El periódico Nóvaya Gazeta, medio critico con Vladímir Putin, ha anunciado que suspende sus publicaciones tras varias advertencias del Roskomnadzor, el regulador ruso de las comunicaciones.
El diario, dirigido por el premio Nobel de la Paz, Dmitri Murátov, ha anunciado que echa el cierre tras recibir la segunda advertencia, ya que una tercera podría suponer su cierre.
“Hemos recibido dos advertencias del Roskomnadzor. Mejor cerramos, ya que si recibimos una tercera advertencia nos pueden retirar la licencia y eso significaría nuestra desaparición”, ha informado a Efe Nadezhda Prusenkova, jefa de prensa del rotativo.
Un breve comunicado confirma la noticia en su sitio web. “Recibimos otra advertencia del Roskomnadzor. Después de ello, suspendemos la publicación del periódico, en la página web, en las redes y en el papel hasta el final de la ”operación especial en el territorio de Ucrania“. Atentamente, los editores de Nóvaya Gazeta”, escriben utilizando el eufemismo con el que el Kremlin pide a todos los medios que se refieran a la guerra.
Dmitri Murátov recibió en 2021 el Nobel de la Paz junto con la periodista Maria Ressa. El jurado reconoció su “valiente lucha” en “defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión”.
El periodista ruso dedicó el galardón a los trabajadores del Nóvaya Gazeta asesinados desde su fundación, en 1993, entre ellos Anna Politkovskaya. Desde que comenzó a informar, seis periodistas de este diario crítico con el gobierno de Putin fueron asesinados.
En su discurso denunció que el periodismo en Rusia atraviesa “un valle oscuro” y denunciaba que un centenar de periodistas, medios y activistas han sido tachados de “agentes extranjeros” y por ello algunos tuvieron que abandonar el país.
Murátov también advirtió de que la tortura es “práctica habitual” en Rusia y que, a menudo, los casos criminales se basan en “falsas acusaciones y motivos políticos”.
Hace unos días, el director de la revista anunció que donaría el dinero recibido por el Nobel al Fondo de Refugiados de Ucrania. “Novaya Gazeta y yo hemos decidido donar la Medalla del Premio Nobel de la Paz 2021 al Fondo de Refugiados de Ucrania. Ya hay más de 10 millones de refugiados”, afirmaba el periodista.
“Queremos compartir con los refugiados, los heridos y los niños que necesitan tratamiento” ese premio, ha añadido, al tiempo que pedía el fin de los combates, la apertura de corredores humanitarios y el intercambio de prisioneros.
A principios de febrero, Elena Milashina, periodista de investigación del Nóvaya Gazeta que denunció los abusos en Chechenia, tuvo que abandonar Rusia tras recibir amenazas del líder checheno, Ramzán Kadírov.
La ley rusa contra las “noticias falsas”
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha promulgado una ley que castiga con hasta 15 años de cárcel las “informaciones falsas” sobre las acciones de Rusia en el extranjero y sobre el ejército ruso, una medida más de control informativo sobre la invasión en Ucrania.
La ley castiga la “difusión pública de información deliberadamente falsa bajo la apariencia de información fiable” sobre las “actividades de los organismos estatales rusos fuera del territorio ruso”.
La pena se eleva a 15 años de prisión si la “información falsa” ha “provocado consecuencias graves”.
Antes de esta nueva normativa, Rusia ya ocupaba Rusia el puesto 150 de 180 países en la la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.
A consecuencia de esta ley, numerosos medios internacionales han abandonado el país por temor a las represalias gubernamentales. Medios de comunicación de todo el mundo, como RTVE, BBC, CNN, CBS o Bloomberg, han cesado temporalmente su labor informativa en Rusia, mientras siguen informando del conflicto desde Ucrania y otros lugares.
Además, numerosos medios independientes rusos han sido censurados, entre ellos Snob, Sobesednik, Agentstvo, Eco de Moscú, Eco del Cáucaso, el canal Dozhd y Activatica. La Fiscalía y Roskomnadzor les habían solicitado que eliminasen el contenido que describían como “invasión”, “guerra” o “agresión” lo que ocurre en Ucrania.
Varios de estos medios decidieron retirar los contenidos considerados contrarios a la normativa, entre ellos Nóvaya Gazeta. Pero la última advertencia ha sido la puntilla definitiva para que sus responsables hayan preferido echar el cierre a seguir plegándose a la censura.