazado en el pasado mes en torno a un millón de personas que se encontraban refugiadas en Rafah, después de que Israel diera comienzo a su temida ofensiva contra esta localidad. Hace menos de dos semanas, otro ataque de las fuerzas de Netanyahu contra un campo de desplazados en Rafah, en el sur de Gaza, acabó con la vida de al menos 45 personas, cuyas tiendas de campaña salieron ardiendo.

Tensión en la frontera con Líbano

La tensión se mantiene elevada en la frontera de Israel con Líbano, donde este jueves las tropas israelíes y el grupo chií Hizbulá se han vuelto a intercambiar fuego, además de amenazas.

El jefe del Comando Norte del Ejército israelí, el mayor general Ori Gordin, ha reiterado que sus tropas están listas para una posible guerra abierta con la milicia libanesa: “La semana pasada, completamos los preparativos para un ataque en el norte. Nuestras tropas y comandantes están entrenados y decididos. Cuando recibamos órdenes, el enemigo se encontrará con un Ejército fuerte y listo”.

Esta semana, el gabinete de guerra israelí se reunió para abordar la situación en el frente norte y autorizó la movilización de unos 50.000 reservistas adicionales. Este miércoles, el primer ministro Benjamín Netanyahu también se mostró dispuesto a emprender una segunda guerra contra Hizbulá: “Quien piense que nos quedaremos de brazos cruzados se equivoca. Estamos preparados para una acción extremadamente fuerte en el norte. De una forma u otra restableceremos la seguridad en el norte”.

Este jueves, los bomberos israelíes seguían intentando extinguir un incendio que dio comienzo el miércoles, provocado supuestamente por un cohete lanzado desde Líbano, mientras los proyectiles de Hizbulá han caído en varios puntos del norte de Israel. El Ejército ha vuelto a bombardear varios objetivos en suelo libanés, donde al menos 3 civiles han muerto en ataque israelíes esta semana.