Los sindicatos franceses echan hoy un nuevo pulso al presidente, Emmanuel Macron, con 133 manifestaciones en todo el país en las que participan gremios como el ferroviario, el energético o los funcionarios.
La Confederación General de Trabajadores (CGT) quiere articular las diferentes luchas en cada sector en una movilización nacional e interprofesional, que en París comenzará a las 14.00 (12.00 GMT) en Montparnasse y finalizará en la Plaza de Italia.
“No creo en la convergencia de luchas”, dijo hoy en la cadena BFM TV el ministro de Economía, Bruno Le Maire, que estimó que no hay “puntos en común” entre las diferentes reivindicaciones sindicales.
La convocatoria de la protesta denuncia que desde la llegada de Macron al poder hace casi un año, el Gobierno y su mayoría parlamentaria no dejan de cuestionar el actual modelo de sociedad con el objetivo de “instaurar, por la fuerza, una sociedad cada vez más injusta y desigual”, que beneficia a los más ricos.
Los sindicatos trataron ya de contestar la reforma laboral del Ejecutivo en varias marchas durante el pasado otoño, aunque la última, el pasado 16 de noviembre, apenas reunió a 80.000 manifestantes en todo el país, según la Policía.
La manifestación de funcionarios el pasado 22 de marzo congregó en cambio a 323.000 personas, según fuentes policiales, 500.000, según la CGT.
La protesta de hoy coincide con un periodo de fuerte contestación social en los transportes y las universidades.
La huelga de ferroviarios contra la reforma de la empresa pública de trenes SNCF se ha convertido en el principal frente social del Gobierno de Macron y afronta hoy su octava jornada, que ha obligado a suspender un tercio de las conexiones.
La nueva ley de acceso a la universidad, adoptada en febrero, ha sublevado por otra parte a miles de estudiantes, que han bloqueado una quincena de centros universitarios, el 21 % de los 70 del país.
Y en el transporte aéreo, Air France encadenó ayer su novena huelga en lo que va de año, en un intento de los trabajadores por conseguir por parte de la dirección un aumento salarial del 5,1 % para compensar la pérdida de poder adquisitivo debida a la inflación.
La CGT y el sindicato Solidaires confían en construir un frente común, que aboga en el llamamiento de hoy por un aumento de los salarios y de las pensiones, el desarrollo de un empleo de calidad o la obtención de derechos colectivos “de alto nivel”.