Nueva información de inteligencia apunta a un grupo proucraniano como responsable de los ataques al Nord Stream, según el New York Times
Nueva información de inteligencia revisada por oficiales estadounidenses sugiere que un grupo proucraniano podría ser el responsable de los ataques contra los gasoductos Nord Stream realizados el año pasado, según ha informado The New York Times.
La nueva información de inteligencia sugiere que los autores del ataque son opositores al presidente ruso Vladímir Putin, pero no especifica el grupo ni quién pagó ni dirigió la operación. Las fuentes del Gobierno de EEUU consultadas por el periódico se han negado a revelar la naturaleza de esa información de inteligencia, así como su origen ni ningún otro detalle sobre las pruebas que contiene. Las mismas fuentes sostienen que no hay conclusiones firmes al respecto y están divididos a la hora de evaluar el peso que debe tener la nueva información.
Miembros del Gobierno de EEUU sostienen que no han encontrado pruebas de una participación de Rusia en el ataque y que no tienen pruebas de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, o alguno de sus subordinados estuvieran involucrados en la operación. El Gobierno ucraniano y oficiales de la inteligencia militar del país han negado su participación en el sabotaje.
Las fuentes que han revisado la información de inteligencia dicen que lo más probable es que los saboteadores sean nacionales de Ucrania o de Rusia y que no hay involucrados ciudadanos estadounidenses o británicos. Todo indica que los explosivos fueron colocados por buzos experimentados que no parecen trabajar para el ejército o servicios de inteligencia, aunque es posible que recibieran entrenamiento especializado en el pasado por algún Gobierno, señalan las fuentes consultadas por el New York Times.
Un grupo de seis personas, según medios alemanes
Varios medios alemanes también han publicado informaciones sobre el ataque, según las cuales se ha identificado un yate alquilado a una empresa con sede en Polonia y los investigadores descubrieron que “aparentemente pertenece a dos ucranianos”.
El medio alemán Die Zeit recoge que, según la investigación, el grupo no identificado que llevó a cabo la “operación secreta” en el mar estaba formado por seis personas: cinco hombres y una mujer que utilizaban pasaportes falsos, pero su nacionalidad no está clara. Eran, siempre según los medios germanos, un capitán, dos buzos, dos ayudantes de buceo y una doctora, que habrían transportado los explosivos a los lugares de los hechos y los habrían colocado allí tras zarpar del puerto alemán de Rostock en septiembre de 2022.
Según estas revelaciones, las autoridades de Alemania, Suecia, Dinamarca, Países Bajos y Estados Unidos están investigando el caso. “En los círculos internacionales de seguridad no se descarta que se trate también de una operación de falsa bandera. Esto significa que podrían haberse colocado deliberadamente rastros que apunten a Ucrania como autora del atentado. Sin embargo, los investigadores no han encontrado aparentemente ninguna prueba que corrobore tal hipótesis”, y tampoco han encontrado ninguna evidencia sobre quién ordenó la destrucción, publica Die Zeit.
Tras estas informaciones, la Fiscalía general alemana ha confirmado que ha registrado una embarcación sospechosa en sus investigaciones en torno a las explosiones que inutilizaron los gasoductos. El registro tuvo lugar el pasado enero, informa la televisión pública ARD, que cita fuentes de esa Fiscalía, y se produjo en un embarcación alemana utilizada por una empresa polaca que presuntamente transportó material explosivo.
El Kremlin: “Los autores del ataque quieren desviar la atención”
Países como Ucrania y Polonia habían acusado directamente a Rusia. Por su parte, Moscú apuntó a Reino Unido y solicitó una investigación internacional. El mes pasado, el periodista estadounidense Seymour Hersh publicó un artículo concluyendo que EEUU había realizado la operación.
Moscú ha dicho que las últimas informaciones sobre los ataques son un esfuerzo “coordinado” para “desviar la atención”. “Obviamente, los autores del ataque quieren desviar la atención”, ha dicho el miércoles Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, según la agencia estatal de noticias RIA. “Obviamente, se trata de un montaje coordinado en los medios de comunicación. ¿Cómo pueden las autoridades estadounidenses suponer algo sin una investigación?”.
Kiev ha negado cualquier participación en las explosiones. “Aunque disfruto recopilando divertidas teorías conspirativas sobre el Gobierno de Ucrania, tengo que decirlo: Ucrania no tiene nada que ver con el percance del mar Báltico ni dispone de información sobre 'grupos de sabotaje pro-ucranianos”, ha tuiteado Mijailo Podoliak, asesor de Zelenski.
Nord Stream es un conjunto de dos gasoductos que conectan directamente las ciudades rusas de Vyborg y Ust-Luga con Alemania. Con una longitud de 1.224 kilómetros, juntos tienen una capacidad de transportar 110.000 millones de metros cúbicos de gas al año (toda la UE consume alrededor de 397.000 millones de metros cúbicos de gas).
El pasado mes de septiembre se produjo el ataque contra los gasoductos Nord Stream I y Nord Stream II en la zona económica exclusiva de Dinamarca y Suecia, pero fuera de sus aguas territoriales. Según las evaluaciones realizadas entonces, se concluyó que la infraestructura podría quedar inutilizada para siempre.
Los ataques no tuvieron impacto en el suministro energético inmediato a Europa. El Nord Stream 2, terminado en septiembre de 2021, nunca ha llegado a entrar en funcionamiento porque el Gobierno alemán suspendió su certificación cuando Putin reconoció la independencia de los territorios del Donbás controlados por fuerzas prorrusas y justo dos días antes del inicio de la invasión.
El Nord Stream 1, por su parte, dejó de funcionar el pasado 2 de septiembre, cuando Rusia cortó el suministro por supuestas razones técnicas. En junio ya había reducido el flujo al 40% y en julio al 20% apuntando a las sanciones de Occidente como la causa de los errores técnicos en la infraestructura. Sin embargo, ambos gasoductos sí que estaban cargados de gas, lo que ha generado que la fuga sea visible en la superficie.
Mats Ljungqvist, el fiscal sueco que lidera la investigación en su país, declaró el mes pasado al New York Times: “Mi trabajo es encontrar a los que volaron el Nord Stream. Para ayudarme, cuento con el Servicio de Seguridad de nuestro país”. “¿Creo que fue Rusia quien voló Nord Stream? Nunca lo he pensado. No es lógico”, añadió sin descartar ninguna posibilidad.
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