“No hay vacunas extra contra la COVID hoy”, se puede leer en una hoja de papel pegada en la puerta de una farmacia de Duane Reade en el neoyorquino barrio de Greenwich Village a las siete de la tarde. Esta es la manera en la que este centro de vacunación avisa a los bautizados como “cazadores de vacunas”, es decir, aquellas personas que diariamente se acercan a última hora de la jornada para recibir la dosis sobrante de alguien que no se haya presentado a su cita.
Por su parte, en el centro de atención de urgencias de Lenox Health, que está a unas calles de distancia, los trabajadores encargados de verificar que todo el que se presenta a por su dosis lo hace con cita explican a elDiario.es que si tienen vacunas sobrantes, las reparten entre los familiares de los empleados del hospital.
Al principio, los que buscaban hacerse con las sobras eran las personas que no habían entrado todavía en el programa de vacunación, como fue el caso de G.B., que consiguió hacerse con una de las dosis sobrantes hace semanas después de acompañar a su novia, quien sí cumplía los requisitos para recibir la vacuna por razones de salud.
El arquitecto belga explica que cuando preguntó si había lista de espera para conseguir las vacunas de las personas que no se presentaron a su cita, le respondieron que las repartirían al final de la jornada, pero que ya había llamado mucha gente y le dieron el número 15. En vez de esperar a que le llamaran por teléfono, decidió sentarse en una silla del centro y esperar. A medida que se acercaba la hora del cierre se presentaron más cazadores de vacunas que, como él, se sentaron a esperar. Cinco fueron las vacunas sobrantes, las cuales acabaron recibiendo las cinco personas que estaban presentes. Nunca llegaron a llamar por teléfono.
Ahora, los que buscan las sobras lo hacen para hacerse con la vacuna lo antes posible, pues en Nueva York a partir de este martes se pueden vacunar todos aquellos que tengan más de 16 años. El problema es que hay tanta gente buscando cita que cuando se anuncian nuevas vacunas, las dosis duran solo unos minutos en línea.
Uno de los mayores centros de vacunación de Manhattan es Javits, centro de convenciones en el que trabajan enfermeros y soldados para asegurar que miles de personas se vacunan sin problema y sin largas esperas diariamente. El domingo de Pascua fueron 13 los que consiguieron hacerse con las sobras en este edificio de cristal situado a la orilla del río Hudson. Según una de las encargadas, la cifra fue tan alta porque al tratarse de un día festivo, muchos no se presentaron. Asimismo, la empleada señala que los tres días anteriores no sobró ni una sola dosis.
A diferencia de las farmacias, en estos centros dedicados exclusivamente a repartir dosis de vacunas para hacerse con las sobras, los neoyorquinos no solo tienen que venir a las seis de la tarde, sino también a las siete de la mañana para apuntarse en la lista de espera.
Pese a que este centro ofrece la vacuna de dos dosis de Pfizer y la de una dosis de Johnson & Johnson, solo se entregan a los “cazadores” sobras de Pfizer, ya que este tipo de vacuna caduca a las seis horas de su descongelación. Esto también pasa con las dosis de Moderna –que es el otro tipo de vacuna disponible en Estados Unidos–, que pese a aguantar unas horas más, no duran lo suficiente como para que se usen al día siguiente.
Otra medida que ayuda a que las vacunas sobrantes terminen en el brazo de alguien y no en la basura es por la página web Dr. B, aplicación que avisa con un mensaje de texto a los interesados si hay alguna vacante en su vecindario. Aunque en grandes ciudades como Nueva York, donde siempre hay gente que pregunta al final de la jornada, no funciona tan bien como en otras partes del país.
En Nueva York, más del 33 % de la población ya ha recibido una de las dosis y en todo Estados Unidos, más del 32%, lo que se traduce en 107,5 millones de personas. El presidente Joe Biden anunció en su última rueda de prensa que su objetivo era que a finales de abril, cuando el demócrata alcance sus 100 primeros días en la Casa Blanca, ya estén vacunados 200 millones de estadounidenses.